domingo, 17 de octubre de 2010

América: la fuerza de los mitos



 (Foto de Internet. Seminario San Carlos y San Ambrosino, 1689. Habana Vieja, Cuba)


 Del ABC.es OPNIÓN


España reinvirtió en América muy buena parte del tesoro americano. Se dotó a América de una infraestructura moderna, con obra civil importantísima en la historia y se cambió totalmente el significado universal, global, del continente completo. Eso es lo que hay que festejar el 12 de octubre


Día 12/10/2010

 En el bicentenario del inicio de las independencias americanas el interés por el 12 de octubre tiene que tener necesariamente otra dimensión. Ha transcurrido el suficiente tiempo como para que no se pueda achacar todo lo malo del presente de los países americanos a los tiempos virreinales. Se puede también hacer un análisis ecuánime de qué es realidad y qué es invención en la historia recibida. Un joven y distinguido historiador español, Manuel Lucena Giraldo, desveló en mayo de 2010 en el diario ABC de Madrid la falsedad de afirmaciones que se han venido dando por buenas, como el dominio de la Inquisición y la falta de educación e imprentas o el carácter malvado y avaricioso de los españoles, entre otras. Economistas como Earl J. Hamilton ya habían analizado, en 1929, la delicada cuestión de los metales preciosos americanos y Europa, aunque, sin duda impelido por el espíritu de su época, le costara compaginar su idea de la reinversión en América con la tradicional del expolio de los indios. Los datos de John Munro en 2003 y de los economistas que siguen sus enseñanzas deshacen todavía más la errónea idea del valor incalculable de la riqueza americana supuestamente expoliada.
Su descubrimiento por los occidentales y la conquista y posterior reestructuración religiosa, política y económica del continente americano bajo la forma virreinal implicó un cambio decisivo no sólo para América, sino para Europa y, en última instancia, el mundo en general. Piénsese en que, por primera vez, quedaban demostradas ideas, como el carácter esférico de la Tierra, que podían haber sido consideradas totalmente erróneas pocos años antes. Se transformó el mundo y se transformó también la manera de conocerlo y ordenarlo.
Los conquistadores y su entorno difundieron mitos como la existencia de hombres con cabeza de perro o de mujeres guerreras como las amazonas clásicas. Tomaron elementos de la novela de caballerías para buscar en la Florida la fuente de la eterna juventud o situar un reino mítico en California o los territorios del Noroeste. Todo ello era falso; pero no lo eran plantas extrañas y maravillosas que cambiaron la vida occidental, como el tabaco, la papa, el tomate y tantas otras. La historia no puede rescribirse, si se quiere ser veraz, y no puede desvivirse, si se quiere ser auténtico. No se cambia con leyes, hay que estudiarla, sencillamente.
Hoy está demostrado que la política lingüística americana de la Casa de Austria fue la de tolerancia lingüística y uso para la evangelización de las lenguas amerindias. Cuando llegó la independencia, el porcentaje de hablantes de español en las Indias no llegaba al 30 por ciento. Con el ideal de la Ilustración, una lengua y una educación, los revolucionarios liberales impusieron una lengua común, la española, y realizaron en pocos años un proceso a veces completo de eliminación de lenguas indígenas. Otras, como siempre ocurre, habían desaparecido en el proceso histórico de las sucesivas conquistas e imperios, indios y españoles. Si se quiere hablar de «genocidio cultural» hay que dar su parte, grande, al período independiente. Ya se dijo al principio que doscientos años dan para mucho. No en vano la mayoría de los indígenas habían permanecido fieles a la Corona, que protegía por las Leyes de Indias sus tierras comunales. Los araucanos de Chile, nos dice Lucena Giraldo, propusieron en 1813 «formar para la defensa del Rey una muralla de guerreros en cuyos fuertes pechos se embotarían las armas de los revolucionarios». A partir de 1820, las tropas de Bolívar encontraron la mayor resistencia entre los nativos del sur de Colombia y Ecuador. Son hechos.
Hablar de los excesos de una conquista y un cambio total de sistema y rasgarse las vestiduras es tan inútil como si los españoles de hoy se presentasen ante el Parlamento italiano para pedirle cuentas de las crueldades romanas y la destrucción de las culturas celta, ibérica o tartesia. Sería ridículo. Así, resulta sorprendente para los españoles el interés obsesivo de muchos americanos por degradar a los que, en último término, son los antepasados de los americanos actuales, los suyos, y no de los europeos. La conquista fue realizada por gentes con vocación de permanencia, que rehicieron sus vidas en los nuevos territorios. Los de ida y vuelta no pasaron de algunos funcionarios y eclesiásticos, que incluso volvían a España para regresar a las Indias a la primera oportunidad. Los marinos, por supuesto, no pertenecían a la crema de la sociedad; pero, a diferencia de Australia, América no se pobló con presidiarios y carne de horca. Los aspirantes pertenecían a clases muy diversas y muchos triunfaron en otras latitudes. El caso más llamativo es el de Miguel de Cervantes, el autor del Quijote, que pretendió repetidas veces venir a América, sin que le fuera concedido nunca el permiso. Si se lo hubieran dado, el ingenioso hidalgomanchego hubiera visto la luz en México, Colombia o el Perú, con lo que ello implica, o, quizás, no se hubiera escrito.
Repasar todos los mitos y falsas ideas respecto a la conquista y el período virreinal exigiría un libro. Para terminar, como poderoso caballero es don Dinero, permítasenos analizar la cuestión del oro y la plata. La idea errónea es que el oro y la plata americanos fueron a parar a España y de ahí a los banqueros de Italia, Holanda y Alemania, para pagar las deudas de las guerras de religión europeas. Lo que falla es, sencillamente la primera premisa: los metales llevados a España, con los métodos de minería de la época, constituyen, comparativamente, una pequeña cantidad. Naturalmente, de un argumento económico se esperan cifras. El tesoro enviado a España por los virreinatos y capitanías generales entre 1530 y 1650 equivale a la extracción actual de plata durante 26 meses y de oro durante seis meses. Todo el oro y plata enviados a España desde la conquista hasta 1810 se extrae actualmente en cuatro años de minería de plata y uno de oro.
Además, suponer que esas cantidades, pequeñas hoy, pero significativas en la economía de entonces, sirvieron exclusivamente a intereses europeos es otra idea sin fundamento. España reinvirtió en América muy buena parte del tesoro americano: se crearon ciudades, muchas completamente nuevas, se mantuvo a arquitectos, técnicos, científicos y artistas, se fundaron imprentas y universidades y se importaron bibliotecas, además de ropas, instrumentos y otros objetos necesarios. Se dotó a América de una infraestructura moderna, con obra civil importantísima en la historia y se cambió totalmente el significado universal, global, del continente completo. Eso es lo que hay que festejar el 12 de octubre.


