miércoles, 30 de noviembre de 2011

PRIMERA VISITA DE UN BARCO ESPAÑOL A CUBA DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA.

Foto de Internet. Una colaboración de Anónimo


Este texto es hermoso, desde aquí quiero compartirlo con todos ustedes. El nivel de hermandad que España tiene con Cuba no lo tiene con ningun otro país.
Primera visita de un barco español a Cuba, después de la independencia.
Anónimo


VISITA DE LA “NAUTILUS" A LA HABANA


Recopilación de los artículos tomados de la prensa cubana y notas saliente de los festejos. Por Casimiro Fernandez. ( El enlace de arriba es un libro que pueden leer por Internet con toda esta información) (cuando uno va leyendo ese libro del enlace, se da cuenta de la alegría de los cubanos y españoles, como solamente las personas que se quieren muchísimo saben hacer, te emocionas y los americanos no veían bien ese encuentro y tal parece que los cubanos querían expresarle cuando extrañaban a España. Lo compararon a cuando llegó el barco con Don Tomas Estrada Palma a La Habana. Hasta un barco lleno de cubanos fue a alta mar a recibirlos con mucha alegría. Vayan al enlace y vean. J.R.M.



Primera visita de un barco español a Cuba, después de la 
independencia
Escrito por René León    Lunes, 08 de Agosto de 2011 19:08   

