Periodismo Histórico S.L. u
¿HUBO CONTACTOS ANTES DE COLÓN?
Constituye un debate aún irresuelto el cuándo y en qué momento llegó el primer hombre a América para su poblamiento.
Constituye un debate aún irresuelto el cuándo y en qué momento llegó el primer hombre a América para su poblamiento.
La teoría más acertada son las variadas expediciones de gentes de etnia asiática por el helado Estrecho de Bering, entre Siberia y Alaska, durante glaciaciones del Cuaternario, no descartándose otras para América del Sur, inclusive desde la hoy Australia. Las previsibles expediciones prehistóricas procedentes del Norte de Europa sobre un mar de hielo, coincidiendo con similares periodos cronológicos, tampoco son descartables aunque no probadas hasta ahora.
En plena Edad media, siglos IX y X, sí está probada la llegada a tierras de la actual Norteamérica, de barcos con gentes procedentes de Escandinavia, los normandos (vikingos), a través del Mar del Norte, Islandia y Groenlandia (vía tal vez usada desde mucho antes sobre hielo). Fundaron algunos poblados en el sur groenlandés y este de la actual Virginia, sin mantenerse por mucho tiempo.
Si bien, la previsible relación entre los archipiélagos de Canarias (España) y de Cuba, antes de la llegada de Colón a Las Antillas, y en particular a Cuba, no se puede documentar con rigor científico, salvo lo publicado en torno a las apreciaciones que hizo el propio Cristóbal Colón en sus contactos con ambos espacios geográficos. Así nos lo corrobora el profesor Tejera Gaspar en una comparación de los canarios y taínos que vio Colón en 1492, publicado recientemente[1] y en un libro editado por la Academia Canaria de la Historia.
No olvidemos que el mismo Colón conocía documentos marineros con desconocidas derrotas de gran valor para su proyecto, cuyo secreto mantuvo siempre. Conocía o intuía que entre el Viejo Mundo y las tierras que visitó el veneciano Marco Polo existían nuevas tierras no descubiertas en periodos históricos (salvo las expediciones escandinavas citadas, que no creían haber hallado esas nuevas tierras).
En torno a la presumible relación entre aborígenes canarios y taínos[2] cubanos, según el Dr. Tejera, no existe vestigio probatorio documental o arqueológico que pruebe esa relación, hasta ahora. Sí nos facilita datos aportados por el Adelantado en torno a que aquellos indígenas los describió, Colón primero y el Padre de las Casas, más tarde, e incluso Fray Bartolomé, manifestó su sorpresa por aquellos seres nunca vistos con anterioridad, de los que nada sabía tampoco el Almirante ni su tripulación, y a los que únicamente podían comparar con los canarios, los hombres más parecidos a los que había podido ver recientemente. Añade Tejera Gaspar, que junto a las similitudes de los aborígenes de ambos archipiélagos[3], en la documentación colombina aparece, citada, por confusión, una Isla con denominación de Insula Canaria, como si en realidad se tratara de una de las Antillas, según carta del Almirante a los RRCC, aparecida en la edición italiana de la “Primera Carta” del Almirante. Se describen, en la misma, las Nuevas Tierras, con el siguiente epígrafe: “Storia della inventione delle nuove insule di Chanaria indiane tracte duna epistola di Xrofano Colombo…”, según recoge Alegría, R., en Las primeras representaciones gráficas del Indio americano. “1492-1523”, Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 1986: 24.
Todo esto dio lugar a errores entre geógrafos de la época, que alcanzó también a las gentes que habitaban en Canarias, “por lo que a los guanches llegaron a considerarlos caníbales, de la misma manera que esa práctica fue atribuida por Colón a algunas poblaciones caribeñas desde los primeros momentos del conocimiento de las Nuevas Tierras”, que cita Alegría, y que recoge Tejera Gaspar en el libro citado[4].
