viernes, 8 de octubre de 2010

IDEA LIBRO: INCIDENTE CASTRO-LOJENDIO Y PRENSA (I)

 


A modo de prólogo:

En la etapa crítica de la Revolución Cubana, 1959-62,  la metodología que utilizó Fidel Castro en aquellos momentos, haciendo uso de todo tipo de “artimañas y medias verdades”, es la misma que usa ahora (en 2010) tras interregno de silencio por presunta enfermedad en los últimos  años. Los resultados son similares para el propósito comunista emprendido desde el inicio y que, férreamente, mantiene ahora  después de 52 años en el poder absoluto...

De las muchas preconcebidas trampas utilizadas, una de las más famosas es la astuta encerrona al embajador designado en Cuba por el Gobierno español, en la que aquél, de forma incauta, caía como tal cuando pretendió solventar el asunto al “modo equivocado”...

Los relativos éxitos que el proceso revolucionario cubano iba cosechando, se transformaba en la mayor impertinencia para el status político internacional imperante. Con fecha 21 de enero de 1960, el Ministro cubano de Exteriores, Raúl Roa, procedente por vía aérea de la capital egipcia, tras haber visitado Arabia Saudita en misión oficial, hizo escala en el aeropuerto romano (Italia) donde será recibido por su Santidad el Papa Juan XXIII. Estos acontecimientos en política exterior cubana envalentonan a Fidel Castro, a pesar de su enfrentamiento con la Iglesia Cubana, quien, en La Habana, provoca un incidente diplomático con el embajador español, Juan Pablo de Lojendio, al que ocasiona su destitución como representante de España.   

Aspectos estos dignos de comentarios, pues parece que por decisiones precipitadas desde superior parcela de pretendida autoridad personal (se originan en “altos cargos” con poder público, político, técnico, académico, u otros…) contribuyen, según se aprecia, a la destitución de este prototipo de “fidelidad franquista”, como embajador de España en aquella isla hermana. Hechos que no son aislados y sí repetitivos…
Con excesiva frecuencia, la persona nominada como portadora de determinada responsabilidad, en este o en otros campos, dispone, ordena o actúa de forma tajante con criterio “quasi unipersonal”,  y  en poco tiempo. No hacen previsión de consecuencias, tal vez, producto de la soberbia implícita que conllevan estos cargos. Conocedores de parcelas de cierta responsabilidad se puede dar fe de hechos similares, desde diversas perspectivas profesionales..., en otros campos, claro.

Es obvio que esta entradilla no formará parte del texto del libro anunciado, ahora en corrección urgente…

La revolución patrocinada por Fidel Castro para Cuba, desde enero de 1959, y en los dos-tres siguientes años (que podemos acuñar de triunfales, y base de la edición que se prepara) usó toda clase de artificios para consolidar su preconcebida idea, en álgidos momentos para el mundo de la época inmerso en plena “guerra fría”. Este revolucionario, sin escrúpulos para no demorar su concebido plan, desde aquel momento defenestró a todo aquel que se opusiera a su proyecto personal, incluidos sus más cercanos colaboradores en la idea preliminar, cual era, en principio, cambiar el régimen de Batista por otro netamente democrático…

Un buen ejemplo de lo expuesto es el enfrentamiento contra la España dictatorial de Franco, anticomunista, con pésimas relaciones con el régimen español. El litigio se consolidó por medio de su embajador en La Habana, Juan Pablo de Lojendio e Irure, Marqués de Vellisca; si bien, la prensa de la época, que analiza este hecho con todo lujo de detalles, se alinea en contra de Castro y a favor del diplomático español. Claro que, salvada la Agencia TASS o afines, y la poca que controlaba el régimen cubano en aquel momento, más tarde totalmente clausurada por decisión revolucionaria; y, según todos los pronunciamientos, crear un “panfleto comunista” de pocas páginas, que perdura hoy con nombre del desvencijado pero mítico yate “Granma” que trasladó desde Méjico a Cuba  82 cubanos de buena voluntad…

Un periódico / Diario de Las Palmas/ de Canarias, con fecha 22 de enero, referido al día 21 en La Habana , del año que se inicia, 1960, dedica cuatro columnas de la portada y a toda página. Informa de la salida del representante diplomático español tras el incidente habido entre el mandatario cubano Fidel Castro y el embajador Juan Pablo de Lojendio, al que da un breve plazo para que abandone Cuba. Titula este medio que el Gobierno español espera el informe verbal del representante diplomático expulsado de la isla, tras intento infructuoso de exigir a Castro que aclare las manifestaciones calumniosas que daba  ante la TV. Cubana (Telemundo).

