Mi opinión respetuosa en este intercambio es que todos los hechos históricos deben ser interpretados y calificados en el contexto, en las circunstancias históricas en que se producen.
La acción de nuestro compatriota el generalísimo Máximo Gómez es una de guerra en donde por lo general imperan los excesos. Ahora bien, la guerra se desencadena por la actitud arrogante y discriminatoria de las autoridades españolas de la época, quienes considerando la puesta en práctica incluso de un pensamiento liberal para la península no creían a los cubanos merecedores del mismo trato. Las concesiones autonómicas para ilustrarlas mejor eran el equivalente de como se trataba al negro en el norte con respecto al sur luego de la guerra civil en Estados Unidos. Los peninsulares, según los liberales (de modelo británico, Cánovas era conservador), tenían derechos equivalentes a los de los franceses, ingleses, etc, ahora bien, los cubanos, no debían ser tratados como a los negros del sur, solo discriminarlos al nivel que se hacia contra los negros del norte.
Obsérvese el pensamiento nada menos que del constitucionalista de estilo británico Antonio Cánovas del Castillo, Primer Ministro de España (más o menos equivalente a lo que es hoy Zapatero) entre 1876 y 1897 (la guerra de independencia cubana estalla a principios de 1895), para que se pueda llegar a una evaluación informada del contexto en que una lumbrera que solo nace una vez cada mil años como nuestro Apóstol José Martí se decidiera por la guerra.
Palabras de Cánovas ( declaraciones al periódico francés Le Journal en 1886) : "creo que la esclavitud era para ellos (los negros de Cuba) mucho mejor que esta libertad que sólo han aprovechado para no hacer nada y formar masas de desocupados. Todos los que conocen a los negros le dirán que en Madagascar, como en el Congo y en Cuba, son perezosos, salvajes, inclinados a obrar mal, y que es preciso manejarlos con autoridad y firmeza para obtener algo de ellos. Estos salvajes no tienen otros dueños que sus instintos, sus apetitos primitivos".
La lectura que recomienda el Sr Acebo en inglés no es otra cosa que la historia oficial, escrita y corregida por los integrantes de la trama.
No solo al Sr. Acebo, he leido a castristas en Cuba restando autenticidad al documento escrito por Enrique Collazo. Desde la distancia del tiempo, no sé por qué, también los castristas, pretenden restarle autenticidad a un documento y un relato descrito por un protagonista de los hechos, de gran prestigio además.
Se ha usado el argumento incluso del rango del remitente, tratando de distorsionar sus funciones para hacerlo aparecer como no teniendo la jerarquía para dar instrucciones. Tratan de desconocer que si al inspector se le había confiado el aseguramiento de la estrategia diseñada por los auténticos detentadores de la llave de los truenos, poner al remitente en la función del policía malo podría haber sido una jugada diversionista para limpiarle las manos a los verdaderos ideólogos.
No sé de dónde saca el Sr. Acebo, que antes, durante, y después del despojo no se cumplieron los lineamientos preestablecidos. Le recomiendo que analice detenidamente todo, incluida la explosión del Maine y el trato a los mambises, de nuevo, y que incluya los documentos recolectados por Enrique Ros sobre el trato infame dado por las autoridades norteamericanas a los expedicionarios de la gesta libertaria de Bahía de Cochinos, entre otros, para que compruebe como el guión racista contra los cubanos de parte de las autoridades norteamericanas siempre estuvo y continúa estando presente.
Mis respetos para ambos, JRM y el Sr. Acebo.
Enrique Collazo Tejada Nacido en Santiago de Cuba el 28 de mayo de 1848, Enrique Collazo fue llevado a España, con apenas nueve años, por su tío. Ingresó como cadete de la Escuela de Artillería de Segovia de la que se graduó en 1866, tras cuatro años de estudios, y recibió el grado de alférez. Dos años después resultó ascendido a teniente.