Respecto a esta relación entre canarios y taínos, ficticia, aparece también en los informes enviados al Senado de Venecia por Francesco Capello, embajador de los RRCC, donde se mezcla información de guanches y caribes al referirse al Mencey de Taoro, considerado uno de los gobernantes más importantes de Tenerife…que tenía 2000 personas a sus ordenes (que se alimentaban a sus expensas) y, en sus países comen carne humana, que también recoge Antonio Rumeu en “Alonso Fernández de Lugo en la Corte de los Reyes Católicos. 1496-1523”, y que Tejera Gaspar aclara que existe confusión entre el texto alusivo a guanches de Tenerife, por que la referencia a los caníbales que hace Colón desde el Primer Viaje, tuvo gran impacto en la sociedad castellana de la época, porque muchos escritores la divulgaron con premura…Evidentemente se conocen algunos documentos alusivos, procedentes del mismo Colón, referidos a “caribes antropófagos” pero nunca referido a aborígenes canarios.
Sin embargo, el propio Colón tras contactar físicamente con indígenas antillanos los define “de aspecto semejante a los que antes había conocido en el otro archipiélago atlántico”, el de las Islas Canarias. Desde este momento, en todas las ocasiones en que se refiere a las características antropológicas de las poblaciones que va describiendo en el Caribe, tendrá siempre como referente “el aspecto y el color de los canarios” y añade desnudos “ellos son del color de los canarios, ni negros ni blancos” y que es recogido desde fuentes del mismo Diario de Colón. Evidentemente, se insiste, nada hace pensar que el origen étnico de ambas poblaciones territorialmente tan distantes para aquellas fechas puede tener entroncamiento común, ni ninguna otra relación hasta la llegada de Colón.
Además surgen descripciones físicas encontradas para los canarios en las que predominan posturas muy favorables. Los monjes normandos, referido a los habitantes de Gran Canaria los describen “como gentes hermosas y bien formadas y sus mujeres son muy hermosas”, según aparece en Le Canarien, Texto G, de Alejandro Cioranescu, Tenerife, 1981, si bien Miguel Cuneo, acompañante de Colón en la aventura antillana, describe a los taínos como de “color aceitunado, a manera de los canarios” que ratifica Hernando de Colón en uno de sus escritos, pero añade de estatura mediana, tal vez referido a los gomeros. Pues como añade Tejera Gaspar, cada isla tenía cierta diferencia en el aspecto físico de sus habitantes, e incluso parece fuera bastante apreciable. El Almirante basaba dicha semejanza en la teoría clásica sobre coloración de la piel y su relación con la posición geográfica de la población, que quedaría desechada más tarde. Por que, otros observadores como fueron los normandos, y antes quizás, los genoveses, hablan del parecido de los canarios con el suyo propio, asemejándoles por su belleza a gentes “europeas”, aspectos estos que obligan a reconsiderar relaciones anteriores, en diferentes momentos cronológicos, no sólo con el Norte de África sino con etnias europeas…, tesitura que defendemos.
No obstante, don Antonio Tejera Gaspar nos alecciona sobre pactos de interés recíproco, habituales entre colonizadores y colonizados desde mucho antes (rotos con frecuencia), llevados a cabo Colón y algunos caciques indígenas de algunas islas caribeñas, desde diciembre de 1492, que a su vez paralelizados con otros habidos anteriormente entre franceses primero, y castellanos después en estas Islas Canarias, a partir de 1402, nos pueden aportar datos de interés para descifrar aquella posible relación prehistórica para ambos espacios geográficos: Canarias y Cuba.
Haciendo uso de la cortesía del Dr. Tejera, y con su anuencia, retomamos algunos aspectos de una ponencia expuesta[5] en la que refiere algún paralelismo sobre pactos de conquista concertados en Canarias, durante la conquista, con el de Colón y el cacique Guacanagarí tras el naufragio de la Santa María la noche del 24 de diciembre de 1492. Nos dice: “podríamos hacerlo con la denominación y alcance de tales alianzas, a las que hemos definido como pactos de protección, término con el que se puede expresar asimismo el compromiso pactado entre el Almirante y los taínos de la Hispaniola. Aquella denominación procede de la atribuida al pacto de San Marcial del Rubicón, concertado entre los majos y los franceses en el verano de 1402, y que proviene de este término tal como figura en distintos apartados de la crónica francesa de Le Canarien. Los cronistas manifiestan que tal compromiso consistía esencialmente en la defensa que debían prestarle los franceses a los habitantes de la isla ante cualquier agresión externa, como las sufridas con anterioridad a su llegada.