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La corbeta-escuela española “Nautilus” a La Habana
La guerra entre España y Cuba, terminó el 12 de agosto de 1898. Estados Unidos de Norteamérica entró en ella cuando ya el ejército español estaba derrotado por las fuerzas cubanas. El 20 de mayo de 1902, Cuba se integra a los gobiernos establecidos en el mundo hispano. Las relaciones con España siempre fueron cordiales, no hubo en la derrota ni persecuciones, ni venganzas contra los españoles, en especial contra los voluntarios que cometieron abusos y sus simpatizantes. Ningún barco de guerra español había visitado la isla. En un principio el gobierno español esperaba que al llegar al puerto de La Habana la corbeta-escuela “Nautilus”, no fuera recibida por el pueblo cubano, sin embargo ningún rescoldo hubo entre cubanos y españoles, se respiraba un aire de hermandad y fraternidad.
El 24 de junio de 1908 el vigía del Morro señaló a lo lejos en el horizonte las velas del barco español. La entrada del puerto se encontraba llena de pequeños botes, veleros, barcos y el remolcador que lo iba a esperar para llevarlo dentro de la bahía. Las playas cercanas y el Malecón estaban llenos de público. Los edificios colindantes a la bahía estaban adornados con banderas de Cuba y España. La ciudad entera les iba a brindar un recibimiento apoteósico.
El ayuntamiento de La Habana acordó tomar parte activa en los festejos que durarían catorce días en honor de los marinos-cadetes y oficiales españoles. Las sociedades regionales, comerciantes, industriales, veteranos cubanos de la guerra de independencia, miembros del congreso, funcionarios americanos intervencionistas, el pueblo en general, los recibió con entusiasmos. La visita del “Nautilus” marcaba para la historia de Cuba y España una página de gloria, y sincera amistad.
Los voladores dieron la señal de la entrada de la corbeta-escuela, el  pueblo en general sin distinción de clase corrió hacia la Avenida del Golfo. El remolcador “Pablo Gamiz”. Al entrar en la bahía las baterías del Morro retumbaron con los cañonazos de saludo. La sirena de los barcos, gritos de “Viva Cuba” y “Viva España”, de entusiasmo llenaron la ciudad.
Fueron días de regocijo en general, se dieron bailes y comidas en honor de ellos, recibimiento que ellos nunca olvidarían. Sobre la visita personalidades cubanas se expresarían así: Néstor Carbonell: “La unión de cubanos y españoles, -que nada ni nadie romperá- ha dicho en tono imperativo a los codiciosos que han venido a esta tierra a sacar de sus entrañas oro, a corromper nuestras costumbres, a dividir sus habitantes y a prostituir la conciencia popular, que la independencia de Cuba está como nunca asegurada; asegurada para ahora y para después, y para mientras impere en los puchos cubanos el amor y el patriotismo”.
Enrique José Varona, dijo: “No sólo para los cubanos, sino para cuantos se interesan por Cuba, resulta  un hecho altamente satisfactorio la visita de la “Nautilus”. El influjo de las ideas de nuestra época es bien visible en este suceso, y puede parangonarse con otros ocurridos a nuestra vista”.
 José Lacret Morlet, dijo: “En ninguna ocasión más propicia podrían haber llegado esos distinguidos españoles, y decimos esto porque en ningún momento como en el presente, en las circunstancias en que nos encontramos (intervención americana) precisa es y hasta salvadora la unión más estrecha y fuerte entre cubanos y españoles, para conservar en esta tierra que fue rico florón de Castilla, hoy República de Cuba, la raza de nuestros antepasados, su amor y civilización”.
Como es natural siempre hubo comentario contrario y fue de un artículo en el Sun de Nueva York, relativo a la visita del “Nautilus”. : “Diez años después de la guerra que separó a España del resto de sus colonias del Nuevo Mundo, el pequeño barco escuela “Nautilus” ansiosamente esperado, por su tardanza en el Atlántico, entró en el puerto de La Habana, cruzando a remolque las sombras del Morro y la Cabaña, (de sangriento recuerdo está última), como si estuviese rehacía a figurar en los festejos que los españoles expatriados preparaban en su honor…” La guerra con los Estados Unidos, largo tiempo esperada y siempre temida, le arrebató las últimas joyas de su corona colonial, y hoy vive escondida en su última concha “Nautilus”.  Como es natural el SUN siempre se había distinguido por las críticas a España y a los mismos cubanos durante la guerra de independencia.
En una conferencia en la Academia Naval de Annapolis, dada a los guardiamarinas americanos el célebre capitán Richmond Hobson que hundió el “Merrimac”, al referirse a lo que el entiende por deber y disciplina, en los marinos y soldados, cuenta la historia de lo sucedido en Santiago de Cuba, después de terminada la batalla naval. Pide permiso para visitar el barco español semihundido “Viscaya”,  “y allí vi a un marinero español, completamente carbonizado que, por un raro fenómeno de equilibrio, se mantenía de pie y agarrado a las manivelas de la válvulas de vapor. La muerte le sorprendió en esa actitud. Cuadro tan terrible y tan hermoso, me produjo tal emoción que me quité la gorra ante aquel héroe anónimo y modestísimo marinero del “Vizcaya” y pensé: “Esta es la estatua del Deber”. “Jóvenes, pensad en el marinero español carbonizado”.
 A las dos de la tarde, del 9 de julio de 1908, se oyó la voz de ¡babor y estribor de guardia!. El remolcador tomó las estachas y lentamente fue moviendo al “Nautilus” fuera de la bahía, pasando frente al “Morro y “La Cabaña”. El Malecón habanero, desde la calle de San Lázaro, a los muelles de Luz, y las azoteas de los edificios se encontraban llena de público. Al quedar libre el “Nautilus” fuera de la bahía, se fue alejando lentamente, los últimos barcos que lo iban acompañando se fueron retirando, las sirenas sonaban, las campanas de las iglesias cercanas lo despedían. El recuerdo de la visita de los marinos españoles había quedado en el corazón del pueblo cubano.
Así era Cuba en aquellos años.

LAS INVENTIVAS DE LOS CUBANOS. VÍDEO

Una colaboración de Anónimo. Fotos de Internet

Vídeo del Blog Anhelos y esperanzas

Este vídeo que verán a continuación, nos deja ver algunas de las inventivas de los cubanos. Parece jocoso, pero es algo muy triste. Podemos ver a unos campesinos de los lugares mas recónditos de la Sierra Maestra, donde estuvieron los rebeldes encabezados por Fidel y que aún no tienen energía eléctrica y viven como en los tiempos de Weyler en Cuba y todo esto a casi 53 años de revolución supuestamente para los pobres. Uno de esos guajiros se las ingenia y crea una planta eléctrica, créalo o nó, y así verá muchas cosas más y al final puede ver problema del transporte público en Cuba o sea, la guagua, e imagínense como es el día a día de un cubano de a pié en el “paraíso comunista”, lo que quiere Chávez para Venezuela..

http://youtu.be/U2tgqz6WqKI



ALGUNOS INVENTOS CUBANOS:























Unos 800 disidentes y familiares cubanos, entre ellos Fariñas, saludan a Rajoy

Foto de Internet. Una colaboración de Anónimo.
adn.es

Unos 800 disidentes y familiares cubanos, entre ellos Fariñas, saludan a Rajoy

  • EFE,
  • Madrid Miercoles 30 de Noviembre del 2011.




