lunes, 3 de agosto de 2009

Comentario del Dr. Miguel Leal Cruz.

Nadie bien intencionado puede negar la vinculación plena (en todos los órdenes) entre España y Cuba. Se aprecia entre los cubanos actuales, en su cultura, tradiciones y demás (que la Revolución, a partir de 1959, no menoscaba en absoluto). La relación con anglosajones, franceses y otros, por ejemplo, es mínima comparada con la herencia española...

Resulta obvio, por tanto, apuntar que aquella sociedad colonial que se conforma en la Mayor de las Antillas, desde el mismo siglo XVI, es consecuencia de distintos grupos humanos llegados desde las diferentes regiones españolas, a través de puertos canarios. Muchos a partir de la segunda década del siglo, utilizaban la isla como plataforma hacia las regiones continentales más ricas en oro, México, Yucatán, Panamá, y más tarde América del Sur. Entre ellos había elementos marginados que huían de España por alguna causa, desertores, penados, judíos y otros perseguidos por diversos motivos.

Contribuyeron a la población de amplias regiones conquistadas o por conquistar.Son, sin embargo, los canarios nativos o descendientes de peninsulares, los que más contribuyen a conformar parte de la población desde principios del siglo XVI, en especial Cuba.

Durante el siglo, desde mediados, la actividad principal de la mayoría de estos canario-españoles emigrados a la Isla era especialmente en el sector agrícola y en menor medida el ganadero. Un reducido porcentaje permanecía en las ciudades y pueblos dedicados a la venta al por menor, amén de otras actividades subsidiarias.

Pero a partir de la segunda mitad, comienza a expandirse el cultivo del tabaco en las fértiles tierras del interior de la isla, utilizando las vegas de tierra dura próximas a ríos. Es por esto que Cuba en su lenta transición política, en este momento, ha de mirar también a España, por razones obvias y del más estricto sentido común...

DR. MIGUEL LEAL. PERIODISMO HISTÓRICO CANARIAS-ESPAÑA