(Continuará)
[1] Tejera Gaspar, Antonio, Academia Canaria de la Historia, Canarios y Taínos que vio colón en 1492, Cap. 4, Las Palmas de Gran Canaria, 2006.
[2] Como mera especulación queda claro que nunca podrá ser desechable una presumible accidental relación, por la existencia de corrientes marinas, entre ambos archipiélagos, al sur del Atlántico para Canarias y al norte para las Antillas, corrientes que ya conocía Colón empíricamente y con datos antes de iniciar su primer viaje interoceánico. N d A
[3] Por lo expuesto no puede definirse ninguna relación étnica entre los canarios y los tainos por carecerse de pruebas documentales o científicas. Posibles contactos en épocas remotas nunca totalmente desechables (como tampoco es la llegada de polinesios a la Isla de Pascua o a territorio americano continental del Pacífico) si nos atenemos a las citadas corrientes marinas que bajo acción de fuertes tormentas dieran lugar a previsibles arribadas forzadas de habitantes de Canarias o de otros lugares (en actividades pesqueras o similares afectados por fuertes tormentas) a algunas islas del Caribe (como fue habitual a partir del siglo XVI), o viceversa para aquellos a través de la corriente del mar de los Sargazos. Siempre puede considerarse como probables. No olvidemos el temor del emperador Moctezuma (entre otros caciques pre-hispanos) por la llegada a las costas orientales mejicanas de gentes barbadas con largas cabelleras y ojos azules, harto frecuentes…Erik el Rojo, vikingo escandinavo, arribó a territorio de Norteamérica en el año 1000, antes a Groenlandia. N d A.
[4] Tejera, citado, Los canarios y tainos que Cristóbal Colón vio en 1492, citado, Academia Canaria de La Historia, p. 89, Las Palmas de Gran Canaria, 2006.
[5] Ponencia expuesta por el Dr. Tejera, pendiente de publicar, 2006. Asimismo el citado Los canarios y tainos que Cristóbal Colón vio en 1492, Academia Canaria de La Historia, p. 89
[2] Como mera especulación queda claro que nunca podrá ser desechable una presumible accidental relación, por la existencia de corrientes marinas, entre ambos archipiélagos, al sur del Atlántico para Canarias y al norte para las Antillas, corrientes que ya conocía Colón empíricamente y con datos antes de iniciar su primer viaje interoceánico. N d A
[3] Por lo expuesto no puede definirse ninguna relación étnica entre los canarios y los tainos por carecerse de pruebas documentales o científicas. Posibles contactos en épocas remotas nunca totalmente desechables (como tampoco es la llegada de polinesios a la Isla de Pascua o a territorio americano continental del Pacífico) si nos atenemos a las citadas corrientes marinas que bajo acción de fuertes tormentas dieran lugar a previsibles arribadas forzadas de habitantes de Canarias o de otros lugares (en actividades pesqueras o similares afectados por fuertes tormentas) a algunas islas del Caribe (como fue habitual a partir del siglo XVI), o viceversa para aquellos a través de la corriente del mar de los Sargazos. Siempre puede considerarse como probables. No olvidemos el temor del emperador Moctezuma (entre otros caciques pre-hispanos) por la llegada a las costas orientales mejicanas de gentes barbadas con largas cabelleras y ojos azules, harto frecuentes…Erik el Rojo, vikingo escandinavo, arribó a territorio de Norteamérica en el año 1000, antes a Groenlandia. N d A.
[4] Tejera, citado, Los canarios y tainos que Cristóbal Colón vio en 1492, citado, Academia Canaria de La Historia, p. 89, Las Palmas de Gran Canaria, 2006.
[5] Ponencia expuesta por el Dr. Tejera, pendiente de publicar, 2006. Asimismo el citado Los canarios y tainos que Cristóbal Colón vio en 1492, Academia Canaria de La Historia, p. 89
¡El gobierno cubano ha excarcelado a Pánfilo!.
ResponderBorrarCuba da marcha atrás y libera a «Pánfilo», el hombre que denunció hambruna en la isla
Yo tenía entendido que los taínos eran los aborígenes de Santo Domingo (la Española) y no de Cuba.
ResponderBorrarUn saludo
Los taínos también estaban en Puerto Rico, se ve que estuvieron bastante repartidos por la zona del Caribe.
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