(Casa del riquísimo hacendado Juan Pedro Baró y su bella esposa Catalina Lasa, Arquitectos Govantes y Cabarrocas, Vedado, Habana, 1922-27)
Que fue la Danza de los millones?
Que fue, en realidad, la “Danza de los millones”?
-Cuando, a consecuencia de la ruina de la producción de azúcar de remolacha en Europa, provocada por la guerra, el precio del azúcar se elevó vertiginosamente, tuvo lugar en Cuba, entre los años 1919 y 1920, una apoteosis azucarera: la “Danza de los Millones”, conocida también como “Las Vacas Gordas”.
En estos años de prosperidad ficticia, Cuba se convirtió en el lugar preferido para la penetración del capital financiero norteamericano y todo se puso en función de la producción de azúcar. Decenas de miles de hectáreas de bosques fueron talados para la siembra de caña de azúcar (cabe destacar que siempre se le ha echado la culpa a España de haber talado los bosques y no se habla de esta realidad, JRM) y sirvieron de combustible en las calderas de los ingenios; los latifundios crecieron; generales y doctores desarrollaron colonias cañeras y adquirieron centrales azucareros con el financiamiento de bancos y prestamistas; miles de campesinos fueron desalojados de sus tierras; la especulación dio origen a colosales negocios fraudulentos; garitos y prostíbulos proliferaron con la “Ley del Turismo”, sancionada por Menocal, y se produjo un aumento inusitado de la prostitución, el juego prohibido y el crimen.
La consecuencia más importante del prodigioso desarrollo del azúcar –según Leland H. Jenks, en su libro “Our Cuban Colony”- “…fue la explotación de grandes cantidades de tierra virgen. El gran país azucarero resultó ser la región oriental, cuando el desarrollo del ferrocarril hizo accesibles al mar los territorios del interior. En ellos había grandes bosques que podían comprarse baratos. Pocos se libraron de la tala. Durante varios meses, cuadrillas de leñadores se dedicaron a su labor destructora. Luego se prendió fuego a los árboles que quedaban, produciéndose una conflagración simultánea en varios miles de hectáreas. Se plantó caña entre los muñones ennegrecidos, sin preocuparse de arar la tierra.”
¿Cómo terminó la Danza de los Millones?
-En 1920, de mayo a diciembre, el precio del azúcar bajó de 22 ½ a menos de 3 centavos la libra, llevando a todo el país a la ruina. Solo los bancos norteamericanos pudieron sobrevivir gracias a la moratoria dictada por Menocal y, en realidad, se enriquecieron más aún mediante la adquisición de propiedades cuyos dueños cayeron en bancarrota.
¿Cuál fue la respuesta del presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, a la protesta del gobierno cubano por la decisión unilateral de enviar a Cuba al general Enoch (Bert) Crowder?
-El 31 de diciembre de 1920, Wilson ordenó al general Crowder trasladarse a La Habana en calidad de representante personal del presidente de Estados Unidos. Menocal protestó porque el gobierno cubano no había sido consultado y recibió una respuesta prepotente:
“No ha sido costumbre ni se considera necesario que el Presidente de los Estados Unidos obtenga el previo consentimiento del Presidente de Cuba para enviarle un representante especial…”.
Subrayando la arrogancia imperial, Crowder llegó a La Habana, el 6 de enero de 1921, a bordo del “Minnesota” y desde el acorazado, convertido en palacio del procónsul, comenzó a dictar órdenes al presidente cubano.
¿Qué negocio de contrabando humano realizó el presidente Alfredo Zayas con los monopolios azucareros?
-Con el pretexto de que en la zafra anterior había quedado mucha caña por cortar debido a la falta de brazos, Zayas emitió un Decreto autorizando a la United Fruit, la Tacajó, la Atlantic Fruit y la Cuban American Sugar Company, a importar 10,000 braceros haitianos y jamaiquinos. Con amparo en este Decreto, entraron en las provincias orientales, en su mayor parte de contrabando, y prácticamente en condiciones de esclavitud, 32,740 hatianos y 15,385 jamaiquinos. Las compañías americanas pudieron disponer de mano de obra con salarios miserables y las autoridades gubernamentales se enriquecieron con la gabela que recibían, como en los tiempos de la colonia, por cada “pieza de ébano” que desembarcaba en la Isla.
