Nota importante: esta ráfaga no va dirigida al pueblo español del cual me considero parte, solo a cretinos como el cabo Gundín que no valen nada pero se creen todo lo contrario.
Notas importantes:
1- Esta ráfaga no va dirigida al pueblo español del cual me considero parte, solo a cretinos como el cabo Gundín que no valen nada pero se creen todo lo contrario.
2- Con el valor agregado, la fuerza más, el área estratégica adicional y el empuje en libertad de esos Cubanos y Portugueses que el mequetrefoide Gundín trata en forma veladamente derogatoria, el Reino Unido de la Gran España sería en territorio la nación más grande de Europa Occidental, la segunda en población, dominaría todo el flanco sur del Atlántico norte y se convertiría en parte del eje permanente, del backbone europeo, junto con Alemania y Francia.
3- Asimismo, basado en lo expuesto en el punto 2, España tendría que ser admitida en el grupo de los grandes, el grupo de los siete, de los ocho o de los nueve, con rango pleno y permanente.
4- El separatismo en las provincias vascas no es obra del gran pueblo vasco-español sino de una minoría primitiva. El separatismo de un pueblo ancestralmente español como el vasco solo se justificaría si pudiera alegar que está basado en la discriminación y/o negación de derechos por parte de Madrid; obviamente ese no parece ser el caso.
5- El separatismo catalán es aún más minoritario pero mucho más peligroso que el vasco; como es conspirativo ha ido creciendo fabricado en base a la acción manipuladora de su núcleo en Barcelona, y a los actos de sus grupos de presión en función de torcerle el brazo al gobierno del Reino para obtener privilegios con que no cuenta el resto de las comunidades autónomas. Ese movimiento parece pretender competir con Bélgica desgajando de España a gran parte de su región mediterránea; es decir, parecen pretender construir un país catalán con centro en Barcelona que luego anexaría bajo éste a las comunidades de Aragón, Valenciana, Islas Baleares, y que se tragaría si pudiera también a la región de Murcia y hasta a Andorra. En función de ello han estado trabajando intensamente y continúan haciéndolo (incluída la promoción del "idioma catalán" en las áreas de la "zona de expansión" que hablan un catalán "muy rudimentario") ante la indolencia criminal de Zapatero y sus cachanchanes. No se debe olvidar que por esos grupos andaba el germen que provocó la guerra civil española, la cual terminó hundiendo a España bajo la dictadura de Franco, a mi juicio el mal menor porque, de seguro, habría sufrido un destino aún peor de convertirse en "república soviética".
Creo que un sujeto de la arrogancia mequetrefoide, de la insolencia asqueante de este tal Gundin (quizás pariente de el jefe de los esbirros castristas) no merece atención. Solo le aclaro que los exiliados cubanos que respaldan la reunificación cubano-española de seguro tienen muchísimo más dinero y propiedades que él y no necesitan la seguridad social española, y además, que Europa, bajo Franco, al que él seguramente admiraba, terminaba en los Pirineos; así que si España (que era parte de Africa del Norte bajo Franco) entró a Europa, ¿por qué Cuba nó?.
Por personajes desatinados e injustificadamente creídos como este Gundín, arrogantes y seguro que en el fondo muertos de hambre, España y Cuba terminaron separándose y España primero y Cuba después, hundiéndose bajo las dictaduras oscurantistas de Franco y los Castro.
Este sujeto aparenta ser un correligionario de Valeriano Weyler.
Sé que José Ramón es una persona polite y prefiere un intercambio más sereno. Por eso, JRM y demás correligionarios nuestros, disculpen mi temperamento sanguíneo, el cual no puedo controlar cuando aparecen energúmenos como este Gundín.
Y ahora la libertad en la que creemos sinceramente le permite al cretino de referencia exponer su paroxismo de arrogancia insustentable, al menos en sus caudales y solvencia personal, de seguro. Utópica Gundín, de seguro a muy probablemente podría ser su solvencia personal.
Si de especímenes como Gundín dependiera España sería más maghrebi que europea, estaría aún atascada en el polvo, en los pueblos blancos de callejas de polvo y piedra en los cuales por no pasar, ni pasó la guerra, donde el olvido camina lento, ..., cuasi parodiando a rojos de traseros negrófilos, prominentes y procastristas del país y ¡sorpresa!, ¿también de la razón?.
Afortunadamente la democracia está basada en las mayorias simples y no en el consenso; imagine que se necesitara el consenso, el consentimiento de un tarado como usted para tomar las decisiones fundamentales de la expansión europea; estaríamos fritos todos los europeos y norteamericanos.
He aquí la opinión de este nórdico y exquisito teutón, que no se sentía aludido por el trato derogatorio que como "extranjeros" recibían los españoles en las Europas del tiempo de Franco:
Cubanos y portugueses. Por J. A. GUNDÍNPara un español de estos tiempos resulta asombroso que haya extranjeros con deseos de pertenecer a España, porque lo habitual es lo contrario; el pan de cada día es tener que convivir con la matraca nacionalista, como si pertenecer a una de las más viejas naciones de Europa fuera un baldón o una tara genética. Pero el caso es que el 40% de los portugueses ve con buenos ojos una hipotética unión con sus vecinos de raya. E incluso ha surgido un grupo de cubanos que propugna el utópico regreso de Cuba a la Corona y la España de las autonomías, con la ventaja añadida de que también ingresaría en Europa. Los promotores caribeños tienen mucha fe en que la iniciativa cale entre la población de la isla y reciba un fuerte impulso cuando se publicite que en España el subsidio mensual aprobado en el Consejo de Ministros hace unas semanas equivale a lo que un maestro cubano gana en seis meses. Con todo, y aun resultando muy grata la utopía cubana, resulta más sugerente la hipótesis portuguesa. El porcentaje de los hispanófilos en el país vecino es no sólo altísimo: resulta casi abrumador si se compara, por ejemplo, con el de catalanes que aprobaron el nuevo Estatut (sólo el 36% del censo) o el de vascos que quieren la independencia (24%, según el último Euskobarómetro). Es decir, hay más portugueses dispuestos a compartir su destino con los españoles que la suma de separatistas vascos y catalanes. Ante lo cual a más de uno le puede asaltar la tentación de pedir un canje, un intercambio, pero entonces esto ya no sería lo que unos llaman España y otros «país», entidad atormentada a la que es consustancial la existencia de minorías disgregadoras, del mismo modo que en toda familia grande siempre hay algún pariente con ganas de liarla. Dejemos, por tanto, las cosas como están y, aunque es cierto que Portugal y Cuba pertenecieron en su tiempo a la Corona, a ambos países sólo nos une la nostalgia y, si ahora nos quitaran de golpe la pesadumbre del 98, España no sería la misma y podría morir del susto. O del gusto. Y ya no podríamos consolarnos de nuestros fracasos diciendo que «más se perdió en Cuba».
"Publicado por José Ramón Morales
(Nota aclaratoria; yo trato de poner las diferentes opiniones para que se conozcan y se debatan en democracia, JRM)