martes, 3 de enero de 2012

CUBA ESPAÑOLA, ¡ SÍ SE PUEDE !. POR JOSÉ RAMÓN MORALES


Foto cortesía de Pedro Martínez Cerezo y de Internet.

CUBA ESPAÑOLA, ¡ SÍ SE PUEDE !. POR JOSÉ RAMÓN MORALES

¡ SÍ se puede !, ¡ SÍ se puede !, ¡ SÍ se puede !

La independencia de Cuba ha sido el peor error que nos has pasado en Cuba, pero también fue de una forma inmoral, los independentistas no ganaron la guerra, estaban derrotados, la ganaron los autonomistas y nos la robaron con la invasión norteamericana, pero yo digo que fue una República impuesta sin méritos propios, pues como ya dije, los cubanos nó separaron a Cuba de España, los mambises perdieron y fueron unos traidores a la Patria España, Cuba nunca fue un país y no éramos una raza cubana, éramos españoles, africanos que como dice el nombre, vinieron de Africa, Cuba nunca fue Africa y un grupúsculo de chinos que fueron con contratos de trabajo y repatriación a Cuba.

Cuba tiene descendiente de africanos pero el por ciento de influencia africana es como del 1% lo que hace mucho ruido y parece más. La religión afrocubana tiene un gran por ciento español, comenzando no solo por el sincretismo con la religión católica que es la imagen de la España católica, sino que los trajes blancos son españoles, los africanos llegaron desnudos y nunca vistieron trajes típicos africanos, las soperas son españolas, los animales que se les ofrece como ofrendas, por ejemplo los chivos, corderos, gallinas, etc. los trajeron los españoles a Cuba, muchas de las cosas que se usan en la religión no son africanas. La música negra cubana que ha puesto a Cuba los lugares más altos, tiene los tambores africanos, las maracas, los bongoes, pero los otros instrumentos son españoles y otros llevados a Cuba por los franceses cuando la revolución francesa que tuvieron que salir huyendo de Haiti y se fueron con instrumentos musicales que no teníamos y con sus esclavos haitianos y esa fue una muy buena influencia para que en la zona oriental de Cuba especialmente Santiago de Cuba, aparecieran muchos negros cubanos creando melodías maravillosas como el Son, el Danzón, el Danzonete que tienen influencia en los bailes franceses de salón. Fuera de esas cosas, se puede decir que todo lo demás es español, desde el idioma, ya que no hay una lengua africana en Cuba, quizás algunas palabras como "asere", no hay nombres africanos, las construcciones hasta los bohíos, no son como los que construían los indios que eran a una altura y casi sin pareces, sino son casas con portal, de estilo español pero de tabla de palma y techo de guano. En Cuba se duerme en camas estilo las que trajeron los españoles, con armarios, mesas de noche, juegos de sala, de comedor con vitrinas, sillas, se cocina con cazuelas como las traídas por España, los platos, las soperas, hasta los tibores que se ponían debajo de la cama y las escupiteras eran españolas. Las construcciones no tienen ninguna influencia africana, todo español o europeo, después alguna influencia norteamericana, pero nada de África. Los bailes algunos tienen su influencia africana, pero no todos, tenemos también el flamenco cubano, las danzas españolas, el ballet clásico, las zarzuelas, música al estilo clásico, orquestas de cámara, también sinfónicas, música medieval, óperas.

La gastronomía cubana es mayormente española. La comida autentica cubana, lo es por productos de la tierra cocinados al paladar español, por ejemplo la yuca que se le hace un mojo criollo pero al gusto español, pues así es nuestro paladar, el mismo que el del negro cubano. El ajiaco por ejemplo, es un plato que se hacía para alimentar a los esclavos y consiste el meter en una cazuela las cosas que quedaban de las grandes cenas de las haciendas de los ricos dueños de ingenios azucareros, plantaciones de tabaco, etc., y de esclavos y al unirlo todo, o sea, diferentes tipos de carnes y viandas, salía una especia de potaje muy rico y que les daba una fortaleza para poder enfrentar tantas horas de trabajo, pero con el tiempo se demostró que era una cosa deliciosa y se convirtió en uno de los platos mas exquisitos de la gastronomia cubana, sobre todo en invierno. Los plátanos fritos fue idea de las cocineras africanas y el arroz congrí o  moros y cristianos también, pero recuerden que el arroz lo llevaron a Cuba los españoles al igual que la mayoría de los granos, especies, la vaca, el cerdo, el caballo, el burro, etc.

En fín, con esto quiero probar que Cuba sigue siendo muy mayoritariamente española, que no traten de mover la balanza para África pues el por ciento es mínimo aunque haya mucha mezcla de cubanos blancos con cubanos de raza negra. El sentimiento pro-español está floreciendo en Cuba a una velocidad muy rápida. El negro cubano es tan español como el blanco y no ha mostrado ningún interés en aprender su lengua materna o sus raíces a fondo, pues para ellos son españolas.

La independencia fue un error, nos ha ido mal desde el principio, se creó un complejo de inferioridad por parte de los mambises como que los problemas de Cuba los tiene que resolver EEUU, en un final a ellos les debemos esta República impuesta e ilegal, pues repito, los cubanos independentistas no ganaron la guerra, fueron los autonomistas y nos robaron la victoria. El propio General mambí Enrique Collazo Tamayo, escribió en un libro en 1906, que la autonomía fue buena para Cuba, lo que no le dieron tiempo. A los mambises les debemos todo por lo que hemos y estamos pasando, muchos cubanos con mucho talento ayudando a desarrollar a otros países, grandes imperios económicos de cubanos que no han podido poner su talento al servicio de la Isla. Si fuésemos España, todos viviríamos en Cuba, una Cuba europea, una Cuba española, y todo fuese mucho mejor. Miren todo el desarrollo que le hemos dado a Miami, que desperdicio con lo que queremos a esa islita.