Un total de 766 disidentes cubanos y sus familiares han felicitado a Mariano Rajoy a través de una carta en la que manifiestan su esperanza en que las relaciones entre España y Cuba profundicen en un clima de democracia y respeto político.



En su misiva, el grupo de disidentes cubanos, "en representación de los cubanos que deseamos la democracia y la libertad", desea a Rajoy "todo el éxito que pueda alcanzar en su gestión, para llevar a su país a niveles económicos y sociales de prosperidad, como merece".
Entre los firmantes están el opositor Guillermo Fariñas y Alcides Rivera, actualmente ingresado en un hospital por una huelga de hambre iniciada el 28 de septiembre, así como exprisioneros políticos del llamado "Grupo de los 75".
Cuba ha sido uno de los principales asuntos de discrepancia del PP con la política exterior del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Este desacuerdo se agrandó cuando el exministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos abrió una etapa de diálogo con el régimen castrista con su visita a La Habana en abril de 2007.
El Gobierno socialista se marcó como objetivo convencer a la UE para suprimir la posición común, instaurada en 1996 a iniciativa del expresidente del Gobierno José María Aznar para exigir a Cuba avances democráticos y el respeto de los derechos humanos.
El PP ha defendido que las reformas económicas aprobadas por el régimen cubano y la liberación de más de un centenar de presos políticos entre julio de 2010 y abril de este año no son razones suficientes para revocar la posición común mientras no haya gestos de apertura política.

RUBINI Y LA HABANA. TEATRO TACÓN EN CUBA ESPAÑOLA





                      Perspectiva del teatro Tacón. Dibujo Bedoya. Imagen:     Cortesía de Richard Roselló.


(www.miscelaneasdecuba.net).- Francisco (Pancho) Marty, aquel poderoso español, dueño de un teatro, pescaderías, barcos y casas en Cuba, hizo traer de Europa a La Habana toda la fuerza mercantil y teatral más famosa, consiguiéndolo en gran parte.
Este astuto mercader, movió el piso y bolsillos a La Habana mediante sus acaudalados habitantes: propietarios cafetaleros, tratantes, extranjeros, propietarios del azúcar, tabaco, almacenistas e importadores, inaugurando un día de 1838 su propio coliseo.



                                                              
 Interior del teatro Tacón.


Él lo sabía. “Los artistas son muy raros en esta ciudad ya por el hecho de venir de Europa, hay que pagarle su merito y su viaje”, declaraba a la prensa el día de la inauguración. Y así funcionó.

Su hazaña por expandir sus negocios más allá del Nuevo Mundo llegó al punto que su teatroTacón monopolizó los espectáculos más ruidosos y acaudalados de La Habana. América y Europa.




                                                           Francisco Marty y Torrens.

De antemano conocía que los grandes sueldos con que La Habana les paga a las compañías italianas no lo pagaban los más acaudalados empresarios de Europa.

Fue entonces que con sus concepciones Cuba comenzó andar de boca en boca. La Habana se nombra con cierta diferencia artística. Las grandes ofertas a inicios de la inauguración de su sala teatral comenzaron a estimular las compañías de opera.

En la medida en que se acercaban los meses, semanas y días de temporadas italianas en La Habana (de octubre a marzo), los rotativos aumentaban en anuncios. Las compañías italianas, era el asunto de todas las conversaciones.

Las exigencias del público habanero por la mediocridad de los cantantes fueron más que criticado por nuestros rotativos porque a La Habana vienen ellos y a Italia va el dinero, pero sobre todo dinero de la complacencia del público quien lo paga más tratándose de buenos actores.

Esa era La Habana. Una ciudad con la mitad de la población de Nueva York obtiene el primer teatro de opera italiana en América y posee artistas tan distinguidos como los que trabajan en Londres y Paris.