Asimismo, el Gobierno cubano llama a su embajador en Madrid, Miró Cardona, y Washington, en solidaridad, llama a su representante diplomático en La Habana. Otro rotativo /El Día/ tinerfeño, con fecha 21, desde La Habana, nos informa de incidentes en la Embajada española en aquel país, ocasionados por un agrio encuentro entre el presidente cubano y don Juan Pablo Lojendio, embajador de España. Dicho incidente tuvo lugar minutos después de que el líder cubano atacase duramente a Manuel Rojo del Río, ex comandante de los paracaidistas cubanos que había huido a Nueva York, el día anterior, pidiendo asilo político después de acusar a Fidel Castro de considerarse "un superhombre". Por otra parte, añade la crónica, el Sr. Lojendio parece que concedió especial importancia a la lectura de una carta por Fidel Castro, en la que según éste, un pariente del jefe de las Fuerzas aéreas, Díaz Lanz, acusaba a las embajadas, norteamericana y española, de dar cobijo a contrarrevolucionarios. Decía, además, que había una imprenta, armas y dinamita en una iglesia de Cuba. Después de referirse a esta carta, uno de los periodistas que interrogaba a Fidel Castro le pidió que comentase la reciente visita de varios sacerdotes al embajador de España. Aspectos analizados en otra parte…

Para consolidar el "acoso y derribo" de Pablo Lojendio, la misma emisora de televisión leyó un mensaje del grupo militar que actuaba en la Sierra de Scambray, declarando persona "non grata" al embajador español. Similares protestas se llevaron a cabo por la Confederación Cubana de Trabajo, patrocinada por su secretario general, David Salvador.  Tras el conocido como “incidente Lojendio" (citado como tal por el Dr. Manuel de Paz Sánchez, ULL, en una edición al efecto), estaba la influencia de la Unión Soviética  (a través de Ernesto Guevara y de Raúl Castro) sobre el mandatario cubano, al que obligaría, como pretexto político, a romper relaciones con España, tradicional enemigo de la URSS tras la guerra civil de 1936.

La trascendencia del hecho fue general, la prensa del momento lo recogía en sus primeras planas, e informa de la urgente entrevista entre el embajador de los Estados Unidos en Cuba, Philips Bonsal y Lojendio, a causa de la inminente partida para España de éste, dispuesta por Castro. No se ha hecho comentario alguno que haya trascendido a los medios de prensa, si bien se sabe fueron coincidentes en torno a la gravedad del asunto. En otra página figura una noticia fechada en Washington, día 21, donde el Secretario de Estado, Christian Herter, ha declarado que los Estados Unidos han ordenado a su embajador en Cuba que regrese a Norteamérica para celebrar consultas. El anuncio de la declaración de Herter, mantiene relación con el incidente ocurrido entre Fidel Castro, Jefe del Gobierno cubano, y el embajador español en Cuba. El alto funcionario USA expresa su profundo pesar y declara que se ha llamado a su embajador para celebrar consultas, según noticia de la agencia EFE. Mientras tanto en La Habana, en una entrevista discurso, Fidel Castro aseguró que las plantaciones azucareras cubanas están siendo bombardeadas y que "existen amenazas en el sentido de que serán reducidas las cuotas de importación de azúcar cubano en los Estados Unidos”. Se quejó también de los "ataques" contra Cuba del vicepresidente Richard Nixon, y habló de una campaña de hostilidad dirigida contra Cuba. En otro apartado se recogen las noticias de la prensa de Nueva York,  que presta gran importancia al "incidente". El Nueva York Times subraya que durante la alocución televisada, Castro insistió en un complot internacional contra su país en el que participan determinadas embajadas extranjeras, analizando con detalle el desencuentro ocurrido ante las cámaras de la televisión cubana. El New York Herald Tribune y El Daily News publican análoga información de la prestigiosa Associated Press. (Sigue)





















El periódico digital de La Laguna
Por Miguel Leal Cruz