Al tener contacto con jóvenes compatriotas residentes en España que simpatizaban con la causa independentista, decidió abrazarla, abandonó el ejército español, escapó a Francia y logró embarcarse hacia Nueva York. Casi inmediatamente se alistó como soldado en una expedición que desembarcó el 11 de mayo de 1869 al norte de la región oriental de Cuba.
Al día siguiente, entró en combate y fue herido. Poco tiempo después, ya repuesto, pasó a ser ayudante del general Máximo Gómez, a quién acompañó durante dos años, alcanzando el grado de capitán.
Debido a su precaria salud, se le ordenó salir de Cuba. Regresó procedente de Estados Unidos, y en septiembre de 1875 se reincorpora al Ejército Libertador en Camagüey. En abril de 1877 fue ascendido a comandante.
Un año después, cuando se firmó el Pacto del Zanjón, Enrique Collazo no estuvo de acuerdo con él, pero lo acató disciplinadamente. Partió hacia Jamaica, como acompañante de Máximo Gómez.
El patriota retornó a Cuba en 1887 para consagrarse de nuevo a la causa de la independencia. En contacto con José Martí, Juan Gualberto Gómez y José María Aguirre realizó trabajos conspirativos en La Habana.
Las críticas que Martí hiciera sobre el libro "A pie y descalzo" de Ramón Roa, desataron una fuerte polémica entre el Apóstol y Collazo. La inteligencia y el patriotismo de ambos hicieron posible que se esclarecieran las confusiones y exageraciones expresadas al calor del debate y a la postre, Collazo se convirtió en uno de los hombres de confianza de nuestro Apóstol.
Enrique Collazo publicó en La Habana su primer libro, Desde Yara hasta el Zanjón (1893).
El 29 de enero de 1895, Collazo firmó en Nueva York, junto a José Martí y el general Mayía Rodríguez, la orden de alzamiento que reiniciaba la guerra contra el poder colonial en Cuba. Posteriormente, organizó la expedición que desembarcó el 19 de marzo de 1896 en la Playa de Varadero. En agosto de ese año, fue ascendido al grado de general de brigada y ocupó la jefatura de diferentes unidades del Ejército Libertador.
Durante estos años, y hasta su licenciamiento, Collazo permaneció bajo las órdenes de Calixto García.
Concluida la guerra Collazo retomó la pluma y fue el primer historiador cubano que criticó en sus obras la actitud racista y discriminatoria contra los cubanos por parte de los norteamericanos.
En 1900 publicó el libro Cuba Independiente y, en la misma línea, continuó con Los Americanos en Cuba (1905) y Cuba Intervenida (1910), en el que expuso los antecedentes de la segunda intervención norteamericana. Su libro Cuba Heroica, publicado en 1912, ayudó a reafirmar el patriotismo del pueblo cubano. La Guerra en Cuba fue publicada póstumamente en 1926.Enrique Collazo falleció en La Habana el 13 de Marzo de 1921.
Estimado Jose Ramon. Mi nombre es Alfredo Jordan y mis estudios sobre la epoca se basan principalmente para entender la extension de la interversion exiliada en los asuntos de Cuba. Desde Cirilo Villaverde y los Morales Lemus, pasando por Varela hasta Castro, mi interes es entender el pasado para predecir el futuro de las acciones cada vez mas intromisivas del exilio en asuntos cubanos
ResponderBorrarHola Alfrado;
ResponderBorrarGracias por participar. Si quieres, has un escrito sobre tu experiencia y yo te lo publico.
Un saludo
Creo que lo correcto es lo que se encuentra a mitad de camino de las dos posiciones. Nadie fue perfecto. Pero lo oque está claro aquí es que la gran víctima de todo fueron los cubanos. Al menos ese es mi citerio, Lorena
ResponderBorrar9/10/2009
ResponderBorrarSr. José Ramón Morales:
No es que yo diga que usted ofende a Máximo Gómez, es que usted lo hace continuamente, y ahora se le fue la mano llamándolo “dictador asesino”, imagínese que yo hubiese dicho lo mismo de su ‘San Valeriano Weyler’.
