por Armando Añel.
Del
Blog Cuba Inglesa
“Orlando Zapata se ha muerto con la Posición Común vigente”, acaba de declarar la secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE (partido gobernante en España), Elena Valenciano, en un intento desesperado de justificar la impresentable postura de su gobierno de cara a las violaciones de los derechos humanos en Cuba. Antes --años antes—, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, había sido medianamente sincero, afirmando que su política de acercamiento al régimen castrista estaba teniendo resultados concretos porque, entre otras lindezas, “tenemos capacidad de interlocución y estamos promoviendo los intereses de nuestro país”.
Sólo esta última afirmación, la de los intereses, pareciera guardar puntos de contacto con la realidad, pero cuidado: la actual posición española puede volverse en su contra a mediano plazo, cuando una transición que verdaderamente merezca ese nombre desemboque en un Estado de Derecho en Cuba y un gobierno elegido democráticamente, eventualmente integrado por políticos de la actual disidencia interna o del exilio –o más sencillamente, por políticos surgidos de la embrionaria sociedad civil cubana—, traiga a colación la retrógrada posición ibérica durante los estertores del castrismo.
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