(Colaboración de un Anónimo)
José Ramón, encontré un artículo muy bonito en un periódico del 1962. Ahí se vé como 6 décadas después de la pérdida de Cuba, se seguía considerando a los cubanos como hermanos:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1962/01/13/034.html
LOS REFUGIADOS CUBANOS
La dureza inmisericorde de nuestro tiempo está planteando un grave problema humano, de proyección histórica y trascendencia vital: el de los refugiados, esos hombres que, perseguidos y privados de patria, ruedan por el mundo con el dolor moral y material de sus vidas deshechas. Cierto que este problema existió también en otras épocas, pero nunca con el volumen y la significación que alcanza en la nuestra. Prueba de ello es que en algunos países hasta se ha llegado a crear un "Ministerio de Refugiados". Eso de que haya que dirigir y administrar en gran escala estatal el dolor, la ínjusticia y la miseria es algo tremendo que hasta ahora no había' ocurrido; es un rotundo y estremecedor mentís a todos los tópicos y utopías con que el demoliberalismo y el socialismo habían venido tratando de hacer felices a los hombres en una sociedad apartada de Dios y basada tan sólo en la "filantropía", la razón y la economía.
A España—oasis de paz y de orden en un mundo convulso—ha llegado también el problema de los refugiados. Y nos ha llegado, precisamente, en la forma en que, como a españoles, podía resultarnos más dolorosa y más grata a utí tiempo. Los españoles tenemos que' atender' 'ahora a los refugiados cubanos. Y como a los cubanos no los podemos considerar extranjeros, extraños a nosotros, he ahí por qué su situación humana nos resulta aún más dolorosa; y más grata, en cambio la atención que podamos prestarles. Los cubanos son nuestros hermanos y debemos sentir con ellos y atenderles como a tales.
Hace días, nuestro colaborador J. E. Casariego se ocupó de todo esto en un artículo titulado: "Cuba y la Madre Patria". Se apuntaban ahí las hondas razones por las que España debe poner todo su amor y su afán en prestar acogida fraternal a los cubanos. A Cuba emigraron, durante generaciones, muchísimos españoles que allí encontraron una segunda patria, en la que obtuvieron, con su legítimo, esfuerzo, positivos beneficios, parte de los cuales sirvieron aquí, más tarde, para obras de gran alcance espiritual, social y económico. Por tanto, además de la caridad cristiana y la solidaridad de raza, hay también motivos de gratitud y de justicia para atender ahora a los refugiados que nos llegan de Cuba.
El exilio cubano en España suma ya varios millares de personas, que arriban a la Madre'Patria (nunca más "Madre" que en estas circunstancias) después dé haber, sido arruinados, vejados y perseguidos, de haber visto asesinar a deudos y amigos, o de haberlos dejada malviviendo en prisiones inhumanas. Muchos de los que llegan son hijos de españoles. Todos necesitan nuestra comprensión, nuestros estímulos y, en su mayor parte, auxilios materiales. Vienen ancianos y niños a rendir o a domenzar su vida en nuestra vieja tierra. Vienen hombres y mujeres en la flor de la edad, con deseos de trabajar y reconstruir su existencia. Son muchos entre ellos los profesionales y los obreros especializados capaces de realizar un trabajo útil y selecto. Algunos traen la valiosa experiencia de una vida dinámica en el mundo de los negocios. Gentes que pueden aportar esfuerzo, maestría y entusiasmo en esta etapa de renacimiento y expansión enocómica que ahora empieza a desarrollarse en nuestro país.
Sean bienvenidos los hermanos cubanos. Démosles todos jubilosa bienvenida, mas no sólo con palabras, sino con hechos. Hechos que se traduzcan con apoyo efectivo y práctico: puestos de trabajo, viviendas, becas, cuidados materiales a los ancianos, los enfermos y los niños. La eterna España católica, la España que hizo a Cuba en el pasado, la España sindicalista del presente tiene que hacer honor a esos títulos y ser como una verdadera "Madre Patria" para esos hermanos en desgracia que ahora se acogen a ella.
viernes, 7 de enero de 2011
José Martí se equivocó y hoy sufrimos el resultado de sus errores. Por José Ramón Morales
(Foto de Internet, Gómez y Martí, New York 1894)
No sólo estamos viviendo el resultado de los errores cometidos por Martí, sino que lo hemos engrandecido hasta ponerlo en un altar. Sin dudas que es una figura intocable y sobrevalorada desde cualquier lado político de los cubanos, pero la verdad es que cometió unos errores gigantescos desde mi punto de vista y el resultado es esto que estamos pasando los cubanos hoy en día.