Es verdad que los mambises no pudieron entrar a Santiago de Cuba, lo cual provocó la firme y viril protesta de Calixto García, pero Gómez sí entró en La Habana y recibió el homenaje apoteósico del pueblo habanero.
Yo he visto su encuesta, la cual demuestra que los simples mortales, como usted y como yo, que leemos o escribimos blogs opinan a favor de la autonomía y la unión con Españá. El problema es que los ‘simples mortales’ no determinamos en estos graves asuntos; yo le propuse que le preguntara a los españoles que van a Cuba a conseguir sexo casi de gratis y a los inversionistas, que sí determinan y que explotan la mano de obra barata de los hambreados cubanos. No creo que a esos les interese una Cuba española y autonómica, a lo sumo una Cuba colonia estilo siglo XIX.
Usted dice que no es historiador y que no le interesa serlo, lo entiendo ya que usted se considera víctima de los “historiadores fanáticos de los mambises”, entre los cuales me coloca a mí, en el párrafo siguiente, pero sin embargo le gusta extrapolar historias alternativas y suponer que hubiese pasado si los mambises hubiesen ganado la guerra, o sugerir teorías e interpretaciones históricas como esa de las intenciones norteamericanas y Sodoma y Gomorra. Por favor si va hacer juicios históricos aténgase a las reglas de las ciencias históricas.
Coincido plenamente con usted en que “nunca nos vamos a poner de acuerdo” [y aquí con su permiso voy a invertir su ataque personal]: pues usted es un fanático de los autonomistas y a los españoles, los ve como Dioses, además no acepta otra versión. ¿Cómo le sonó? Espero que mal.
Permítame decirle que yo no soy fanático de nada y no convierto en Dios, y menos aún con mayúscula, a nadie. De Máximo Gómez, por ejemplo, opino que como militar demostró ser un estratega más eficaz e inteligente que todo el generalato español, pero como jefe militar fue duro en extremo con sus subordinados, más allá de lo necesario; como hombre público fue honesto y rechazó merecidos honores, pero careció de habilidad política; como ser humano fue un padre amoroso, un hombre trabajador y no dado a vicios, pero fue un perseguidor de faldas aún en su vejez.
Usted desgraciadamente supone que yo escribo en contra suya, lo siento realmente, yo no escribo en contra suya sino en contra de sus ideas y planteamientos que considero errados y desmesurados, pero nada tengo en contra de usted, hasta un regalo, para mi de mucho valor, le envié hace algún tiempo, ¿recuerda?
Sobre mi blog y enlaces con el suyo confieso que mi blog no tiene pretensiones, ni tan siquiera lo pongo al día más de una vez al mes y a veces ni eso, el diseño es un desastre y no tengo ‘blog roll’, sólo pretendo recopilar cosas mías que he publicado en otros blogs, o en los sites “Encuentro en la red” y “D’Cubanos”, más nada. Mi blog es un batiburrillo como indica su nombre de Barahúnda.
Su desprecio por la historia le hace suponer que lo de “War Hero” no tiene relevancia, y pasa por alto lo que le apunté sobre Esteban Pichardo y Nápoles Fajardo, con ello bota el agua junto con el niño, porque aquí sí hay manipulación histórica, cuando con muy malas intenciones se arma una leyenda sobre que los soldados norteamericanos le decían ‘war hero’ a los campesinos cubanos, los guajiros, y nada dicen de que nuestro despectivo ‘niche’ tiene sus raíces en el despectivo ‘nigger’ que los norteamericanos usaban para referirse a los cubanos de la raza negra. Aquí sí hay MANIPULACIÓN.
Como siempre mi afecto:
Waldo Acebo Meireles.
Nota: Le incluyo mis comentarios a la respuesta del Dr. Octavio Dilewis ya que no encontré, seguro por torpeza, cómo hacerlo en el blog del mismo. Gracias.
9/10/2009
ResponderBorrarDr. Octavio Dilewis Ibarra-Tamayo:
Suscribo plenamente sus primeros cuatro párrafos.