(Una colaboración de Alexei Díaz Paz)

Estereotipos antiespañoles en TVE

Del Blog La Guarida de Goyix
(Una colaboración de Miguel de Jaque)


De entre las falsedades y devergonzadas lamidas a los próceres de las patrias hispanoamericanas, la peor sin duda se produjo el sábado pasado. El hecho alcanzó una indignidad insoportable al tratarse de un reportaje de Informe Semanal de la televisión pública española, TVE, y en vísperas del Día de la Hispanidad.
200 años de independencia y 500 de opresión, dibujan el mapa actual de latinoamérica”. Así comienza el reportaje, falsedad tras falsedad y lo saben, es decir todo mentira. Vamos por partes.

“200 años de independencia” dice, me pregunto si los que no pertenecían a la burquesía criolla, si los españoles, si los indígenas vivieron esa supuesta independencia. La burguesía criolla bien representada por esos héroes de la independencia, se saltaron cualquier control externo para hacerse con el poder político, ya que el económico ya lo tenían. Incontrolados, hicieron lo que quisieron en nombre de su nueva patria, expropiaron, expulsaron y exterminaron a quien quisieron. Sí, leen bien, exterminaron, véase por ejemplo Al oído del Reyo la “conquista” del desierto como figura en el billete de 100 pesos argentinos.



¿El desierto se conquista con soldados?

