Enfermos de la vecina localidad portuguesa de Valenca do Minho acuden al gallego municipio de Tui.
Decenas de banderas españolas ondean en la localidad portuguesa de Valença do Minho en protesta por el cierre de sus urgencias sanitarias y como agradecimiento al cercano municipio gallego de Tui, al que han acudido ya algunos enfermos.
Los habitantes de Valença, descontentos por el recorte de los servicios sanitarios de la ciudad, llevaron a cabo la semana pasada varias protestas y han anunciado que acudirán a los servicios de urgencia del país vecino y no a los del cercano municipio luso al que han sido asignados.
En declaraciones recogidas por medios estatales lusos, los convocantes de la protesta de las banderas subrayaron que la acción es un reconocimiento a la "disponibilidad" para acoger usuarios portugueses que ha mostrado la alcaldía de Tui, localidad española a pocos kilómetros de Valença.
Los manifestantes aseguran que se han sentido mejor tratados "al otro lado de la frontera" que en su propio país y están dispuestos a extender su protesta y distribuir cerca de mil banderas por Valença.
Desde que cerró, el último domingo de marzo, la atención de urgencias de 24 horas del Servicio de Atención Permanente (SAP) de Valença, reconvertido en un consultorio, ciudadanos descontentos no han dejado de protagonizar protestas, como la ocupación del centro sanitario durante varias horas.
El lunes pasado varias decenas de manifestantes se apostaron en los dos sentidos del puente internacional de Valença -que cruza el río Miño hasta Tui- y cortaron la circulación cerca de una hora.
El recorte de los servicios del centro sanitario de Valença, de unos 15.000 habitantes, está incluido en un plan del Gobierno portugués para racionalizar los servicios sanitarios y reducir sus costes, sobre todo en zonas rurales.
El Ministerio luso de Sanidad aseguró que la atención a los ciudadanos de Valença está garantizada con la nueva reestructuración, y medios oficiales vincularon las protestas con los intereses políticos de la oposición al Gobierno socialista.
El Ejecutivo del primer ministro, José Sócrates, aprobó el mes pasado un plan con severas medidas de ahorro en el sector público, incluida la congelación salarial de los funcionarios y la venta de empresas y acciones del Estado, para reducir el déficit en las finanzas nacionales.
La reestructuración sanitaria, que Sócrates acometió ya en su primer Gobierno (2005-2009), levantó también sonoras protestas en el municipio de Elvas cuando fue cerrado en 2006 su centro de maternidad y esos servicios pasaron a otros hospitales próximos, incluido uno de la cercana ciudad española de Badajoz.
En aquella ocasión hubo también varias manifestaciones y los afectados exigieron el derecho a que sus hijos nacieran en Portugal y no en España.
Los convenios comunitarios sobre Seguridad Social, reforzados con algunos acuerdos específicos entre Portugal y España, permiten a los ciudadanos de uno y otro país usar la tarjeta sanitaria europea para
recibir atención en hospitales y consultorios del país vecino y compensar los costos a través de las respectivas administraciones.
Fuente: http://www.elpais.com/articulo/internacional/Banderas/espanolas/protestar/recortes/sanitarios/Portugal/elpepuint/20100405elpepuint_12/Tes
Una colaboración de José Mario.
miércoles, 7 de abril de 2010
LOS ESTADOS DEL SIGLO XXI. Por Pedro Escudero Gómez
Dos guerras mundiales que se desarrollaron principalmente en Europa, con todos mis respetos a los que lucharon en el Pacífico y otros escenarios, fueron necesarias para que Europa se pusiera en la labor de buscar mecanismos de intercambio y acuerdos comerciales que culminaron en lo que hoy es la Unión Europea, esta es sin duda una nación de naciones con políticas comunes y de obligado cumplimento, y lo que muchos intentaron por la fuerza como Felipe II o Napoleón, finalmente se consiguió con la fuerza de la palabra y del entendimiento. A costado eso sí, por eso cuando alguien critica la difícil situación de Hispanoamérica siempre replico que la próspera Europa ha tenido que pasar por todo tipo de guerras entre naciones, conquistas y reconquistas, guerras civiles y el culmen de la Alemania nazi y la dictadura comunista en la mitad de Europa para al final terminar llegando a la conclusión que los pueblos unidos son prósperos y los separados y enfrentados no.