La lectura que yo recomiendo, y que usted descalifica, sospecho sin haberla leído, no es una historia oficial, más bien es la materia prima para un historiador. Es una recopilación de documentos de primera mano publicada en 1899, a pocos meses de haberse terminado las acciones bélicas. ¿De verdad piensa usted que esos cuatro personajes, tres generales y un admirante, se confabularan y tuvieran tiempo para corregir los hechos y fabricar documentos, que por cierto deben estar en la Biblioteca del Congreso?
Yo no distorsiono las funciones de Breckenridge, él era lo que fue: un inspector general del Ejercito, sin posibilidades de darle instrucciones a su jefe. Los que sí distorsionan son los que lo presentan como Sub-Secretario e incluso Secretario de Guerra.
Pero dejemos en manos del general Lawton caracterizar la participación de Breckenridge en las acciones en Cuba:
“Major-General Joseph Breckenridge was with the army at San Juan as the representative of the commanding general of the army. Before he was of age, he was appointed first lieutenant and aid-de-camp, and afterward a lieutenant of the Second Artillery. He served creditably during the entire war and was a graduate of the Artillery School in 1871; was promoted through all the grades, reaching the high office of inspector-general of the army in January, 1889. He was among the first appointed major-generals of volunteers. At the battle of El Caney, he assisted General Lawton and was highly commended by that distinguished officer. He was again with General Lawton in the advance upon San Juan on July 2d. At this time the enemy in front of San Juan were firing very freely upon our troops at San Juan, many of the shots passing over their heads and falling along the road from San Juan to El Poso. One of these shots struck General Breckenridge's horse as he was crossing San Juan river at what was called the “Bloody Ford” Soon after this General Breckenridge was placed in command of the troops of the Second Corps at Chattanooga, Tennessee, and later he was in command of the same corps at Lexington, Ky. Had the war continued, it is more than probable this officer would have earned great distinction.”
Én: Cuba's struggle against Spain with the causes of American Intervention and a Full Account of the Spanish-American War, including Final Pace Negotiations” Fitzhugh Lee, Joseph Wheeler, Theodore Roosevelt y Richard Wainwright [1899] pags. 498-499
¿Es este quien le dio instrucciones al Jefe del Ejército?, no lo parece. La conspiración que usted propone [policía malo] me parece de una audacia que no me atrevo a calificar.
Me gustaría que usted me brindara referencias concretas de esos ‘castristas en Cuba’ que le han restado autenticidad al documento, mi experiencia y modestos conocimientos me indican todo lo contrario y en grado superlativo.
Yo saco lo de ‘antes, durante y después’ de que ni hubo bloqueo naval para diezmar a los cubanos, ni se usaron los cañones de los barcos con el mismo propósito, ni las fuerzas cubanas fueron utilizadas en las acciones desesperadas, etc., etc. Si usted tiene hechos que demuestren el exacto o parcial cumplimiento de las apócrifas instrucciones pues me los puede señalar.
Y por último qué tiene que ver Bahía de Cochino con las ‘instrucciones Breckenridge’, le remito a sus mismas palabras cuando usted dice que: “los hechos históricos deben ser interpretados y calificados en el contexto, en las circunstancias históricas en que se producen.”
Atentamente:
Waldo Acebo Meireles.
Nota: Esta respuesta se la mandé a José Ramón ya que no supe encontrar en su blog cómo hacerlo. Disculpe.
Sr. Acebo:
ResponderBorrarJosé Ramón Morales no es historiador pero yo sí, si bien he de reconocer que mi especialidad no es la historia cubana, por lo que, muchas de las cosas que aquí se dicen, se me escapan completamente.
No obstante, si hay algo que no entiendo desde el punto de vista de algunos cubanos que desean la unión con España, es la tirria que procesan hacia el General Valeriano Weyler.
