viernes, 17 de diciembre de 2010

El Generalísimo Gómez no descansa tranquilo.

 No hay dudas de fue Máximo Gómez quien traicionó la memoria de Maceo y Martí al darle el visto bueno a los norteamericanos para que atacaran Cuba y pelear a su lado, cuando estos habían dicho que si algún día había una invasión norteamericana, ellos pelearían al lado de España. Después de que EEUU ganó la guerra y nos hace colonia, Gómez escribe lo que verán a continuación:
 El General en Jefe del Ejercito Libertador de Cuba, Máximo Gómez, escribió en su Diario de Campaña: (… ) Tristes se han ido ellos y tristes hemos quedado nosotros, porque un poder extranjero los ha sustituido. Yo soñaba con la paz con España, yo esperaba despedir con respeto a los valientes soldados españoles, con los cuales nos encontramos siempre frente a frente en los campos de batalla(… ) Pero los americanos han amargado con su tutela impuesta por la fuerza, la alegría de los cubanos vencedores, y no supieron endulzar la pena de los vencidos. La situación pues, que se le ha creado a este pueblo, de miseria material y de apenamiento, por estar cohibido en todos sus actos de soberanía, es cada vez más aflictiva, y el día que termine tan extraña situación, es posible que no dejen los americanos aquí ni un adarme de simpatía.
Pero lean la carta que le envió el Capitán General Ramón Blanco Erenas al Generalísimo Máximo Gómez el 5 de Marzo de 1898, invitándolo a que se uniera a ellos para luchar contra el invasor enemigo y después verán la respuesta de Gómez.
PROPOSICIÓN DEL CAPITÁN GENERAL RAMÓN BLANCO ERENAS AL GENERALÍSIMO MÁXIMO GÓMEZ, 5 de Marzo 1898.
General Máximo Gómez, jefe de las fuerzas revolucionarias.

 Señor:

 Con la sinceridad que siempre ha caracterizado todos mis actos, me dirijo a usted, no dudando por un momento que su clara inteligencia y nobles sentimientos, los que como enemigo honrado reconózcale, harán acoger mi carta favorablemente. No puede ocultarse a usted que el problema cubano ha cambiado radicalmente. Españoles y cubanos nos encontramos ahora frente a un extranjero de distinta raza, de tendencia naturalmente absorbente, y cuyas intenciones no son solamente privar a España de su bandera sobre el suelo cubano, por razón de su sangre española. El bloqueo de los puertos de la Isla no tiene otro objeto. No sólo es dañoso a los españoles, sino que afecta también a los cubanos, completando la obra de exterminio que comenzó con nuestra guerra civil. Ha llegado, por tanto, el momento supremo en que olvidemos nuestras pasadas diferencias y en que, unidos cubanos y españoles para nuestra propia defensa, rechacemos al invasor. España no olvidará la noble ayuda de sus hijos de Cuba, y una vez rechazado de la Isla el enemigo extranjero, ella, como madre cariñosa, abrigará en sus brazos a otro nueva hija de las naciones del Nuevo Mundo, que habla en su lengua, profesa su religión y siente correr en sus venas la noble sangre española. Por todas estas razones, General, propongo a usted hacer una alianza ambos ejércitos en la ciudad de Santa Clara. Los cubanos recibirán las armas del Ejército español y, al grito de ¡viva España! Y ¡viva Cuba!, rechazaremos al invasor y liberaremos de un yugo extranjero a los descendientes de un mismo pueblo”.

 Su afectísimo servidor,

 Ramón Blanco Erenas Capitán General

 GENERAL MÁXIMO GÓMEZ RECHAZA OFERTA DEL CAPITÁN GENERAL ESPAÑOL RAMÓN BLANCO ERENAS

5 de Marzo 1898Sr.

General Don Ramón Blanco

Señor:

 Me asombra su atrevimiento al proponerme otra vez términos de paz, cuando sabe que españoles y cubanos jamás podrán vivir en paz en el suelo de Cuba. Usted representa en esta Cuba una monarquía vieja, desacreditada, y nosotros combatimos por un principio americano, el mismo de Bolívar y de Washington. Usted dice que pertenecemos a la misma raza y me invita a luchar contra un extranjero; pero usted se equivoca otra vez, porque no hay diferencias de sangre y raza. Yo solo creo en una raza, la Humanidad, y para mí no hay sino naciones buenas o malas. España ha sido, hasta aquí, mala, cumpliendo en estos momentos los Estados Unidos hacia Cuba un deber de humanidad y civilización. Desde el atezado indio salvaje hasta el refinado inglés un hombre es para mí digno de respeto, según su honradez y sentimientos, cualquiera que sea el país o raza a que pertenezca o la religión que profese. Así son para mí las naciones, y hasta el presente sólo he tenido motivos de admiración para los Estados Unidos. He escrito al presidente McKinley y al general Miles (obviamente el Generalísimo desconocía los verdaderos sentimientos de Miles-Brenckenridge-McKinley). No veo el peligro de exterminio por los Estados Unidos a que usted se refiere en su carta. Si así fuere, la Historia los juzgará. Por el presente sólo tengo que repetirle que es muy tarde para inteligencias entre su ejército y el mío".

Su afectísimo servidor,

Máximo Gómez Báez
 Se ve claramente como Máximo Gómez fue un traidor a España y su conciencia de haber entregado a Cuba a EEUU no lo dejaba tranquilo. J.R.M.