martes, 8 de febrero de 2011

CUERVO Y SOBRINOS, una joyería de lujo desde Cuba Española fundada en 1862 por asturianos ( Parte II )


Continuación. De Nicolau

CUERVO Y SOBRINOS. “La más antigua y prestigiosa Joyería de Cuba”
Fue fundada en 1862 por un asturiano, y durante casi un siglo sus propietarios y directores fueron y siguen siendo, españoles”. ABC 25/07/57. Página 18.

I.- La Joyería de la familia asturiana CUERVO.


 La prestigiosa Joyería de Cuba CUERVO y SOBRINOS, fue fundada en el año 1862 por el asturiano D. Ramón F. (Fernández) y Cuervo, posiblemente natural de Quinzales, concejo de Pravia, que se dedicó inicialmente a la importación/almacén de joyas.


 El primer lugar de su ubicación fue en Calle de la Amistad de la Habana.


 En 1874, la tienda es trasladada a la Calle del Teniente Rey, en pleno corazón de La Habana.
En 1880 se incorporaron dos sobrinos del fundador: D. Baldomero y D. Teodomiro (2). Por aquel entonces habían transcurrido 18 años desde la apertura de la tienda/almacén.


 Más tarde, son llamados a España -en diversas fechas-, los hermanos de los anteriores (y sobrinos de D. Ramón), Don José María, Don Armando, Don Plácido y D. Lisardo (4). Es entonces cuando la tienda toma gran prestigio y comienza a girar con la firma“Cuervo y Sobrinos”. Pero ¿en qué año comienza a llamarse la tienda Cuervo y Sobrinos y toma prestigio, al extremo de confundirse hoy con la fecha del embrión de la empresa por D. Ramón? Se dan dos fechas, el propio Armando Fernández, Río y Cuervo, facilita la fecha de 1885. Los italianos dan como data 1882. Se me ocurren dos hipótesis, que el negocio fuera “rebautizado” como Cuervo y Sobrinos antes de formar parte –formalmente- del negocio D. Armando (1882), pero qe éste no diera por buena la fecha de constitución de la empresa familiar hasta que se le diera una participación en la misma (1885). A modo orientativo, resulta que D. Armando F. (Fernández) Río y Cuervo, nació en 1862 en Quinzales, concejo de Pravia (Oviedo de Asturias), confiesa que se educó en un Colegio de la Bayona francesa, que embarcó para Cuba, pasó a México como dependiente de un negocio de Joyería y que luego fue llamado por su tío D. Ramón. Alcanzó pues, la mayoría de edad (21 años) en 1883.



 Cuadran, pues las fechas dadas. En 1885 contaba con 23 años de edad.

 Sigamos pues, con las fuentes cubanas, en publicaciones de 1917, solo se habla de 3 sobrinos: Don Armando, Don Plácido y D. Lisardo. Son eliminados los dos primeros en llegar (D. Baldomero y D. Teodomiro) y D. José María, posiblemente los tres mayores, que o bien habrían fallecido o se habrían separado de la empresa, regresando a España o dedicándose a otros menesteres. Lo que queda patente es que el hito que se tiene como fundamental es la entrada en la sociedad de D. Armando, que quizás fuera el primero en conseguir asociarse o fuera cuando se tomó el nombre oficial de Cuervo y Sobrinos.


 El nombre de los 6 sobrinos, consta en la fuente Española, por declaración de D. Ricardo Rivón al periódico ABC en 1957.


 En 1895, ya en pleno auge y con la colaboración de los sobrinos de D. Ramón, la tienda se traslada a la calle de la Muralla, ubicada en pleno centro comercial de La Habana.
Vemos pues, tres diferentes ubicaciones de la tienda: 


1.- Calle Amistad.
2.- Calle del Teniente Rey.
3.- Calle Muralla.
(4.-) A las que más adelante añadiremos la de Calle San Rafael.


II.- D. RICARDO A. RIVÓN Y ALONSO, socio, apoderado general, accionista de CUERVO y SOBRINOS, S.A., Presidente y socio mayoritario.