Era la época de oro del teatro lírico en Cuba (1838-1850). Aquellos tiempos inolvidables de Lorenzo Salvi, Albina Steffanone, Ignacio Marini, Celestino Salvatori, César Badiali, Angiolina Bosio, Enrico Villani, Enrique Tamberlick, Erminia Frezzolini, Elisa Villar de Volpini entre otros.


El teatro Tacón fue en esa época el centro de lo más distinguido de La Habana. El público en masas acudía presuroso una noche tras otra para oír y admirar aquellas notabilidades del arte. Las funciones eran triunfos; el entusiasmo rayaba en delirio: los artistas agradecidos cantaban con el alma y pisaban la escena sobre una alfombra de flores. Llamaban a La Habana su segunda patria, decían que en ella tenían las más grandes afecciones y que era el país donde mayor acogida tenían los artistas. Sobre todo cuando el oro brilla.

Albina Stefanone, prima donna, una de las 6 contractices que más reputación disfrutaron en el mundo. Matilde Diez (española), el pianista Enrique Herz, Las niñas de Viena, Espirit, Jenny Lind (sueca), Herr Krausz (alemán), el tenor Salvi disfrutaron de sus actos sueldos.

La contracto, Clorinda Pantanelli por 12 quincenas abonaba 3 000 pesos en 1838 durante su primera presentación en La Habana. Teresa Rossi 2 700 pesos.

En un periódico de Milán de 1843, La Fama, encontramos un párrafo sobre La Habana, sobre el cual excusamos toda explicación y comentario. Fanny Elssler sacó la noche de su beneficio 62 000 pesos y 2 500 en objeto que le regalaron. La soprano Eufrasia Borghese ganó el suyo 3 194 pesos.

El teatro Tacón podía pagarlo. En su época contaba con 3 000 asientos para 5 000 espectadores. Marty y Torrens, dueño del Gran Teatro Tacón en La Habana, empresario de la opera italiana recoge una cosecha abundante y proporciona cada día nuevos artistas.

Ya en decadencia el teatro, muchos años después, Marty probó suerte y fortuna. Invitó a La Parodi prima donna contratada por seis meses, abonándole $ 50 000 en su presentación en 1851.

Con exclamaciones: fratanti pálpiti, se esperaba en la capital la llegada de los grandes tenores y barítonos de merito: Angelo Tamburini, Ronconi, Salvatori, Cesare Badiali, Coletti, Varese, Marini. Así también los mejores tenores del mundo, Salvi, Ferreti, Enrico y Tamberlick.Pero alguien a quien en Cuba se le esperaba con impaciencia fue al mundialmente famoso y tenor Rubini.

Marty desesperado estaba a punto de darle a su ciudad una sorpresa. Envía a su empresario Torri a Italia para convencer a Rubini venir a La Habana. Pero fue inútil. Durante varios años se mantuvo entre Rubini y Martí un fructífero intercambio de misivas que avivaban esperanzas.

En el periódico La Gacetta de Milán, el más afanado sale un comunicado del teatro italiano de La Habana. El empresario Marty ofrecía buen pago por la presencia de los más afamados de la música del mundo y de Italia. Rubini que nunca había visitado estaba entre ellos.

El “Rey de los tenores”, como se le llamó en Europa, le escribió al empresario Marty manifestándole deseos de venir a La Habana. Al mismo tiempo Marty contesta a Rubini que le dará 1 000 pesos por cada noche de presentación.

La insistencia de empresario de la Isla para lograr traer a Rubini al Caribe, despertó gran ansiedad en los habaneros y en el propio Pancho. Cuando empezaron a pasar los años, Marty ya desesperado hizo saber al artista que podía redoblarle la suma por cada noche de presentación en su coliseo.

El contacto entre el tenor y La Habana se prolongó con la desgracia. Rubini, ya viejo y atestado de dinero, nunca pudo ver la “tierra que produce los buenos tabacos de La Habana”, como tanto expresó y deseó.

Un periódico habanero anunciaba su muerte en la romana provincia de Bérgamo a los 60 años de edad en 1854. Para entonces, el teatro Tacón de La Habana no tenia ya la fama de lo años anteriores.