viernes, 17 de julio de 2009

Cambiando de tema. Por J.R.M.
















Bueno, ayer jueves me di un viajecito al campo.

Para ser mas exacto, hacia el Lago Okeechobee, donde me esperaba una casita semi-abandonada, y digo así, pues aunque esta lista con todo, incluso la nevera siempre esta conectada, nadie nunca la quiere visitar. Soy el único que cada cierto tiempo voy por allí a encender el calentador de agua, el aire acondicionado central, chequearlo todo. Por suerte siempre todo esta como lo deje anteriormente, pero veo su tristeza pues nadie la visita. Solo el señor que corta la hierva regularmente.

Es un lugar que me trae una mezcla de alegrías y nostalgias, el campo es así. Por un lado me gusta el contacto con la naturaleza, ver a muchos de esos árboles que yo sembré hace muchos años y hoy en día están gigantescos. El canal del fondo donde solía pescar y aunque a veces eran pescados pequeños, siempre terminaba friéndolos y comiéndolos con amigos. Ya nadie quiere ir conmigo a Okeechobee, y la casita espera sola, limpia, sus camas tendidas, pero sin el calor familiar.



Ese es un lugar donde nunca nadie ha vivido, una casa movil del año 1973, solo ha servido para vacacionar, con un buen terreno, pero a nadie de Miami se le ocurre unas vacaciones en Okeechobee. Este es uno de los lagos más grande de EU, esta casi el centro de la península. A dos horas y media de Miami. El lugar esta a 6 millas del pueblo de Okeechobee. Un pueblo de americanos pobres y campesinos, además de mucho turismo pobre, o sea hay muchos retirados norteamericanos del norte, que tienen una casa rodante, o un trailer, o un vehiculo de recreo ya que hay muchos parques para ellos donde tu rentas el espacio y de ahí coges la electricidad. Eso ocurre unos 6 meses al año en época de invierno, ya que bajan huyéndole a la nieve. Son personas mayores retiradas y el pueblo se llena. Todos los restaurantes, los mercadillos o Flea Markets, etc., pero para los cubanos eso no es divertido. Después viene la época muerta de nuevo.

















A mi gusta ir con amigos y pasarnos uno o dos días allí, pescando, en la tranquilidad del campo, con el silencio de la noche, pero a mis amigos no les gusta el campo y ya estoy cansado de irme solo. Allí no tengo Internet y confieso que por años he tenido los sueños más lindos de mi vida. No me ha molestado el silencio, la obscuridad de la noche, ver un cielo lleno de estrellas como nunca veo, etc.

Uno de los pasatiempos es ir a comer al Golden Corral, un lugar de comida buffet, donde puedes estar todo el día comiendo por un precio módico, después tienes que caminar para evitar un ataque al corazón.
Hace unos años la casita toco fondo o sea, llego al punto mas bajo del abandono, hacia mucho tiempo que nadie iba. Yo me propuse revivirla y le mande a poner una alfombra nueva, le cambie las cortinas, la redecore un poco, sobrecamas nuevas, puse unas copas de cristal y la deje con una botella de vino, una de vodka y una de ron para quienes fueran a visitarla pasaran unos días alegres, pero nada. Allí todavía esta el papel de las instrucciones de cuando recibía visitas y dice que antes de salir hay que apagar el calentador de agua, cerrar la llave del gas, apagar el aire acondicionado, no dejar comida en el frigorífico, llevarse las toallas y sabanas para Miami a lavarlas, tender las camas para cuando llegaran los próximos a visitarla todo este listo, pero ya eso no ocurre.

Es triste pues ese lugar siempre nos brinda lo mejor de si. Espero que después de esto, algúnos amigos se embullen para hacer un viajecito conmigo al menos con una noche incluida. Allí tenemos juegos de mesa y un televisor con vcr, además de poder hacer un BBQ.