 En 1904, inicia sus servicios en la Casa, otro asturiano D. Ricardo A. Rivón y Alonso. Es llamado por D. Plácido Fernández Río y Cuervo cuando contaba con 23 años de edad. 


 En 1907 fallece D. Ramón Fernández y Cuervo y tomará la dirección de la empresa el sobrino D. Armando Fernández y Río .


 En 1916 D. Ricardo Rivón entra como socio y es nombrado apoderado general, siguiendo D. Armando como gerente. Será cuando éste para facilitar las compras en Europa, abre una oficina en Pforzheim (Baden de Alemania). Las importaciones se realizan desde Europa y E.E.U.U., pero no solo se limitan a relojes, sino a Porcelana (Alemania) y Cristal (posiblemente Chequia) y a piedras preciosas ya talladas (Francia). Sobre el último extremo, recordemos el caso del abuelo de Alberto Dumont dos Santos, conocido como Santos Dumont. Fue hijo de Enrique Dumont (y Honoré), francés por los cuatro costados nacido en Brasil y de la acaudalada Francisca dos Santos (hija del Comendador brasileño Paulo dos Santos). El abuelo del famoso Alberto, de nombre François se estableció en Brasil para montar un negocio de exportación en bruto de piedras preciosas y semipreciosas e importación de piedras talladas (que no prosperó en demasía) y casó con Euphrasie Honoré, cuyo padre poseía un negocio similar, dedicado a piedras semipreciosas.


 En 1917, sigue figurando como cabeza visible de la empresa D. Armando, que indica que está haciendo gestiones para montar una tienda en París (Rue Mezlay), que parece no llegó a cuajar.


 En 1918, la empresa se traslada a la última de sus ubicaciones, a la Calle de San Rafael. Hoy tienda de ropa usada “Praga”, cuyas magníficas fotografías facilitó Jmazpiazu.


 En 1932, la primitiva empresa familiar se convierte en sociedad anónima.


 En 1936 D. Ricardo Rivón es nombrado Presidente, cargo que desempeñará de manera ininterrumpida hasta la expropiación y desaparición de la empresa en 1956 (30 años).


 En 1946 fallece él último de los sobrinos, D. Lisardo, que sería el más joven de los hermanos Fernández y Río.


 En 1957 sigue de Presidente y de accionista mayoritario D. Ricardo Rivón. 


 D. Ricardo casó con Dª Cándida Campa y Alonso, hija de D. Víctor, propietario fundador (1866) de la tienda “La Isla de Cuba”, ubicada en la Calle Monte 55-57 de La Habana. D. Ricardo tuvo tres hermanos (y una hermana): D. Justo, D. Porfirio y D. José Ramón y Dª. Cándida una hermana llamada Ángela. Del matrimonio entre D: Ricardo y Dª Cándida, nació una única hija Dª. Adelaida, que casó con D. Luís E. Otheguy (apellido con implantación en México y también en Argentina), nietos de D. Ricardo son, entre otros, Dª. Raquel, quien aseveró que su abuelo fue el último propietario de Cuervo y Sobrinos “hasta que salió de Cuba y Castro le robó el nombre, la tienda y lo que quedaba de las existencias de la Joyería” y el lingüista D. Ricardo Otheguy Rivón; ambos residentes en USA y también Dª Adelaida que vivía en Puerto Rico y posiblemente D. Luis G. Otheguy Álvarez-Rivón residente en México y Presidente de Othec Mexicana. D. Ricardo A. Rivón fue Vice-Tesorero de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Cuba, miembro de la Junta Directiva de La Unión y Fénix de Cuba, miembro del Rotary Club de La Habana, directivo del Centro Asturiano, etc…..


 Falleció D. Ricardo en Madrid el 05 de Mayo de 1974.


 Vemos, pues, como la práctica totalidad de modelos enseñados se corresponde a la época directiva de D. Ricardo (1936-1959) y como el último propietario (al menos mayoritario), fue el Sr. Rivón y no los Cuervo. Otra conclusión es que al no tratarse de una empresa familiar, si no de una sociedad anónima, al ser expropiados por el gobierno de Catro todos los activos financieros, también lo sería el nombre social de la empresa, cuya propiedad, no correspondía a los descendientes de los Fernández-Río y Cuervo, si no a los socios de la mercantil.