Por qué el Tratado Hay-Quesada, que reconocía la soberanía de Cuba sobre Isla de Pinos, suscrito en 1904, no fue debatido en el Congreso de los Estados Unidos hasta 1925?
-Porque, en ese intervalo, de casi un cuarto de siglo, la amenaza de anexión de Isla de Pinos fue utilizada como instrumento de presión y chantaje con el fin de obligar a Cuba a la firma de convenios leoninos que entregaban a los Estados Unidos el dominio de la economía cubana.
¿Por qué el Congreso de los Estados Unidos ratificó, el 13 de marzo de 1925, el Tratado Hay-Quesada?
-A pesar de la oposición de los anexionistas y de los disturbios causados en Isla de Pinos por colonos yanquis asentados allí, el Congreso de los Estados Unidos ratificó el Tratado Hay-Quesada. La ratificación se debió al hecho de que el valor económico de la Isla de Pinos era ínfimo comparado con las inversiones que ya por esa época tenían los Estados Unidos en Cuba. En Isla de Pinos no existía ningún puerto de aguas profundas y no era rentable construirlo; en el territorio de la isla, además, eran escasas las tierras fértiles y abundaban las ciénagas y sabanas arenosas. No era tampoco de valor estratégico pues los Estados Unidos poseían ya la base naval de Guantánamo y otros sitios del Caribe. La anexión de la isla, contra todo derecho, solo hubiera servido para crear graves conflictos con los cubanos, con perjuicio de intereses mucho más importantes para los monopolies norteamericanos.
Qué reacción lacayuna tuvieron Alfredo Zayas y Gerardo Machado ante la ratificación del Tratado Hay-Quesada?
-El presidente en funciones, Alfredo Zayas, y el presidente recién electo, Gerardo Machado, ordenaron “una manifestación pública de gratitud” al gobierno de Estados Unidos “por haber reconocido el derecho de Cuba sobre Isla de Pinos”.
¿Cómo reaccionaron la Federación Estudiantil Universitaria y la Federación Obrera de La Habana ante el servilismo de ambos presidentes?
-Julio Antonio Mella y la FEU, así como Alfredo López y la FOH, encabezaron las manifestaciones de protesta. Cuando el desfile oficial llegó al monumento a los mártires del 71 en La Punta, encontró que allí se celebraba un acto de protesta estudiantil.
Otras manifestaciones de protesta tienen lugar. Frente al Palacio Presidencial los universitarios denuncian a los cipayos, desde el sitio en que se levantaría (¡en vida!) la estatua dedicada a Zayas; la policía reprime y resultan heridos Julio Antonio, su hermano Cecilio y otros ocho estudiantes.
¿Qué decía Julio Antonio Mella en su “Manifiesto a los estudiantes y hombres libres”?
-En uno de sus párrafos afirmaba:
“El darnos Isla de Pinos es un acto natural, siempre fue nuestra. Solo los que nunca han hecho justicia, como nuestro Gobierno, pueden asombrarse y regocijarse servilmente por este acto de hipócrita justicia.”
sábado, 15 de mayo de 2010
Los traidores de España, historia de la masonería en Cuba
(Foto Edificio Masónico La Gran Logia de Cuba)
(Los masones son los causantes de la realidad que vivimos en Cuba. JRM)
Las primeras huellas de la masonería en Cuba datan de 1763, aunque algunos investigadores aventuran la posibilidad de que existiera desde mucho antes, tomando en cuenta ciertas marcas e inscripciones de evidente simbolismo masónico, grabadas en las piedras de cantería de la muralla que rodeo La Habana, cuya construcción se inicio en el siglo XVI.
