lunes, 10 de octubre de 2011

Aguirre pide la liberación de los presos políticos en Cuba


Foto de Internet


DE TELEMADRID.ES

Una colaboración de Iván Leonard


Aguirre participa en una inicativa para conseguir un millon de firmas oir la libertad y los derechos humanos

Condena la "tiranía comunista" de los hermanos Castro


La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha condenado este lunes la "tiranía comunista" de los hermanos Fidel y Raúl Castro y, destacando que "urge prestar atención a lo que ocurre en Cuba", ha pedido la liberación de los presos políticos encarcelados y privados de sus derechos fundamentales. La dirigente madrileña, que ha acudido al Parque Berlín para inaugurar una campaña del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, ha mostrado su "condena a la más larga y cruel dictadura de la reciente historia de Occidente" y a la "tiranía comunista de los hermanos Castro que desde hace más de 52 años mantiene a los cubanos privados de sus derechos más fundamentales".
En la misma dirección, ha mostrado su apoyo "a todos los cubanos", y en especial, "a los que luchan pacíficamente por los derechos de sus compatriotas y por una verdadera transición a la democracia en su isla". "Estos valientes son unos auténticos héroes de la libertad, representan a los 2 millones de exiliados que han tenido que abandonar la isla por el régimen castrista", ha añadido.
"No podemos aceptar que en el siglo XXI, el de las comunicaciones, las redes sociales, y la absoluta libertad de expresión, se castigue la defensa de la democracia con penas de prisión o, incluso, con el destierro de la patria", ha apuntado, señalando que los ciudadanos de las democracias occidentales tienen "el deber de no mirar hacia otro lado y denunciar con contundencia este atropello".
En este sentido, ha señalado que este mes de septiembre ha sido el más negro de los últimos 30 años en cuanto a encarcelamientos de presos políticos con más de 560, por lo que "es falso" que desde el régimen de Raúl Castro "se quieran hacer gestos en favor de los derechos humanos y la democracia".
"Por eso, tenemos que elevar la más enérgica protesta contra el régimen y exigir la liberación de los presos políticos que están en la cárcel por luchar contra la tiranía y el totalitarismo", ha reclamado Aguirre, al tiempo que ha lamentado que después de tantos años la "tiranía" de Castro "sigue hoy en pie y que algunos sectores de la izquierda española sigue sin condenarla".
COMO SE VIVE EN LA CARCEL
Aguirre ha tenido palabras de agradecimiento para todos los expresos políticos, a los periodistas que colaboran con la causa y, especialmente, a la blogera Yoani Sánchez, "que explica al mundo entero cuál es la auténtica libertad de Cuba" y a la que ha mandado desde España "mucho ánimo".
"La profesión del periodismo es una de las más perseguidas y criminalizadas por todos los tiranos y los Castro no son excepción", ha considerado la presidenta de la Comunidad, quien ha explicado que los gobernantes de Cuba "no soportan" el periodismo "libre e independiente" porque "representan una amenaza a su poder totalitario". Así, ha indicado que se "acosa y se presiona" a los informadores "con voz diferente a la oficial" o acabar "con los que quieren transmitir al mundo algo que no es de su agrado", por lo que ha animado a combatir la situación "sin miedo" porque éste "es el mejor alimento para cualquier totalitarismo".
Durante su visita al punto de recogida de firmas, ubicado en la fuente que conserva tres piezas del antiguo Muro de Berlín, en el Parque Berlín, Aguirre ha explicado que en la iniciativa del Observatorio, que busca un millón de firmas en reclamo de la libertad y el respeto a los derechos humanos en Cuba, los madrileños podrán ver la recreación de una celda de la cárcel de Canaleta, en la provincia cubana de Ciego de Avila.
Se trata de un calabozo donde presos políticos como Alejandro González Raga, el propio Raúl Ribero y otros integrantes del Grupo de los 75 que participaron en la Primavera Negra de 2003 "pasaron encerrados y sometidos a las vejaciones y golpes de sus carceleros muchos años", ha explicado.
A juicio de Aguirre, "ver y poder entrar en un calabozo que representa la libertad individual contribuye a desenmascarar tiranías como la cubana, que tristemente cuenta con adeptos y compañeros de viaje que eligen mirar para otro lado", ha señalado, mientras que ha destacado que los presos pasan 23 horas del día en ellas.
"Están 23 horas al día y cuando salen una hora al sol el día que les sacan --fines de semana no incluidos-- van a otra celda que tiene el techo enrejado", ha relatado Aguirre, quien ha explicado que estos presos están condenados por ejercer el derecho a opinar y por delitos como "apartarse de la línea editorial del régimen, crear bibliotecas independientes o informar al mundo sobre la realidad de los derechos humanos en Cuba.
"Todos los madrileños tienen que conocer las condiciones de las cárceles humanas", ha señalado Aguirre, quien ha explicado que en la carpa de la iniciativa se puede ver un listado con las prisiones donde se da el "máximo castigo" pero que son muchas más, además de las de nueva construcción.

La reconstrucción del cubano. Por Alejandro Armengol


Colaboración de Iván Leonard
La reconstrucción del cubano. Por Alejandro Armengol.

Mientras abundan los estudios y conferencias sobre la reconstrucción de la Cuba poscastrista, poco se ha profundizado en esta transformación desde la óptica del individuo.

