Una pareja viaja de Miami a Pozoblanco para localizar a sus antepasados.
20/11/2010
ANTONIO MANUEL CABALLERO
Han sido ocho horas de avión y han gastado los ahorros de su vida, pero por encima de todo estaba el deseo de recuperar la memoria de la familia. Rafael Escribano y Arelis Encinas son un matrimonio de ciudadanos cubanos que viven en Miami desde hace diez años y cuyos ascendientes nacieron en España.
En concreto, el abuelo de Rafael, que se llamaba Blas Aquilino Ruperto Escribano Jurado, nació en Pozoblanco el 5 de enero de 1874. Era hijo de Diego Escribano Serrano y Josefa Jurado Calero. El se marchó desde Pozoblanco a la guerra de Cuba y allí se quedó. Luego, los hijos y nietos han vivido en Cuba hasta desembarcar finalmente en Estados Unidos después de mil peripecias, como ganar por sorteo un visado.
Rafael cuenta que llegó a Pozoblanco desde Miami "para tratar de encontrar a algunos familiares de mi difunto abuelo" y reconoce que solo habría, en su caso, descendientes de una hermana de éste, llamada Ana, "ya que los demás murieron y sus hijos también". La hermana de su abuelo tuvo una hija que se casó con Antonio Guijarro Redondo, muerto en el frente de Pozoblanco el 29 de marzo de 1937. Al quedarse viuda se marchó con sus cuatro hijos y éstos son los que aún podrían estar vivos: Josefa, Ezequiel, Rafael y Antonio Guijarro Cobo.
Hace unos meses, Rafael y Arelis escribieron al Ayuntamiento de Pozoblanco, poniendo como destinatario de la carta un nombre que encontraron en internet, Ginés de Sepúlveda, el pozoalbense cronista de Carlos V. En el Consistorio llamó la atención la misiva y se la hicieron llegar al profesor e historiador local José Luis González Peralbo, quien pudo reunir algunos datos manejando libros de 150 años de antigüedad y se los proporcionó por correo electrónico.
Rafael y su esposa han decidido venir en persona a conocer la que fue la tierra de sus antepasados "para tirar algunas fotos, llevarnos recuerdos e intentar saber de mi familia". El profesor González Peralbo les ha ayudado en la investigación, pero la pista de sus familiares se pierde cuando emigraron con la Guerra Civil. Rafael señala que Pozoblanco es "un pueblo muy bonito y hospitalario y la vida es muy sana y distinta a Miami, ya que aquí se ven los niños corriendo en la calle".
Su visita a España la han aprovechado para contactar con familiares de su esposa Arelis, hija de un gallego, y en este caso sí han dado con tres primos de ella. En Pozoblanco han sido recibidos por el alcalde y el concejal de Cultura, que les proporcionaron una visita guiada por la ciudad.
El matrimonio ya ha regresado a Miami sin haber encontrado a ningún familiar de Rafael, pero con la satisfacción de haber conocido la tierra de sus ancestros antes de morir. No obstante, en el Ayuntamiento han dejado sus datos por si alguien les pudiera facilitar una pista del paradero de sus familiares.
(Una colaboración de Enrique)