Los materiales recogidos muestran que en la cultura de los inmigrantes se observan determinados elementos que resisten más decididamente la acción de la cultura que los rodea. Entre los inmigrantes hindúes y sus descendientes se conservan hasta nuestros días creencias tradicionales sobre fuerzas sobrenaturales y una práctica religiosa ancestral. Estos rasgos de la cultura han sobrevivido por cuanto servían a modo de defensa en un medio cultural que les era ajeno. Además existe otra faceta del proceso de aculturación que constituye la contrapartida de la asimilación de la cultura inmigrante. Este es cuando se produce una aceptación por parte de la población local de rasgos pertenecientes a la cultura inmigrante.
En el terreno de las creencias religiosas en Jamaica se ha producido un fenómeno de esta naturaleza. En las prácticas de los cultos revivalistas existen elementos rituales identificables como de procedencia hindú. Dentro de estos cultos, según Simpson, en una ceremonia especial, secreta, se mata un chivo antes de comenzar el servicio religioso ordinario. Están presentes el líder o director, los miembros principales de la iglesia y la persona que está en peligro. Se lee el Salmo bíblico 65, elevan oraciones el director y otros tres dignatarios, recitando después el director un mensaje que recibe el nombre de "bendición". Más tarde éste expresa su petición al pie del animal que se va a sacrificar, o sea, declara que alguien quiere "ser librado de un gran peligro". Explica por qué se sacrifica el animal diciendo que se trata de una persona en cuestión. Si esta persona es apta se le pide que lea el Salmo 118, de lo contrario, es leída en su lugar por una madre u otro dignatario.
Es rociada entonces ligeramente sobre la cabeza del chivo agua fría consagrada y el director pide a uno de los ayudantes decapitar el animal. El sacrificio debe ser realizado con un arma muy afilada pues el animal no debe emitir sonido alguno. El líder toma un poco de la sangre y traza el signo de la cruz en la frente del individuo que ordenó el sacrificio. El resto de la sangre es recogido en un recipiente, pues la sangre no debe ser absorbida por la tierra. Aproximadamente la mitad de la sangre es colocada en una vasija aparte, mezclándose el resto con miel y harina de trigo, haciéndose con esta mezcla una especie de pastel que se coloca en el altar. El resto del chivo se corta en trozos y se sazona con salsa hindú (curry). Luego es cocinado en aceite de coco añadiéndosela cebollas, ajos y cebollinos realizándose la cocción en una cazuela de barro(24).
Este proceso de préstamo cultural no parece haberse dado en Cuba, no integrándose dentro del creciente sincretismo religioso elementos tomados de las creencias hindúes.
En toda inmigración, además de su cuantía, existen una serie de factores que condicionan el ritmo de asimilación al nuevo medio nacional en donde se injerten. Los matrimonios con la población local facilitados por la ausencia de prejuicios raciales entre las capas sociales a las que se relacionaron incidieron favorablemente el proceso de integración en Cuba.
A pesar de que el número de esta inmigración fue poco considerable su estudio ayuda a la comprensión de los procesos étnicos en la Cuba contemporánea.
El aspecto sicológico también debe tenerse en cuenta en el proceso aculturativo. Es posible establecer una clara línea divisoria entre la actitud de los braceros contratados y la de los inmigrantes, que después del fin del sistema de contratación, continuaron viniendo por su cuenta a la América. Mientras los primeros se aferraban a su cultura resistiendo a la asimilación, los segundos venían condicionados a ésta. Un hindú, que llegó a Cuba en el 1923. relataba que ya en el barco que los conducía hasta las Antillas, muchos se despojaron del turbante y cortaron el cabello(25).
Desde sus comienzos, la inmigración de hombres fue infinitamente mayor que la de mujeres, desproporción que indudablemente ha ejercido gran influencia en el mestizaje. Por la época en que se produjo la llegada a Cuba de los braceros, la escasez de mujeres pertenecientes al grupo, representaba en Jamaica un serio obstáculo para los hin dúes. En Cuba, por su parte, las posibilidades para la endogamia eran aún más escasas.
Para poder apreciar el curso seguido por el mestizaje, hemos seleccionado una familia-tipo, cuya genealogía desarrollarnos a continuación.