Enfrentar la necesidad urgente de crear los medios que posibiliten los cambios, para que el cubano devenga en un individuo capaz de enfrentar los retos y beneficios de un estado democrático y una sociedad civil, es tan apremiante como discutir las bases económicas y políticas de la nación del futuro. Conocer cómo piensan y actúan las personas que por demasiado tiempo han sobrevivido en un país en ruinas abarca un universo más amplio que las discusiones políticas.

Los cubanos han evolucionado en dos grupos, con diferencias y semejanzas significativas a lo largo de 45 años: un grupo —la mayoría— ha permanecido en el país. Otro ha creado una nueva forma de vida en el exilio.

Desde hace años, La Habana viene repitiendo que los exiliados abandonan Cuba por motivos económicos. El argumento ha encontrado eco en Miami. También aquí se proclama a diario que quienes han llegado en los últimos años lo hacen en busca de una mejor vida y no por razones ideológicas. Por esa paradoja que siempre crea la convergencia de los extremos, se alza ahora un discurso repetido en ambas costas —divididas por el estrecho de la Florida—, que proclama el surgimiento de una inmigración sólo interesada en el bienestar y no en un ideal de libertad.

La diferencia más significativa es que quienes han emigrado a Estados Unidos y otros países habitan en lugares donde rige un sistema capitalista, de libre comercio y gobierno democrático. Los que por voluntad o causas ajenas han permanecido en Cuba se ven obligados a regirse por las circunstancias imperantes en una sociedad totalitaria de corte comunista —aunque en la práctica esta nominación ideológica ha evolucionado, y el sistema imperante es la fachada de un sistema sólo preocupado en sobrevivir a cualquier precio. Más allá de poder expresarse libremente, ―aunque por lo general sin muchas consecuencias― en el capitalismo y la censura generalizada en un sistema que se llama socialista, lo que actúa con mayor fuerza sobre el individuo es el sentimiento de incapacidad para regir su vida. Esto puede tener como consecuencia una existencia encerrada en el desencanto y la apatía o una salida violenta en determinado momento.

Lo que se ha estado fraguando durante los últimos años en Cuba es un escenario extremadamente volátil, que hasta ahora el gobierno de la isla ha logrado controlar con represión y promesas.

Pese a ser generalizada, la represión se manifiesta de forma más visible contra la disidencia. El régimen aún cuenta con la capacidad de mantener fragmentada no sólo a la disidencia ―ello no es noticia desde hace años― sino en lograr que las pequeñas protestas y actos de desacato que ocurren a diario no alcancen una dimensión mayor. Ni la disidencia guía o logra aglutinar el sentimiento de descontento nacional ni el gobierno ha logrado grandes avances en un programa destinado a paliar en alguna medida la pobreza imperante. En este sentido, hay más bien un estancamiento, tanto en la oposición ―que en la actualidad exhibe solo la cara de los actos represivos contra las Damas de Blanco― como en el gobierno, cuyas reformas avanzan tan lentamente que simplemente puede decirse que están detenidas.

Todo ello lleva a un aumento de las posibilidades de un estallido social. De producirse esta fragmentación violenta ―y con independencia del resultado de la misma― el uso del caos y la fuerza como solución de los problemas se convertiría en un patrón de conducta adoptado por una parte de la población de la isla, que limitaría o impediría el avance social, al igual que ocurre actualmente en Haití. La manipulación dejaría de estar institucionalizada, como ocurre ahora, y se convertiría en tarea en manos de pequeños matones, demagogos y politiqueros de esquina.

En caso de ocurrir un estallido social ―y hay que repetir que las condiciones de la realidad cubana se asemejan mucho a una caldera que cada vez adquiere una mayor presión― la gente no va a lanzarse a la calle pidiendo libertades políticas —ya ese momento pasó—, sino expresando sus frustraciones sociales y económicas.

Es posible que un estallido popular ocurra primero fuera de La Habana que en la capital. De ocurrir así, obedecería a factores económicos: la pobreza es mayor en el campo que en la capital. Sin embargo, es un error hacer depender cualquier protesta de un empeoramiento absoluto del nivel de vida de la población. Más bien sería todo lo contrario.

Por otra parte, desde el punto de vista económico —y contrario a lo que podría pensarse inicialmente—, un agravamiento general de la situación económica no tiene que ser necesariamente el detonante de protestas más o menos generalizadas. Son las diferencias sociales, que se intensifican a diario, las que más fácil prenden la mecha.

Pese a las limitaciones extremas que han caracterizado a su labor ―determinadas en primer lugar por la fuerte represión que enfrenta― la disidencia se ha caracterizado no solo por alertar, sino por hacer todo lo posible para evitar que se llegue a esa situación caótica, tras la cual será muy difícil llevar a cabo esa tarea de reconstrucción del carácter del cubano, mientras que el gobierno de los hermanos Castro está empeñado en dejar sólo el caos tras su desaparición.

Soy La Otra Cuba - Pierantonio Maria Micciarelli / Realizador Italiano

Es una lástima que no puedan ver el documental completo, sobre la entrevista a Yoani Sánchez que para mi ha sido la más completa y aquí solo ponen unos fragmentos. J.R.M.

Este documental fue recahzado en el fesitval de Venecia y en su lugar aceptaron un documental al favor de la revolucion. La izquierda europea no aprende. Al final de este trailer durante una entrevista en auto con una de las Damas de Banco un carro de la seguridad del estado los choca! Esto se sabe porque el director fue entrevistado por El Miami Herald.

http://www.youtube.com/watch?v=ga-gcUoFwsA&feature=related