sábado, 5 de febrero de 2011

La Mejorana y la independencia cubana: un choque de ideas y liderazgo entre José Martí y Antonio Maceo. ( Parte I )


(Fotos de Internet)

Por ALINE HELO 
Universidad de Texas en Austin

Resúmen
 Este artículo reconstruye el último encuentro entre el intelectual blanco José Martí y el general mulato Antonio Maceo en La Mejorana en mayo de 1895, al principio de la Guerra de Independencia de Cuba. En seguida, examina la relación entre Martí y Maceo, basándose en la correspondencia de los dos hombres, y analiza las ideas principales en las cuales ellos concordaron y discordaron. Muestra que, sin duda, Martí se destacaba entre los pensadores latinoamericanos blancos del siglo xix por sus posiciones sociales progresistas y anti-racistas y por su papel en la formación de la nación cubana. No obstante, Maceo incorporó el proyecto social de muchos negros y mulatos pobres y aseguró la participación de ellos en la guerra. Sus ideas se distinguen de las de Martí en varios temas, notablemente la preponderancia del control militar (y no civil) en la guerra y la prioridad de la igualdad social (no de los derechos civiles) en la futura república cubana.

 El discurso político cubano del siglo xx ha usado repetidamente la imágen unida de dos de los líderes más incontestables de la independencia de la nación —al intelectual blanco José Martí y al general mulato Antonio Maceo— para aclarar la supuesta realidad de la igualdad racial en Cuba.
Tal representación transforma a Martí como si fuese el «cerebro» —la ideología— de la guerra de independencia cubana —y a Maceo en su «brazo»— en su fuerza física. El uso de las dos figuras unidas ayuda a ilustrar, de varias maneras, el mito de la igualdad racial. Esconde las serias divergencias entre los dos líderes sobre temas de mayor importancia durante la guerra, como también las muchas ocasiones en que Maceo fue relegado a posiciones subordinadas por su raza.

 Convierte a Maceo en la verdadera encamación de la Cuba independiente, libre de prejuicios raciales: después de todo, el mito alega, el hecho de que él haya logrado convertirse en el general más famoso de Cuba Libre a pesar de su ascendencia parcial africana y de su educación formal limitada, es prueba de que el racismo había desaparecido2 Además, la imágen unida de Maceo y Martí no cuestiona las jerarquías convencionales porque ella reproduce estereotipos raciales bien establecidos que reconocen la resistencia y la capacidad física de luchar de las personas de ascendencia africana pero que limitan los más altos niveles de inteligencia y análisis a los blancos.

 Como resultado, los historiadores le han prestado una atención limitada a la ideología de Maceo y a las diferentes maneras en que Martí y Maceo imaginaron alcanzar la misma meta: la creación de una república democrática cubana. Los historiadores se han inclinado en describir la lucha de Cuba por su independencia como un movimiento unitario con un maestro incontestable, Martí, y un poderoso «Titán de Bronce», Maceo. Martí es recordado como el pensador cuyas ideas de unidad e igualdad hicieron posible la última guerra de independencia; después del fracaso de la Guerra de los Diez Años (1868-78), Maceo, como el estratégico perspicaz y el combatiente más valiente en las guerras anti-coloniales cubanas. Sin duda, Martí se destaca entre los pensado- res latinoamericanos blancos del siglo XIX por sus posiciones sociales progresistas y antiracistas y por su papel en la formación de la nación cubana. No obstante, Maceo incorporó el proyecto social de muchos negros y mulatos pobres y aseguró la participación de ellos en la guerra. Sus ideas se distinguen de las de Martí en varios temas, notablemente el proceso de la emancipación de los esclavos en la Guerra de los Diez Años, la preponderancia del control militar o del control civil en la guerra de independencia, y la prioridad de la igualdad social o de los derechos civiles en la futura república cubana.

 Un evento resume bien las diferencias entre los dos líderes: es la reunión entre Maceo, Martí y el general Máximo Gómez en el ingenio de La Mejorana, cerca de Santiago de Cuba, el 5 de mayo de 1895, en donde no lograron llegar a un acuerdo sobre temas muy importantes en cuanto a la lucha por la independencia. En las palabras del intelectual cubano Pedro Pablo Rodríguez, «La Mejorana fue un choque de concepciones y liderazgo», pero, interesantemente, un choque que no dividió al movimiento~. No es de sorprenderse entonces, que los historiadores hayan vacilado en reconocer esta última reunión divisiva entre Maceo y Martí, los dos líderes que más ejemplarmente simbolizan hoy la lucha cubana por la independencia4. La desgana de los historiadores en parte se comprende por la discreción de los propios participantes. Martí, Maceo, y Gómez no divulgaron sus divergencias en aquel momento, y, sin duda alguna, el hecho de que Martí haya muerto luego después, ayudó a prevenir a Maceo y a Gómez de hacer comentarios públicos que mostrarían la falta de unidad en las fuerzas separatistas.

 En este articulo, examino La Mejorana como el último episodio de un largo debate entre dos hombres completamente comprometidos con la independencia cubana quienes murieron sin ver el final de la dominación española, dejando así Cuba Libre huerfana de sus líderes más radicales. Sostengo que las diferencias ideológicas entre Maceo y Martí, demostradas en La Mejorana, ayudan a explicar —junto con el expansionismo norteamericano y los abusos de España— la intervención de los Estados Unidos en la guerra en 1898 y las debilidades subsiguientes de los primeros gobiernos independientes cubanos.