No deseo ni mucho menos para Hispanoamérica las vicisitudes que ha tenido que pasar Europa antes de llegar a ser lo que ahora somos. Por eso abogo por el entendimiento.
No hace mucho hicieron una encuesta en Portugal en la que preguntaban por la posibilidad de constituir una única nación Ibérica integrada en la Unión Europea uniendo Portugal y España, y para asombro de muchos casi la mitad de los portugueses respondieron afirmativamente. ¿Y si la pregunta hubiera sido: “está de acuerdo en unir España y Portugal en un plano de igualdad en un estado confederado Ibérico?”, tal vez la respuesta abogando por la unión aun sería mayor.
Por eso me hago la reflexión de que tal vez y sólo tal vez, y siempre desde un plano de igualdad sería posible un entendimiento transatlántico que fuera más allá de la cooperación económica entre la Unión Europea utilizando a España y Portugal como puente, con las naciones Americanas.
Jose Ramón Morales ha planteado la posibilidad de reintegrar a Cuba en España como autonomía con la principal ventaja de integrarse de esta manera en la Unión Europea, por mí encantado, pero he podido notar una fuerte resistencia a esa idea por parte de muchos Cubanos, y lo entiendo, por muchos vínculos sentimentales e históricos que nos unan se resisten a que su nación pueda ser fagocitada por otra. Tal vez la pregunta adecuada podría ser otra: ¿aceptaría usted que Cuba se uniera a España en un plano de igualdad conservando cada una su independencia como naciones soberanas en un estado confederado integrado en la Unión Europea?, puede que ahí no existieran tantos recelos. Si eso fuera posible, si se llegara a realizar, me pregunto si querrían más naciones Americanas adherirse a un acuerdo de estas características, porque en mi opinión en el siglo XXI podremos ver el nacimiento de los grandes Estados y las naciones que no sean capaces de verlo y se queden descolgadas estarán abocadas al ostracismo internacional.
No deseo ni mucho menos para Hispanoamérica las vicisitudes que ha tenido que pasar Europa antes de llegar a ser lo que ahora somos. Por eso abogo por el entendimiento.
No hace mucho hicieron una encuesta en Portugal en la que preguntaban por la posibilidad de constituir una única nación Ibérica integrada en la Unión Europea uniendo Portugal y España, y para asombro de muchos casi la mitad de los portugueses respondieron afirmativamente. ¿Y si la pregunta hubiera sido: “está de acuerdo en unir España y Portugal en un plano de igualdad en un estado confederado Ibérico?”, tal vez la respuesta abogando por la unión aun sería mayor.
Por eso me hago la reflexión de que tal vez y sólo tal vez, y siempre desde un plano de igualdad sería posible un entendimiento transatlántico que fuera más allá de la cooperación económica entre la Unión Europea utilizando a España y Portugal como puente, con las naciones Americanas.
Jose Ramón Morales ha planteado la posibilidad de reintegrar a Cuba en España como autonomía con la principal ventaja de integrarse de esta manera en la Unión Europea, por mí encantado, pero he podido notar una fuerte resistencia a esa idea por parte de muchos Cubanos, y lo entiendo, por muchos vínculos sentimentales e históricos que nos unan se resisten a que su nación pueda ser fagocitada por otra. Tal vez la pregunta adecuada podría ser otra: ¿aceptaría usted que Cuba se uniera a España en un plano de igualdad conservando cada una su independencia como naciones soberanas en un estado confederado integrado en la Unión Europea?, puede que ahí no existieran tantos recelos. Si eso fuera posible, si se llegara a realizar, me pregunto si querrían más naciones Americanas adherirse a un acuerdo de estas características, porque en mi opinión en el siglo XXI podremos ver el nacimiento de los grandes Estados y las naciones que no sean capaces de verlo y se queden descolgadas estarán abocadas al ostracismo internacional.