 Finalmente, parece que el parentesco entre D. Ramón y sus seis sobrinos, sería por línea paterna, siendo los últimos hijos de un hermano de D. Ramón, apellidado como él Fernández y Cuervo, casado con una señora apellidada Río. 


 Cuervo, pues, sería el segundo apellido de D. Ramón y tercero de sus sobrinos. Al no ser distintivo Fernández, por su abundancia, D. Ramón haría uso de su segundo apellido (anteponiendo la inicial del primero F.). De la misma manera, al resultar conocido y popular en Cuba el Cuervo, los sobrinos pasarían a adoptar su tercer apellido.

III.- ACTIVIDADES DE LA JOYERÍA CUERVO y SOBRINOS Y DE LA MERCANTIL CUERVO y SOBRINOS, S.A. Y EXCLUSIVAS CONTRASTADAS.


 Parece que inicialmente D. Ramón se dedicaría a la importación de piedras preciosas, luego a Joyería, que ampliaría progresivamente y con la incorporación de sus sobrinos a la venta de porcelana, cristalería y relojes.


 Las exclusivas contrastadas fueron hasta su desaparición: “GRANDES FÁBRICAS INTERNACIONALES E HISTÓRICAS DE PORCELANA Y CRISTALES”.


 En cuanto a las marcas de Relojes:


1.- LONGINES.
2.- ROSKOPF (ROSKOPF PATENT).
3.- PATEK PHILIPPE
4.- GÜBELIN.


 Es incierto que la actividad principal (y por supuesto exclusiva) de la empresa fuera la relojería. Así pues en información de 1957, se indica que recientemente se había hecho entrega de un collar de brillantes valorado en 100.000 pesos (unos cinco millones de pesetas de la época) y se recuerda la anécdota de la compra a la Joyería por el famoso torero español Juan Belmonte en 1915, de un magnífico collar de perlas como regalo para su prometida. 


 Varios de los eslóganes publicitarios utilizados denotarán lo dicho:


 “Directamente importan de los Estados Unidos y de Europa”


 “La joya creada para usted, será el más fiel exponente de su personalidad. Haga resaltar su belleza con joyas artísticas»


 “Los joyeros de confianza”.




Esquela defunción de D. Ricardo Rivón



Sin duda se trató de una tienda "de lujo", al estilo de las Bucherer y Gübelin suizas (si bien la última tuvo una inicial época relojera)

Fuentes:

  • Libro de Oro Hispano-Americano (Volumen I-Edición de lujo), editado en 1917
  • «Libro Azul» de Cuba, Habana 1917.
  • Periódico ABC de España 25/07/57. Página 18 y 26/06/57 página 61.
  • Información de Dª. Raquel Otheguy y Rivón.

La Mejorana y la independencia cubana: un choque de ideas y liderazgo entre José Martí y Antonio Maceo. ( Parte IV )


( Foto de Internet )

Por ALINE HELO
Universidad de Texas en Austin

Continuación.

 Maceo expresó sorpresa en su respuesta, y tal vez algo de molestia al notar que Martí le preguntaba sobre su disposición de luchar de nuevo por la independencia cubana, lo que equivalía a dudar de su patriotismo. Le contestó que si Martí le hubiese conocido íntimamente, él no le hubiese hecho esta pregunta. Maceo subrayó que según él «se necesitan unidad de acción, organización y dinero. . . unidad moral y política» para la nueva lucha. A su parecer, la nueva organización debería unir la voluntad del pueblo cubano y ser por encima de «las perturbadoras ideas de partido». Maceo pensaba que nadie mejor que Máximo Gómez estaba en posición de dirigir el movimiento de independencia -.