El primer documento oficial que atestigua el trabajo de esa fraternidad en la isla, es un certificado del grado de Maestro extendido a nombre de Alexander Cockburn, con fecha del 3 de mayo de 1763 durante la ocupación militar de la Habana por los Ingleses. Fue la Logia Militar Inglesa numero 218 del Registro de Irlanda, adscrita al Regimiento 48 del ejercito ingles de ocupación, el primer cuerpo masónico que realizo sus funciones en Cuba.
Después que los ingleses abandonan la isla, desaparece todo rastro de actividades masonicas y no es hasta 1791, con la Revolución de Haití, que los colonos franceses que huyen de la convulsa situación en su país, se asientan en La Habana y Santiago de Cuba y traen consigo cuatro de sus logias (Perseverance, Concorde, Amitie y Benefique).
Estas logias, son trasladadas al poco tiempo a la Louisiana, y solo permanecen en la capital dos que, aunque desaparecen mas tarde, dejan su impronta hasta hoy en La Habana, al legar su nombre, traducido al espanol, a las calles donde radicaron: Amistad y Concordia.
La primera logia fundada en Cuba, fue El Templo de las Virtudes Teologales, recibiendo en 1804 la patente de reconocimiento extendida por la Gran Logia de la Louisiana.
Tres lustros después, el 30 de noviembre de 1820, queda establecida la Gran Logia Española de Antiguos, Libres y Aceptados Masones de York, el primer cuerpo superior de la masonería cubana, que en octubre de 1822, se funde con el Gran Oriente Territorial Español Americano, otra alta institución creada a principios de ese mismo año, para consolidar la presencia y organización de la masonería.
Tras un periodo de estancamiento (1828-1859), en el que solo trabajaron unas pocas logias en la clandestinidad, debido a la ley que prohibía las reuniones masónicas en todo el territorio español y extensiva a Cuba como colonia, la fraternidad resurgió, primero en Santiago de Cuba con la Gran Logia de Colon, y más tarde en La Habana con una Gran Logia Provincial dependiente de aquella.
De esta época, data la fundación (1861) de la decana de las logias cubanas, la Logia Amor Fraternal, que aun hoy realiza sus talleres semanales en el Templo Nacional Masónico, ubicado en Avenida Salvador Allende esquina a Belascoain, Ciudad de La Habana.
Finalmente, terminados los forcejeos entre los afiliados del oriente y occidente del país, por llevar a su territorio la máxima representación de la fraternidad, queda establecida en 1876 en La Habana la Gran Logia de la Isla de Cuba, a la que se suma en 1880 la Gran Logia de Colon, para llevar adelante en un mismo cuerpo la enseñanza y la predica moral de la masonería.
Conocido es el hecho, de que la mayoría de los gestores y los más sobresalientes caudillos de la independencia cubana en el siglo XIX, fueron masones. Así, antes de lanzarse a sus afanes emancipadores, fue un reconocido masón, el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, quien presidía en los días del alzamiento de 1868 la Logia Buena Fe, de Manzanillo.
También perteneció a la fraternidad, Perucho Figueredo, el autor del Himno Nacional cubano; El Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz; El Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales y el Generalísimo Máximo Gómez, protagonistas ambos de las dos contiendas, así como el Héroe Nacional José Martí, el alma de la campaña de 1895, que daría al traste con la dominación española de la isla.
Del Blog Masonería Cubana en el Exilio
(Aquí estan manipulando, los que ganaron la guerra fueron los americanos, no los mambises que estaban ya desmoralizados y casi sin tropas, ademas algunas se desmolibilizaron y se unieron al nuevo gobierno Autónomo que comenzó en enero de 1898. La mayoría de los lideres estaban muertos, Martí, Maceo, Panchito Gomez Toro, Agramonte, etc., la lista es grande, siempre manipulando la historia. Que infamia!, como nos han mentido siempre. JRM)
(Los masones son los causantes de la realidad que vivimos en Cuba. JRM)
Las primeras huellas de la masonería en Cuba datan de 1763, aunque algunos investigadores aventuran la posibilidad de que existiera desde mucho antes, tomando en cuenta ciertas marcas e inscripciones de evidente simbolismo masónico, grabadas en las piedras de cantería de la muralla que rodeo La Habana, cuya construcción se inicio en el siglo XVI.
