martes, 5 de julio de 2011

CARTA DE OTRO CUBANO AMIGO DE CUBA ESPAÑOLA


Amigo mío,

 Debo confesar que mi primera reacción a la propuesta de volver a ser parte del reino de España me causó un poco de indignación y de rechazo. Esta reacción no es otra cosa que el producto de CIEN años de demagogia y adoctrinamiento pro-Cuba Libre (buen cocktail, pero un sueño imposible).

 Es difícil no contaminarse, cuando lo primero que te enseñan en la escuela es a dibujar la bandera cubana y a rendir culto a José Martí y a sus loables ideas, que han rendido NADA de frutos para el pueblo de Cuba, que no es un pueblo democrático per se.  En Cuba se ha abusado de la democracia, en los pequeños intervalos en que la hemos disfrutado, desprestigiando, desestabilizando, alterando el orden público y pavimentando el camino a renovadas dictaduras.

 Yo estoy perfectamente enterado de que las guerras separatistas no fueron tan populares en Cuba como las pintan en los libros de historia. Mi propia bisabuela, que vivió ese periodo de desestabilidad me lo contó así: ''El pueblo no apoyaba a los insurrectos, porque veía como toda la obra de años de trabajo se iba destruyendo al paso de la guerra.’’

 En 1895 Cuba tenía, aún en su condición de colonia, mas desarrollo que la mayoría de las repúblicas libres de la zona. Eramos, en efecto, la perla de corona, porque eramos la provincia que mas fruto rendía a España.  Los gobiernos españoles nos trataron mal - esa es la verdad - y nos trataban como extranjeros en nuestro propio país (España).  De ahí que nació la idea en algunos cubanos de ser libres, como nuestros vecinos del norte. De ahí tambien se aprovecharon esos ''buenos'' vecinos para sacar una buena lasca de la situación. Como siempre ocurre con estos ''grandes paladines de la democracia, defensores de las libertades de los pueblos.’’

 En fín, quería comunicarte que he publicado tu artículo acerca de los COMPLEJOS DEL CUBANO y de la propuesta de integración de Cuba al reino español. Ojalá cale en el sentimiento popular, pero lo dudo mucho. La contaminación emanada de la demagogia es mucha y ha calado hondo en el alma de un pueblo que ignora que la bandera por la que se inmola aún es creación de un venezolano, con afición al diseño y a la costura. 
Aunque debo admitir, con cierta tristeza, que el sentimiento patrio, como lo hemos conocido hasta hace poco, ha sufrido un desgaste enorme en el alma del pueblo cubano, que lo relaciona estrechamente y con razón, me imagino, con una historia de penurias y de mal vivir.

 Un abrazo,

José Antonio Torrent-Aróstegui

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