jueves, 15 de octubre de 2009

EL CAINISMO ESPAÑOL. Pedro Escudero Gómez


Si existe una característica específica de España y de los españoles de ambos lados del hemisferio, tal y como señala en su preámbulo la mal lograda Constitución de Cádiz de 1812, es la del cainismo que nos acecha y nos castiga cada cierto tiempo.

El historiador Ricardo de la Cierva opina que es la herencia que nos dejaron en nuestros genes nuestros conquistadores romanos, pero yo lo pongo en duda ya que no sólo España fue conquistada por Roma, también muchas naciones actuales fueron provincias Romanas y no se produce el mencionado fenómeno. Es más, en la propia Italia, heredera directa del imperio Romano, no ha existido ese “gusto” por el odio al hermano y por la guerra civil. Descartada la herencia Romana, habría que ir a otro momento histórico, se admiten sugerencias.

La historia de España está trufada de guerras civiles, los iberos éramos muy apreciados como soldados por los Generales Romanos a la hora de sublevarse contra Roma, el propio Aníbal reclutó a muchos soldados a su paso por la península de camino a Roma. La invasión Musulmana en el 711 D.C se produjo aprovechando las guerras civiles de los Visigodos, los Reinos Cristianos se zurraron fuerte hasta que se consiguieron unir para terminar la reconquista, por cierto aprovechando las guerras internas de los Reinos de Taifas en los que se encontraban inmersos los españoles musulmanes de entonces. Así podríamos seguir con más y más guerras, hasta llegar a las tres guerras Carlistas, la guerra civil de Cuba, y finalmente la guerra civil de 1936, más conocida como la guerra civil Española, como si las otras no hubieran sido también Españolas. Esta última guerra civil, fue especialmente virulenta y cruel, se podría decir que fue el culmen de las guerras fraticidas. La herencia en Latinoamérica no es mucho mejor, repasen la historia de nuestros hermanos de allí.

Parece que los españoles como si de un castigo bíblico se tratara, estamos destinados a luchar entre nosotros, una y otra vez.
No quiero terminar mi escrito sin decir algo positivo, y aunque queda pendiente otro escrito en los que repasaré algunos de los muchos logros de los españoles a lo largo de la historia, hoy quiero terminar deseando lo mejor a todos mis hermanos de ambos lados del hemisferio.