 Verdaderamente el dominicano Gómez, un blanco de raíces campesinas humildes, tenía una autoridad indiscutible entre los cubanos de todas las clases y colores. Según Maceo, él era el único líder capaz de reconciliar a los antiguos rivales y de ahogar «las preocupaciones sociales [raciales], que en gran parte coartaron mis servicios a la causa d eCuba»t Maceo le dijo a Martí que él estaba listo para tomar la posición que sus compañeros en armas le encargaran, y que el ejército estaba preparado para la batalla. No obstante, Maceo consideró que el papel de Martí debería estar fuera de la lucha armada en Cuba y debería someterse a ella: su papel sería de preparar moralmente al pueblo cubano para una insurrección general a través de una revolución de ideas. Su propaganda debería ser constructiva, sustentando el principio de independencia entre los que ya se oponen al colonialismo y promoviéndolo entre otros; debería tratar de «la cuestión social y económica, de la situación política de Cuba y España, de la esclavitud y sus conservadores, de las preocupaciones sociales entronizadas para gobernar la Colonia y hacer en ella mezquinas divisiones». No obstante,la insurrección debería ser dirigida «en horas oportunas» por «nosotros dos compañeros en armas] en condiciones de lucha formal» 4 «hasta que por lo menos la mayoría del país crea necesaria la guerra». Además, la consulta con los otros líderes era requerida, de lo contrario «podría sospecharse que pretendemos ser designados» A pesar de que Maceo reconocía que la guerra no podía triunfar sin el apoyo de la propaganda y de las comunidades exiliadas, su mayor aprecio era hacia los que habían peleado con armas en las manos en las guerras. 

 Martí compartía con Maceo el temor de que una reanudación prematura de la guerra contra España seria un fracaso total. No obstante, al contrario de Maceo, asignó un papel fundamental a las comunidades exiliadas y dio preferencia a la organización política sobre la organización militar en el proceso. Martí insistió que, ante todo un partido revolucionario fuerte y unido debería ser formado, a fin de prevenir «aquellas perniciosas camarillas de grupo de las guerras pasadas, ni aquellas jefaturas espontáneas, tan ocasionadas de rivalidades y rencores».Así el partido sería un bastión contra el militarismo y el divisionismo. También debería ser moderado políticamente para que en Cuba la «mucha gente de pensamiento» y esos «muy pegados a sus intereses» no vieran riesgo alguno para ellos en la república, de otra manera ellos apoyarían la anexión a los Estados Unidos~.
 Las tensiones entre Maceo y Martí aumentaron en 1883 y 1884, cuando Gómez y Maceo preparaban un nuevo plan de guerra que daba poderes completos a la jefatura militar. Martí reaccionó violentemente, acusándoles de planear imponer en Cuba un régimen de despotismo personal, peor que el colonialismo español. Tuvo palabras poco clementes para Maceo, quién supuestamente «quiso—locura mayor!—darme a entender que debíamos considerar la guerra de Cuba como una propiedad exclusiva de [Gómez]» 50.

 En 1886, no obstante, el fracaso del plan Gómez-Maceo de invasión múltiple de Cuba llevó a los dos líderes militares a una breve separación. Maceo empezó a conceder más importancia a los centros emigratorios y a la organización política, notablemente por la formación de un «Partido Independiente». Ahora él concebía una doble jefatura: el jefe de la guerra, el cual Gómez continuaría de ser, y el jefe del partido elegido democráticamente. Pero la autoridad suprema aún era militar: el papel del jefe del partido era de coordinar el apoyo de los centros de emigrados y de preparar pequeños grupos bajo mando militar para invadir simultáneamente la isla. Los líderes en Cuba declararían la insurrección general, seguida rápidamente por la movilización del nuevo Ejército Libertador formado por veteranos de las guerras pasadas, reclutas nuevos, y miembros de las expediciones de exiliados51.

 Durante estos años, Martí denunció repetidamente el militarismo que percibía en los planes de Gómez y Maceo 52• Finalmente, en 1887 él propuso su propio pian, el cual, al contrario del de Maceo, insistió en las metas democráticas de la independencia y demandó una declaración de «desinterés, civismo y subordinación al bien patrio del ejército». El plan de Martí dió prioridad al trabajo de propaganda en Cuba; en seguida recomendó «organizar, con la unión de los Jefes afuera la parte militar de la expedición» y en tercera posición realizar la unión democrática y solidaria de las comunidades de emigrados. El movimiento debería prevenir dos peligros principales: primero, «que las simpatías revolucionarias en Cuba se tuerzan y esclavicen por ningún interés de grupo, para la preponderancia de una clase social, o la autoridad desmedida de una agrupación militar o civil, ni de una comarca determinada, ni de una raza sobre otra»; y segundo, que el anexionismo debilite la solución revolucionaria53.

