domingo, 6 de septiembre de 2009

Nicaragua y Cuba, planes pilotos de Walker y Goicouría


(Foto de Narciso López)

Las invasiones y ejecución de Narciso López en La Habana * El criollo cubano anexionista y su alianza con William Walter * Goicouría, reclutador y combatiente del filibustero y su fin en el garrote vil de la capital cubana al persistir en su traidor empeño
Jorge Eduardo Arellano

El 1º de octubre de 1849, en The Daily Crescent de Nueva Orleáns, William Walker escribió: “Ansiosamente aguardamos que Cuba sea parte de la Unión (Americana) […] El Golfo [de México] será el centro del comercio más rico que el que podría jamás presumir el Mediterráneo; Nueva Orleáns será la Alejandría y Habana la Constantinopla de nuestro imperio, mucho más poderoso y extenso que el romano”. Tenía entonces el sureño de Nashville, Tennesse, 25 años, y esas líneas eran un eco de la “doctrina del águila rampante” expuesta en la corriente popular del Destino Manifiesto —término acuñado en enero de 1845— que justificaba la expansión territorial de los Estados Unidos hacia México, Cuba y la América Central.


De ahí que el fenómeno del filibusterismo estadounidense de mediados del siglo XIX haya sido una expresión de ese Manifiest Destiny, y que los designios de Walker trascendiesen Centroamérica, abarcando las Antillas. Posesión ultramarina de España, Cuba figuraba entre sus planes expansionistas. En el Istmo centroamericano, el filibustero pretendía asentar un Estado organizado y regido conforme a principios militares, desde el cual le arrebataría la Isla a la reina Isabel segunda.

Las invasiones de Narciso López a Cuba

Tal había intentado su predecesor, el general Narciso López (1798-1851). Desde Nueva York, el ex oficial del ejército español en Venezuela organizó en 1849 una expedición de cinco mil hombres con un respaldo de tres millones de dólares, aportados por exiliados cubanos, amigos neoyorquinos y ricos sureños esclavistas. Pero las autoridades federales la impidieron, en cumplimiento de la Ley de Neutralidad de 1818, que prohibía organizar dentro de territorio de Estados Unidos fuerzas armadas para atacar a una nación amiga. Una segunda tentativa invasora la realizó en mayo de 1850.

Aunque concebido en Nueva Orleáns, salió de Contoy, cerca de Yucatán. Sus 520 “libertadores” se dirigieron a la Bahía de Cárdenas (a 90 millas al Este de La Habana), en cuya ciudad del mismo nombre residían muchos comerciantes estadounidenses. Hubo enfrentamientos, pero los expedicionarios tuvieron que retornar en su embarcación “Creole”, perseguida por el veloz y armipotente “Pizarro” de la armada española. Entre los invasores, en su mayoría anglosajones, se distinguió por su valor e intrepidez el filibustero Callender I. Fayssoux, quien más adelante se incorporaría a las fuerzas de Walker en Nicaragua.

La tercera invasión a Cuba de Narciso López partió de Nueva Orleáns el 3 de agosto de 1851. Como en la anterior, el apoyo económico procedió de acaudalados extremistas de Nueva Orleáns, cuyo propósito era liberar Cuba de España, establecer temporalmente una república independiente y después anexar la Isla a Estados Unidos como Estado esclavista. El coronel William L. Crittenden, graduado en West Point, secundaba a López. Destruida la invasión por el ejército español, ambos fueron capturados y ejecutados en La Habana ante veinte mil vociferantes espectadores.

(Articulo completo, aquí)
Publicado por: EL NUEVO DIARIO.com.ni
(Una colaboración de Max Gralo)

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