Primero que todo José Martí admiraba la figura de Simón Bolivar, quizás sin saber que era un tirano y un dictador, una figura siniestra y el lo veía como si de un Dios se tratase. Véase el video sobre Bolívar. También a su paso por los diferentes países de América Latina recién independizados, Martí se dió cuenta que la ésta no había resuelto nada, ahora existían dictaduras de los criollos y los pobres seguían cada vez más pobres y nada había cambiado. Como he dicho en otras ocasiones, también cuando estuvo en Puerto Principe, Haití, expresó que sentía libertad, pero se había acabado el progreso que tenían bajo los franceses, y el resultado es que Haití nunca logró levantar cabeza, ni la levantará, pues no saben gobernarse, sin embargo las islas del Caribe que son protectorados de Francia, Inglaterra, Holanda EEUU están bien y con progreso. Si esos africanos hubiesen optados por la independencia, estuviesen igual que Haití. Ahora no me vayan a llamar racista, los resultados son los que hablan. Tampoco a Cuba le fue bien con la separación de España.
Martí, quien por razones personales no quiso pelear en la Guerra de los Diez Años de 1868 al 1878, primero por estar desterrado en la Península y allí estudiando Derecho y Filosofía y Letras, pero se graduó en 1874 y en vez de entrar a Cuba ilegal como hicieron otros como el General mambí Enrique Collazo que también estaba en España, (después pasa a EEUU y de ahí desembarca en Cuba), pues éste decide viajar por Europa, después Guatemala, ir a México, reunirse con su familia y casarse, etc., en fín que no desembarca en Cuba a pelar en la guerra que se puede decir que no era de solo de Independencia, pues querían su posterior anexión a EEUU y eso está comprobado, que tanto el Padre de la Patria "Carlos Manuel de Céspedes", como el que escribió el Himno que es solo dirigido a los bayameses, Perucho Figueredo, Francisco Vicente Aguilera el de los 500 esclavos, Ignacio Agramonte el que murió con la bandera americana bordada en el pecho, etc. en fin todos esos negreros criollos que por años repartieron látigos a sus esclavos y que después los usaron para que pelearan bajo su mando con falsas promesas y su objetivo era separar a Cuba de España y su posterior anexión a EEUU pues temían que en Cuba ocurriera algo similar a Haití, eran anexionistas. Pues bien, Martí cogió mala fama por no querer pelear en esa guerra y cuando el Pacto del Zanjón que le permite regresar a Cuba, abrir su Bufete de Abogado y postularse a las Cortes de Madrid representando a Cuba, no tuvo el apoyo de los criollos. Su forma de limpiar su prestigio era crear una revolución y la hizo y fue lo peor que pudo pasar en Cuba. pues fue el caldo de cultivo para la intervensión norteamericana.
La revolución de Martí, a pesar de estar convencido que en ningún país la independencia había funcionado y el siendo hijo de un peninsular y una canaria, de sangre 100% española, en vez de pensar en cambiar gobiernos, leyes, etc., nó, decide traicionar a España y buscar la independencia. Cuba no era una país conquistado por España, Cuba fue hecha por España desde cero y los cubanos no eran nativos, todos se pueden decir que eran extranjeros nacidos en Cuba. Para eso se unió al Generalísimo dominicano y sanguinario Máximo Gómez, que se le ocurre destruir toda la riqueza de Cuba para que España pierda interés por la Isla, como si el amor verdadero a un terruño depende de las riquezas que posea. España amaba a Cuba y la sigue amando a pesar de sus problemas. La Tea Incendiaria del Generalísimo Gómez fue un crimen de lesa humanidad. Mataron las reses, incendiaron los ingenios, las fincas, pueblos, los ferrocarriles, los telégrafos, dictó pena de muerte para el que siguiera trabajando en un ingenio azucarero, y al final, cuando estaba derrotado con un grupito en la manigua y se comienza la Autonomía en Cuba, lo que el Partido Liberal Autónomo y que era lo que la mayoría en Cuba esperaba desde 1878. Hubo tropas mambisas que salieron de la manigua para unirse al nuevo gobierno autónomo, que le dió la oportunidad de votar hasta los ex-esclavos. Máximo Gómez de una forma traidora se une a los norteamericanos para luchar contra España, después cuando triunfa EEUU y nos separa a fuerza de España, entonces se lamenta.
La Revolución de Martí fue fatal para Cuba y éste es el resultado. Ninguna Comunidad Autónoma de España esta tan mal como Cuba a pesar de crisis actual, y los cubanos lo hemos endiosado de una forma enfermiza. Hay que separar al Martí poeta y escritor que sin dudas fue un genio, del Martí que llevó a Cuba al desastre actual.
Si no llega a ser por Martí, hoy en día fuésemos la Comunidad Autónoma de Cuba, España, del primer mundo, perteneciente a la Unión Europea, con el Euro como moneda oficial, pasarte unitario, pertenecientes al Tratado de la OTAN, todo un lujo y la Comunidad Autónoma mas próspera de España. Recapacitemos, necesitamos dejar ese exceso de patriotismo enfermizo y ver las cosas como eran verdaderamente. No entiendo como en la votación para elegir que monumento iría a sustituir a la Reina de España en el Parque Central de La Habana donde Martí obtuvo solo 16 votos pero fue quien más sacó, Máximo Gómez no votó por él.
¿Cuál era la verdadera opinión de Gómez sobre Martí? ¿Por que prefirió a José Antonio Saco? Eso es un misterio que los historiadores nunca escribieron.