Pero también hicieron algo lamentable, vendieron la supuesta libertad de su nación a otras. Porque los malos son los españoles. Fue a Inglaterra primero, sus amiguitos interesados, es lógico pues la mayoría de los próceres eran masones dependientes de logias inglesas, muy nacionalistas por cierto ¡qué casualidad!. Prueba de su sometimiento al imperio inglés es por ejemplo la independencia de Chilela guerra de la Triple Alianza o la creación de la macrocefalia bonaerense. Después llegó EEUU, no hace falta dar más detalles por todos conocidos.
También decía “500 años de opresión”, desde 1492 claro está, pues parece que antes no vivían oprimidos lo pueblos precolombinos. Sólo vivían en guerra permanente, sometiéndose unos a otros. Tiene una razón de ser: no había ganado de engorde, así que las cantidades necesarias para alimentar grandes urbes como Tenochtitlan provenían de los prisioneros. Sí, los sacrificios, el diseño de sus armas y todo lo demás eran para eso etc. Pero señores es que fueron los españoles los primeros en aplicar lo que llamaríamos los derechos humanos nada más llegar. Primero con Isabel la Católica que reconocía los derechos de los Indios somo súbditos españoles y luego con Carlos V y su 
Junta de Valladolid. Los indígenas y demás población estaban protegidos por ley frente a los abusos de poder, que los había, igual que ahora y en Europa misma. Caciques del lugar y gobernadores deberían dar cuenta de sus abusos, finalmente para estos últimos en Juicios de Residencia ante el mismo Rey. Opresión hubo, especialmente de los ingleses y franceses que asaltaban las ciudades costeras, destruyendo lo construido por España. Levantó ciudades, les enseñó un idioma común, les defendió, les llevó el arado, la rueda, el alfabeto y un sin fin de mejoras comparables al legado romano… ¿Qué dejaron los ingleses y franceses? Nada, salvo genocidios y guerras. Eso sí opresión. Les animo a saber como se vivía en Lima en el siglo XVIII, no había ciudad igual.
Encima entran en contradicción, pues reconoce la opresión en las hijas de España, eso sí muy independientes. ¡Váyanse al cuerno oigan!
Por lo menos reconocen en el reportaje que la historiografía de las naciones hispanoaméricanas, en relación con sus próceres, no es todo lo veraz que deberiera y que ese discursito de héroes ya no se lo cree nadie.
El resto del reportaje ni lo ví. El tema parecía interesante, pero lo que realmente me llamó la atención fue que dos periodistas españolas, fueran capaces de sintetizar y utilizar en una sola frase todos esos estereotipos sobre el paso de España por América. Estereotipos creados por los holandeses en la leyenda negra, mantenidos por los ingleses y refritos por amantes de la libertad bolivariana como Hugo Chávez. Pero ¿quienes son las que han perpetrado semejante asquerosidad?:




Doña Teresa Rodríguez Vega es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Tiene estudios de Filosofía y Económicas en la UNED, como Montilla. Cabeza visible del repotaje y principal responsable del mismo.





  • Doña Rosa Alcántara Pérez es realizadora, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y es tan responsable como su compañera en este reportaje.

  • Miren, señoras o señoritas, que me da igual, he sentido un asco indescriptible al oir semejante frase en mi televisión, porque yo soy español. Estoy muy orgulloso del legado de mi nación y estoy cansado de ese entreguismo borreguil y cobarde a falsedades hechas por autentica gentuza. Les emplazo a que se vayan junto con ese libertador agorilado y sus asesores etarras o bien que dediquen su tiempo a reportajes realmente innovadores. Les recomiendo por ejemplo que investiguen un poco en la línea del canibalismo precolombino y sus repercusiones la organización de dichas sociedades. Podrían también intentar destapar la relación de los próceres con la masonería inglesa y con un criminal como Miranda, y descubrir cual fue la eliminación, digo final desdichado, de cada uno de ellos.
    Supongo que no harán ninguna de estas cosas, pues es algo políticamente incorrecto, especialmente con la política de que les llena el pesebre. Deberían pedir perdón, hay hermanos de ultramar mucho más españoles que ustedes. Juntaletras, apesebradas, traidoras y cobardes, a mi no me da asco ser español, me dan asco ustedes.

    PD2: Por vergüenza, además de pegarse buenos viajes, estudien o lean un poco por favor.