Crée usted de que Cuba estaría mejor como:
martes, 10 de febrero de 2009
José Marti. Algo de su vida y comentario.
Nace un 28 de enero de 1853 en una casa de la calle Paula en la Habana de intramuros. Su padre Don Mariano Marti Navarro, valenciano y subteniente graduado, Sargento de Brigada del Regimiento de Artillería, destacado en la fortaleza de La Cabaña. Su madre Dona Leonor Pérez Cabrera, natural de Tenerife en Islas Canarias.
Era aquel un hogar español y modesto: dos circunstancias que habrían de influir decisivamente en el modesto ambiente en que discurre la niñez de Marti, y gravitar sobre su conciencia hasta provocarle un verdadero conflicto sentimental.
Ser español y por añadidura militar, constituía en Cuba, ya entonces un doble inconveniente, si se pretendía alternar el elemento criollo, imbuido de ideas liberales y de una cantidad de prejuicios y reservas contra los peninsulares y los uniformados. Ese fue el veneno que les inculco el Padre Félix Varela a los criollos. El fue el que les dijo sobre la diferencia de ser español y ser cubano Era el comienzo de la separación familiar. Marti lo recibió a través de su maestro Mendive.
El padre de Marti, como militar es trasladado hacia un lugar cerca de la Cienaga de Zapata donde hay un comercio clandestino de esclavos. Marti lo acompaña. Es un niño, pero se enfrenta por primera vez a una realidad muy cruda. Conoce un barracon de esclavos, socializa con ellos y hasta hace amistad. Ve como son maltratados. También presencia el contrabando de esclavos y ve como vienen desnudos y son maltratados.
La idea de que los cubanos eran diferentes a los españoles y que fue creada por Varela, trajo la división entre dos bandos rivales, los “gorriones” y las "bijiritas”. Como los antagonismos necesitan para expresarse mejor, de imágenes y símbolos, habían los cubanos apodados de “gorriones” a los peninsulares, y estos ripostaron bautizándolos de “bijiritas” a los criollos, quienes no obstante la intención peyorativa del monte, quedaron complacidos, pues era proverbial la cualidad de esa pequeña avecilla, que muere si le pone en cautiverio. Esas divisiones gracias a la enseñanza de Varela de que ser cubano era diferente a ser español, trajo todo lo viene después.
Con 16 años funda un periódico Patria Libre que solo alcanza a publicar un numero.
Por sus escritos es llevado a la carcel y condenado a 6 años de prisión en la Cárcel de La Habana a trabajo forzado en las canteras y con grillete en los pies. Una condena excesiva. Fue trasladado a Isla de Pinos y allí se le decreto indulto y salio rumbo a Cádiz.
Vivió y estudio en Madrid, Valencia, etc., se gradúa de Licenciado en Derecho, también vive en Paris, etc.
Después viaja por diferentes países de America y en cada uno encuentra a gobernantes dictatoriales y despóticos y burguesía de espaldas al pueblo. La independencia no había hecho muchos cambios, pero el sigue con el deseo de independencia para Cuba y buscando ayuda.
Se muda para Nueva York y allí en 1884 lo visitan Máximo Gómez y Antonio Maceo, llegados con el propósito de coordinar un nuevo plan de alzamiento que hace crisis con la vida política de Marti... El Generalísimo tiene 48 años, 39 Maceo y 31 Marti.
Marti les presta desde su más resuelta cooperación y espera influir en los argumentos y sus razones realistas, en la elaboración del proyecto. Como se cree contar con una importante ayuda económica y con la colaboración de muchos jefes del 68, la cuestión a debatir recae verticalmente en la organización del movimiento libertario y en la índole de su dirección.
Nada de gobierno representativo, nada de intervención de los civiles en el manejo del empeño, le dice Maceo y Gómez. El generalísimo no luce muy interesado en las reflexiones que Marti le hace para que se tenga en cuenta la situación económica y política de Cuba.
Gómez le dice a Marti, “limítese a lo que le digan las instrucciones y en lo demás, aténgase a lo que disponga el General Maceo”. Esta es la chispa que descarga una tempestad inevitable.
Marti dice “no contribuiré a en un ápice, por amor ciego a una idea en la que se me esta yendo la vida, a traer a mi tierra un régimen de despotismo personal, que seria mas vergonzoso y funesto que el despotismo político que ahora soporta y mas grave y difícil de desarraigar, porque vendría excusado con algunas virtudes, y el legitimo triunfo”.
Le escribe al General Gómez “ Un pueblo no se funda como un campamento….Que somos General? Los servidores heroicos y modestos de una idea que nos calienta el corazón , los amigos leales, de un pueblo en desventura o los caudillos valientes y afortunados que , con el látigo en la mano y la espuela en el tacón, se dispone a llevar la guerra a un pueblo para enseñorearse después de el? La patria no es de nadie; y si es de alguien, será y esto es solo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia”.Ahí podemos ver que clase de déspotas eran el Generalísimo Gómez y General Maceo. De haber triunfado los mambises con ellos a la cabeza, para Cuba venia una dictadura militar y si hubiesen rodado cabezas como en Haití. Lo que pasa es que ya Maceo estaba muerto y la guerra la ganaron los norteamericanos y eran los que mandaban en Cuba.
En el campo de batalla se enfrentan de nuevo la vieja tesis de Maceo que defiende la militarista, que reclama todos los poderes para una junta de generales, en tanto la guerra demande una acción eficaz y disciplinada de los mandos; Marti propugna, por el contrario, la inmediata constitución de un gobierno que sea producto de la voluntad democrática de los delegados regionales. Teme a la autoridad desmedida de los jefes, a sus rivalidades intestinas.
Apasionado el General Maceo y quizás resentido en lo personal, se muestra altivo y mortificante; pero Gómez tiene la máxima autoridad y sabe ejercerla. En el fondo como buen militar, desconfía de la intervención de los civiles en la dirección de la lucha: piensa también como Maceo que constituye “un lujo prematuro” la formación del gobierno que el Delegado propicia; pero sabe que no puede desconocerse el pensamiento y la voluntad del hombre que ha hecho posible, incluso aquel debate, sobre la realidad de un campo de batalla.
Poco días más tarde, Marti es muerto en combate en Dos Ríos, y hoy en día sus restos descansan en el Cementerio de Santa Efigenia en Santiago de Cuba.
Pienso que Marti hubiese hecho más por Cuba si se hubiese limitado a luchar por acabar con las injusticias, la abolición de la esclavitud, la igualdad con los peninsulares, etc., pero sin la idea independentista que no resolvió nada y solo trajo división familiar, en el caso de Cuba que no tenía nativos, los españoles la crearon y eran nuestra sangre. Los negros llegaron a España, pero no eran nativos y había que crear igualdad pero no separación. Además el vio como en la America Latina la independencia no había resuelto el problema y en Haití comento como ahora tenían independencia, pero se había acabado el progreso que tenían con los franceses y estaban en una miseria total.
La independencia no resolvió tampoco el problema de Cuba. Estamos peor que si hubiésemos seguido siendo España, en un final nosotros los cubanos somos españoles.
José Ramón Morales
Miami, 10 de febrero, 2009
Biografía: Ámbito de Marti…Guillermo de Zendegui 1954
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