AñO IV
MES DE ENERO de 1898
DÍA 1.°—Jura de los Ministros antillanos.—
Asi la refirieron testigos presenciales:
A las nueve de la mañana reuniéronse en el salón del trono de la Capitanía general las autoridades y representaciones de todas las corporaciones, siendo muy notada la presencia de algunas individualidades del partido de Unión Constitucional.
El salón estaba artísticamente adornado.
Ocupado por el General Blanco el sitio que por su rango le corresponde, entraron en el salón los Sres. Gálvez, Montoro, Zayas y Rodríguez.
Por al orden indicado juraron con arreglo á la siguiente fórmula:
"Juro por Dios y por los Evangelios fidelidad al Rey y á la Reina regente, y asimismo mantenerme estrictamente dentro de las leyes y de la Constitución nacional.
»Juro desempeñar el cargo con asiduidad, inteligencia }r atención, mirando en todo por el bien de la nación y de la isla.»
EL AÑO POLÍTICO
Prestado que faé el juramento, el Capitán general leyó un breve discurso, en el que después de elogiará los señores Ministros, se dice que el nuevo Gobierno es una garantía del sentido amplio y liberal con que ha de aplicarse el nuevo régimen.
Este Gabinete—añade—en el que estáa representada»! todas las tendencias políticas conformes. con el sistema autonomico, demuestra la sinceridad con que el Gobierno de la Metrópoli quiere establecer la Constitución concedida á la isla.
Deber principal de los señores Ministros debe ser estudiar los intereses locales, y reconstituir la riqueza en las comarcas asoladas por la guerra, riqueza reducida hoy á
desconsoladoras proporciones. El procurar la paz y el bienestar del país es la mejor
Propaganda que podemos hacer de la autonomía en contra de la rebeldía, que si nunca tuvo razón para surgir, hoy no tiene ni pretexto para mantenerse.»
Acaba el discurso felicitando calurosamente 4 los nuevos ministros.
El general Blanco dio vivas á España, á Cuba española y al Rey, contestados por todas las personas que asistían á la ceremonia.
Esta terminó bendiciendo el obispo de la Habana a los nuevos Ministros, qué oyeron después una misa.
El acto ha resultado serio y muy solemne.
Para conmemorarlo se ha concedido algunos indultos á procesados por delitos comunes en Matanzas.»
Como se ve, la generosidad de España no dejaba jamás de manifestarle.
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DÍA 22 de Enero de 1898
—Maniflesto del Gobierno Insular.—
Le publicó la Gaceta de la Habana en esta fecha, y su resumen es como sigue, según un corresponsal:
«Empieza exponiendo la competencia legal del Gobierno para realizar la obra confiada y su patriotismo.
Declara infundado el temor de que pueda sobrevenir una reacción .que aniquile la obra realizada de la autonomía.
Este dice—es un hecho consumado, definitivo é irrevocable.»
«Garantízanla—añade—el honor nacional y el respeto debido y los derechos de un pueblo amante de sus libertades.»
«El nuevo régimen—consigna luego—es el pleno reconocimiento de la personalidad de la colonia.»
Explícase después el alcance de la autonomia, que llega Al nombramiento de magistrados y jueces; al reconocimiento de la personalidad colonial en materias de alcance internacional, como es la celebración de tratados de comercio.
Consignase que la espontaneidad colonial sólo tiene un límite: la soberanía de la Metrópoli.
Se declara que por encima de los intereses locales é insulares están los nacionales, sin que esto signifique detrimento de la personalidad de la colonia.
Añade que previniendo conflictos posibles, la metrópoli se reserva un poder de carácter extraordinario para mantener incólume la legalidad constituida.
Termina diciendo:
«Así sea el pasado enseñanza provechosa, no semillero de odios, ni fuente impura de recriminaciones.
Ha muerto para siempre la política de la suspicacia y de la proscripción.
Todos somos cubanos, todos somos peninsulares, porque todos somos españoles.
El vínculo de unión está en la igualdad de la condición pública y en la mutua confianza.
Tiempo es ya de que la reflexión se sobreponga á los extravíos y el civismo al amor propio.
Nadie tiene derecho á inmolar un pueblo en aras de ideales no compartidos por la comunidad.
Todos tienen la obligación de secundar generosamente el alto empeño acometido y mejorar los días de la patria asegurándole dos grandes bienes, los más preciosos, cuales son el orden y la libertad.»
Ver aquí.
Hola José. Estuve leyendo las dos primeras páginas pero tiene unas quinientas
ResponderBorrarasí que no puedo opinar pero es bueno que lo tengamos a mano para ilustrarnos.
Abrazos
Alila
Hermoso manifiesto de hermandad, unidad y libertad.
ResponderBorrarOjalá conociera todo el mundo la verdad de los hechos ocultos y falsificados por algunos de nuestros antepasados.
Sacarlos a la luz puede ayudar a querernos y a unir a un pueblo que fué dividido por la fuerza.