Entiendo que desde su punto de vista sea tenido, poco menos que como un ogro, pues en algo se debe fundamentar el nacionalismo cubano, pero desde el punto de vista de España, Weyler fue un militar que realizó, y muy bien según tengo entendido, su trabajo.
Imagino que este militar español debió de realizar unas cuantas masacres durante la guerra, pero igualmente imagino que los rebeldes (y perdone que los llame así ya que supongo que para vd. serán héroes) debieron realizar otras tantas atrocidades.
Una guerra es eso, una guerra, y si es civil como el caso que nos ocupa es todavía más cruenta si cabe.
Por desgracia, en España conocemos lo que es, ya no una guerra civil, sino cinco, pues parece que todo el mundo olvida las otras cuatro (las guerras carlistas) que acontecieron en el s.XIX y que igualmente asolaron el pais.
Por otra parte, en cuanto al turismo sexual que nos achaca a los españoles, he de decirle que, por desgracia, ya no nos hace falta ir a Cuba para echar una canita al aire, el problema de la inmigración nos ofrece múltiples soluciones de diferentes nacionalidades, más baratas puesto que no hay que pagarse un viaje a Cuba, y sin salir de casa. Por otra parte, el turismo sexual no es algo que nosotros hayamos inventado, hay sobrados ejemplos por ahí... y salidos y pervertidos los hay en todas partes...
En cuanto a nuestras empresas en Cuba, imagino que se referirá a nuestros hoteles, puesto que yo sepa, no existen otras.
Me pregunto si utilizaría la misma expresión si esos hoteles fueran propiedad de empresas norteamericanas, o con los hoteles que hay que no son españoles sino de cualquier otro pais europeo.
Una empresa, y vd. que vive en Miami debe saberlo bien, es eso, una empresa, y se caracteriza por buscar el máximo beneficio con la mínima inversión, en eso consiste el capitalismo... Y desconozco los salarios que cobran los empleados cubanos en dichos hoteles españoles, pero imagino que seguramente superarán con creces la media de lo que se gane en la isla.
Un cordial saludo.
Rubén Valero.
Para Rubén Valero:
ResponderBorrarLa ‘tirria’hacia Weyler no es casual, ni es una necesidad para fundamentar el nacionalismo cubano que tiene sus raíces desde finales del siglo XVIII, el problemita con Valeriano Weyler es que inventó el genocida procedimiento de la ‘reconcentración’ que consistía en obligar a todos los campesinos a concentrarse en las ciudades y pueblos fortificados y con ello, nada más y nada menos, provocó la muerte de miles de personas.
Si vamos a considerar que un militar realiza bien su trabajo, matando miles de inocentes en Cuba, reprimiendo con violencia extrema a liberales españoles en Barcelona, haciendose millonario en las Filipinas, pues estamos de acuerdo: el Marqués de Tenerife hizo un buen trabajo.
No se por qué usted generaliza lo que yo dije sobre el turismo sexual de los españoles, jamás he pensado que todos los españoles hagan semejante cosa, por otra parte estoy de acuerdo, lo presencié, que ahora las africanas se ofertan en la Gran Vía, por unos pocos euros, y no sólo las africanas, también mujeres y hombres de europa oriental.
El capitalismo es capitalismo, eso está descontado, pero la cara del capitalismo español que se presenta en Cuba con el beneplácito y apoyo del regimen es la cara del capitalismo salvaje del siglo XIX.
Sí, los salarios que reciben están por encima de la media nacional y los cubanos hacen cualquier cosa por trabajar en esos hoteles, pero eso no quita que sean explotados y avasallados con la complicidad del gobierno, esa también es una verdad.
Por ultimo nada tengo en contra de los españoles, además tengo sangre española; hace un par de meses hice un recorrido por España en el que incluí visitar los pueblitos originarios de los abuelos de mi esposa y míos, en Asturias.
Saludos:
Waldo Acebo Meireles
"Sí, los salarios que reciben están por encima de la media nacional y los cubanos hacen cualquier cosa por trabajar en esos hoteles"
ResponderBorrarUsted lo ha dicho todo.