Decir que el cubano de la Isla se quiere hacer español solo para viajar y no por orgullo es una falacia y una infamia, aquí en Miami yo hice tremenda cola en el Consulado de España  y todos éramos cubanos ciudadanos norteamericanos y lo hacemos por orgullo y amor a España.

ALEJANDRO ARMENGOL: Inmigración y nacionalismo (Cuba)

( Foto de Internet. Una colaboración de Iván Leonard )


ALEJANDRO ARMENGOL: Inmigración y nacionalismo (Cuba)


El Nuevo Herald


 Ningún gesto propagandístico momentáneo, y el indulto decretado por el gobierno de Raúl Castro en buena medida lo es, puede opacar que en Cuba es imprescindible llevar a cabo una revisión de las leyes migratorias, que se encuentran entre las principales que rigen la existencia cotidiana en la isla.Se puede vivir en Hialeah, y el turismo internacional ser parte de la ilusión semanal de ganarse la lotería, un viaje a cualquier centro turístico del estado, , pero la vida cotidiana transcurre sin que el viajar, salir, visitar -o cualquiera de las palabras a las que se recurre para expresar el deseo de evadir el entorno- se convierta en una obsesión.


 En Cuba no. Poder viajar o no al exterior -tener un pariente que lo haga- define la vida.En su discurso ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, Raúl Castro brindó una de las claves del problema, al anunciar que la reforma migratoria se llevará a cabo a pasos lentos. Tiene razones para ello. Cualquier cambio en los trámites migratorios se vincula con la actual concepción ideológica del sistema cubano, que en su escala de valores coloca en primer lugar al nacionalismo, el cual ha venido a sustituir al marxismo leninismo como fundamento o sostén. No se trata ahora de argumentar la falsedad de ese soporte o lo tergiversado del término cuando lo aplica el gobierno de La Habana. Lo importante es el uso operativo que cumple esa definición nacionalista. Es decir, en Cuba no hay superestructura ideológica, tal como la enunciaba el marxismo tradicional: la ideología es parte de la estructura. Lo importante del proceso de actualización, reforma o cambio del sistema cubano es que avanza -con mayor o menor lentitud- a través de un derrumbe de barreras. Pero cada barrera que cae no significa, para el gobierno cubano, una liberación. Es más bien un nuevo reto. Y los retos son cada vez mayoresEn este sentido, la eliminación de los permisos de salida y entrada, así como la condición de emigrante permanente, colocaría de inmediato al gobierno de la isla frente a un reto enorme: abordar el problema de la doble ciudadanía.La entrada y salida libre del país ocupan el primer lugar en los reclamos. Sin embargo, eliminadas estas restricciones lo que quedaría en pie es esta pregunta: ¿por qué quienes parten con carácter definitivo, según las leyes del país, y se hacen ciudadanos de cualquier otro, especialmente Estados Unidos, tienen que renovar el pasaporte cubano para regresar, aunque sea por unos días? Pero incluso esta pregunta pasa a un plano secundario ante una interrogante mayor: ¿por qué el gobierno cubano no cumple sus propias leyes? Si la actual constitución cubana, en lo cual sigue las pautas de la Constitución de 1940, no admite la doble ciudadanía ¯y fundamenta que una vez que un cubano adopta una ciudadanía extranjera pierde automáticamente la cubana¯, carece de sentido jurídico que al mismo tiempo se exija a los ciudadanos de origen cubano, que viven en el exterior y en la actualidad son estadounidenses, que tengan que entrar a Cuba con un pasaporte cubano.La cuestión se ha complicado aún más con la llamada Ley de Nietos. Hasta la fecha, 66,000 cubanos han recibido ya pasaporte español y se calcula que podrían sobrepasar los 180,000 cuando se resuelvan todas las solicitudes de nacionalidad en trámite, informaron a Efe fuentes consulares españolas.Hasta ahora la adopción del la ciudadanía norteamericana podría considerarse traición, venderse al enemigo y cambiar al país por un pantalón de marca. Al hacerse españoles miles de cubanos han dado un paso más allá. No solo -de acuerdo al punto de vista del gobierno cubano- han incurrido en todas las formas de deslealtad enunciadas anteriormente, sino han demostrado un enorme desprecio por la situación en que ha caído su país de origen. Las implicaciones son varias y las lecturas también -desde echar por tierra los ideales independentistas hasta estar más allá de conceptos en transformación en el mundo moderno, como es el de patria-, pero están diciendo a las claras una sola cosa: la Cuba que ellos conocen no vale una peseta.Para un gobierno que machaca hasta el cansancio un ideal nacionalista decimonónico -y cuyos repetidores en el exterior pulsan una y otra vez la misma tecla- admitir la doble ciudadanía es demasiado. Pero tampoco parecen estar dispuestos a poner en práctica la ley, y despojar de la ciudadanía cubana a quienes no la quieren. Incluso dentro de Cuba se han dado casos de intentos de renuncia de la ciudadanía cubana.Esta doble trampa para el gobierno cubano es una de las razones que impide que se lleve a cabo una reforma inmigratoria amplia y completa.

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