Los fundadores de esta familia, llegaron a Jamaica en algún momento, entre el 1860 y el 1880. Samkerr, el hijo mayor, les nació en Jamaica en el 1883. Cuando éste era aún pequeño, los padres regresaron a la India, donde permanecieron durante algún tiempo, y volvieron de nuevo a Jamaica.
Llegado el momento, de acuerdo con las tradiciones hindúes, los padres de Samkerr realizaron el contrato matrimonial de su hijo con los padres de la novia elegida. En el año de 1902, Samkerr y su mujer, Emilia Doughall, embarcaron con rumbo a Cuba en busca de trabajo, desembarcando por el puerto de Guantánamo. En esta fecha, Samkerr contaba con diecinueve años y su mujer con dieciséis. A la sazón esposa de Samkerr estaba encinta, dando a luz a su primer hijo Jorge, en un lugar llamado el Yarey, cercano a Guantánamo.
La familia continuaba manteniendo las relaciones con la comunidad hindú de Jamaica. A los diez u once años (1913 o 1914) Jorge viajó por primera vez a Jamaica, en donde permaneció cuatro meses. A los veinte años (1923) volvió de nuevo, y por espacio de otros cuatro meses estuvo en dicha Isla. Luego, en el año de 1925, estuvo por última vez en Jamaica durante tres meses. Todos estos viajes los realizó en compañía de su madre; su padre permaneció en Cuba, no volviendo más a Jamaica ni a la India. En sus viajes a Jamaica, visitaban los familiares, tíos y otros parientes que residían en la Isla. Allí participaban de las actividades de la comunidad hindú, las ceremonias religiosas entre ellas.
En la genealogía que desarrollamos, todos los integrantes de la familia que aparecen en la misma, salvo la primera generación, vinieron a Cuba. Como se puede apreciar, varios hermanos y hermanas de Samkerr se establecieron como él en Cuba. De todos ellos solamente Bantá regresé de nuevo a Jamaica, en el año 1931, período en el cual se produjo una crisis económica que conmovió a Cuba.
Todos los hermanos a su llegada a Cuba se establecieron en el área de Ermita, particularmente en el batey Egipto. De ellos, tres contrajeron matrimonio con negra y mulato, y dos con india. En tercera generación, todos los nietos y nietas de Lalit-Ram y Etualí contrajeron matrimonio con negro o mulato cubano. Una sola excepción la constituye el primer matrimonio de Jorge, con una india.
En ocasión del último viaje que realizó Jorge a la vecina isla de Jamaica cuando tenía veintidós años, su padre le dijo:
- Cuando tú vayas, cásate allá con una india como tú, y trae tu mujer para acá.
- ... el viejo la llevó a Santiago de Cuba y la embarcó directo a su casa otra vez, para que no se quedara por aquí.
El uso de una lengua por un grupo nacional injertado en un medio distinto, cual era el caso de los inmigrantes, está en dependencia de una compleja red de factores. La posición económica y social del grupo en cuestión, el grado de desarrollo de su cultura, las relaciones con otros grupos humanos y la cuantía de los parlantes, pueden citarse como varios de los nódulos de la cuestión planteada.
Según señalábamos antes, al referirnos a la procedencia étnica de los braceros traídos a las colonias antillanas, el Hindi era la lengua hablada por la mayoría de los mismos. En la conservación del Hindi, como lengua usada por las comunidades hindúes, se han conjugado infinidad de factores. algunos de los cuales enumeramos en el párrafo anterior.
Después de la proclamación de la República de la India, se produjo en la isla de Trinidad, un auge en cuanto a la utilización de¡ Hindi por la comunidad indostana. Por primera vez en la historia de la Isla, los hindúes crearon escuelas, en las cuales se imparte la enseñanza en lengua Hindi. Desde luego que no poco influyó en este sentido, la situación económica de los inmigrantes.
En Cuba, por su parte se habló el Hindi, mientras los braceros constituían grupos compactos de trabajadores agrícolas, residentes en el mismo sitio. Luego, a medida que fueron muriendo los viejos y dispersándose sus descendientes, la lengua se perdió casi por completo.
Hay un solo aspecto en que se ha mantenido el uso del Hindi, y es en las ceremonias religiosas, a las que hacemos referencia más adelante en este trabajo.
Actualmente el proceso de asimilación de los hindúes en Cuba, casi ha concluido. En el plano de las creencias religíosas, se ha manifestado una cierta resistencia a la desaparición.
Artículo completo aquí:
http://www.archivocubano.org/hindu1.html