 Martí sometió su proyecto a la aprobación de algunos veteranos, incluyendo a Gómez y a Maceo, quienes le dieron su apoyo. Como en 1882, Maceo encontró necesario enfatizar en su respuesta que su meta siempre había sido «la unión cordial, franca y sincera de todos los hijos de Cuba», de otra manera no se lograría la independencia54. Muy probablemente, él temió que las calumnias que se le habían levantado sobre su supuesto plan de formar un dictadura negra en Cuba hubiesen afectado a Martí. A pesar de aprobar el plan de Martí, Maceo continuó a considerar necesario que el ejército tuviese el poder supremo durante la guerra. Maceo no imaginaba la misión de Martí más allá que la de «noble propaganda» con el fin de conseguir la unificación del movimiento.

 Durante su estancia en Cuba, a principios de 1890, Maceo preparó secretamente el terreno para una nueva guerra. Visitó a intelectuales, sociedades de color, y grupos de veteranos de guerra y encontró al país listo para reanudar la lucha. Estimó que en dos o tres meses, los rebeldes podrían ser organizados, pero ninguna insurrección debería ser lanzada antes del regreso al país de la «gente de acción.  En cuanto a Martí, a principios de 1890, organizó activamente a las comunidades de emigrados según principios democráticos. El también les amplió su base social al darle atención especial a los tabaqueros de la Florida. Este trabajo político culminó con la creación del PRC en 1892 y la elección por las comunidades exiliadas en los Estados Unidos de Martí como delegado o presidente, mostrando nuevamente su preferencia por la organización civil57.

 Al aumentar las preparaciones para una nueva insurrección, el desacuerdo entre los líderes dio precedencia a la unidad. En septiembre de 1892, Martí le pidió a Gómez que apoyara al PRC y que se convirtiera en el jefe supremo de la guerra, encargado de organizar al Ejército Libertador «con métodos ejecutivo sy espíritu republicano».  A mediados de 1893, Maceo aprobó el plan de guerra de Martí. 

 Los dos hombres sabían que tenían que superar sus diferencias para conseguir la independencia. En 1894, por ejemplo, Maceo criticó fuertemente a Enrique Trujillo por debilitar y dividir al movimiento al atacar a Martí por el simple hecho de que éste se haya opuesto al plan d eGómez y de Maceo en los años 1880: «La guerra que Ud. hace al Sr. Martí es un crimen de lesa patria». Agregó que él mismo siempre tendría gran aprecio por cualquiera que trabajara por la meta común de la independencia59. Simultáneamente, Martí expresó públicamente su admiración por Maceo, aunque teñida con condescendencia. «Y hay que poner asunto en lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo,» escribió en un articulo escrito antes de visitarle en Costa Rica. Sin embargo, el lanzamiento de la guerra de independencia no pudo borrar más de una década de relaciones difíciles. Viejas cicatrices reaparecieron a principios de 1895, cuando Martí le encargó a Crombet la expedición de Costa Rica, y Maceo pensó que Martí sería más útil en el exilio que en Cuba. Por esta razón,cuando los dos líderes no concordaron en cuanto al tema de control militar o civil de la guerra, ellos claramente reasumieron un debate que había empezado hace mucho tiempo. Además, sus ideas contrarias reflejaban su diferente experiencia de vida y su posición socio-racial personal.

 Antonio Maceo, nacido en 1845 cerca de Santiago de Cuba, pertenecía a una familia con ascendencia africana de largo linaje libre. La familia vivía de la comercialización de productos agrícolas de sus tierras. Además de ellos mismos, sólo empleaban unos pocos trabajadores libres, y satisfacían sus necesidades básicas. Ellos sabían leer y escribir pero no habían tenido acceso a una educación formal61. José Martí, ocho años más joven que Maceo, era el hijo de inmigrantes españoles modestos. A pesar de que su familia no era libre de preocupaciones financieras, él pudo recibir una educación primaria y secundaria en La Habana62.

(Continuará)

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