El primer documento oficial que atestigua el trabajo de esa fraternidad en la isla, es un certificado del grado de Maestro extendido a nombre de Alexander Cockburn, con fecha del 3 de mayo de 1763 durante la ocupación militar de la Habana por los Ingleses. Fue la Logia Militar Inglesa numero 218 del Registro de Irlanda, adscrita al Regimiento 48 del ejercito ingles de ocupación, el primer cuerpo masónico que realizo sus funciones en Cuba.
Después que los ingleses abandonan la isla, desaparece todo rastro de actividades masonicas y no es hasta 1791, con la Revolución de Haití, que los colonos franceses que huyen de la convulsa situación en su país, se asientan en La Habana y Santiago de Cuba y traen consigo cuatro de sus logias (Perseverance, Concorde, Amitie y Benefique).
Estas logias, son trasladadas al poco tiempo a la Louisiana, y solo permanecen en la capital dos que, aunque desaparecen mas tarde, dejan su impronta hasta hoy en La Habana, al legar su nombre, traducido al espanol, a las calles donde radicaron: Amistad y Concordia.
La primera logia fundada en Cuba, fue El Templo de las Virtudes Teologales, recibiendo en 1804 la patente de reconocimiento extendida por la Gran Logia de la Louisiana.
Tres lustros después, el 30 de noviembre de 1820, queda establecida la Gran Logia Española de Antiguos, Libres y Aceptados Masones de York, el primer cuerpo superior de la masonería cubana, que en octubre de 1822, se funde con el Gran Oriente Territorial Español Americano, otra alta institución creada a principios de ese mismo año, para consolidar la presencia y organización de la masonería.
Tras un periodo de estancamiento (1828-1859), en el que solo trabajaron unas pocas logias en la clandestinidad, debido a la ley que prohibía las reuniones masónicas en todo el territorio español y extensiva a Cuba como colonia, la fraternidad resurgió, primero en Santiago de Cuba con la Gran Logia de Colon, y más tarde en La Habana con una Gran Logia Provincial dependiente de aquella.
De esta época, data la fundación (1861) de la decana de las logias cubanas, la Logia Amor Fraternal, que aun hoy realiza sus talleres semanales en el Templo Nacional Masónico, ubicado en Avenida Salvador Allende esquina a Belascoain, Ciudad de La Habana.
Finalmente, terminados los forcejeos entre los afiliados del oriente y occidente del país, por llevar a su territorio la máxima representación de la fraternidad, queda establecida en 1876 en La Habana la Gran Logia de la Isla de Cuba, a la que se suma en 1880 la Gran Logia de Colon, para llevar adelante en un mismo cuerpo la enseñanza y la predica moral de la masonería.
Conocido es el hecho, de que la mayoría de los gestores y los más sobresalientes caudillos de la independencia cubana en el siglo XIX, fueron masones. Así, antes de lanzarse a sus afanes emancipadores, fue un reconocido masón, el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, quien presidía en los días del alzamiento de 1868 la Logia Buena Fe, de Manzanillo.
También perteneció a la fraternidad, Perucho Figueredo, el autor del Himno Nacional cubano; El Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz; El Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales y el Generalísimo Máximo Gómez, protagonistas ambos de las dos contiendas, así como el Héroe Nacional José Martí, el alma de la campaña de 1895, que daría al traste con la dominación española de la isla.
Del Blog Masonería Cubana en el Exilio
(Aquí estan manipulando, los que ganaron la guerra fueron los americanos, no los mambises que estaban ya desmoralizados y casi sin tropas, ademas algunas se desmolibilizaron y se unieron al nuevo gobierno Autónomo que comenzó en enero de 1898. La mayoría de los lideres estaban muertos, Martí, Maceo, Panchito Gomez Toro, Agramonte, etc., la lista es grande, siempre manipulando la historia. Que infamia!, como nos han mentido siempre. JRM)