La opinión de Tenerife
(Foto de Internet)
MIGUEL LEAL CRUZ Como se hizo saber hace poco a una conocida emisora de radio, con nombre de isla mítica (radicada en La Laguna de Tenerife) y que, en virtud de dictamen de la ONU, la misma siempre se ha mostrado ampliamente comprometida con la defensa de la postura saharaui (desde su peculiar línea editorial), se reitera, un mes después, la misma teoría al respecto; que no es otra que la expuesta en las XIII Jornadas de Estudio de Fuerteventura y Lanzarote, 2007, en artículo ahora publicado en papel, editadas por los Cabildos de ambas Islas, tan próximas al teatro de operaciones. Por tanto, y desde perspectiva histórica y periodística (que es lo nuestro), se exponen razonamientos difíciles de refutar (y mucho más difíciles de llevar a buen fin que el caso "Chovito", claro..., otra obsesión de dicho medio) por las siguientes premisas:
El Régimen de Franco, en noviembre de 1975, consideró que la independencia del Sahara tendría lugar en breve plazo, según Solís Ruiz y otras autoridades del régimen.
Estados Unidos, que contribuyó a la Marcha Verde (se sabe que ondeaban banderas de esta nación) por intereses estratégicos, Francia por añoranza africanista y de relación comercial y política, al igual que España, que se pronuncia "con la boca pequeña", al igual que la UE. Ninguno de ellos apoya, claramente, el referéndum que se acordó en los tratados preliminares, y que ahora resulta menos viable que nunca por la dispersión de aquellos que fueron censados por España, aunque permanezcan tras más de tres décadas, en Tinduf (Argelia), y en propio territorio saharaui, e incluso en Marruecos, Canarias, o resto de España.
Y, por último, también, parece que influye la crítica situación mundial al borde una confrontación atómica, según dice y reitera Fidel Castro, al hacer inviable ahora cualquier arreglo, incluido otro Plan Baker (el tercero). Esto es lo que tenemos, surge el poderoso, tanto a nivel local o global, sobre el menos pudiente. No obstante, parece existir el buen deseo de una solución política y administrativa al deseo de todos... Hace poco en Nueva York, bajo auspicios de la ONU, y ahora, a través del ex ministro Moratinos, en Argel, en misión mediadora con el tercero en discordia; además obstáculo fundamental por razones ideológicas, estratégicas o políticas...
Esta es nuestra opinión, que pretende ser académica como se intenta siempre, y que admite otras posturas..., evidentemente. Si bien, para esta región tan próxima en lo geográfico, pero tan lejana, por ahora, en lo político, económico, e incluso religioso, se ha de acudir al origen que provoca el litigioso proceso, que se dilata en el tiempo.
La marroquinidad del Sáhara Occidental constituyó un fácil pretexto que utilizó Hassan II en los inicios de la década de los setenta pasados, y así avivar las conciencias musulmanas en torno a Alá y sus profetas, al modo tradicional. De este modo se potenciaba la propia monarquía marroquí, con gobierno sólido y oposición institucionalizada. A esto contribuyó la obvia connivencia de los países árabes, con la añadida protección de los Estados Unidos en pro de los citados intereses estratégicos en la zona, y, también aliados de España, como se conoce. Fallida estratégica ésta, hasta hoy.., como cualquiera puede constatar...
No obstante, para el asunto marroquí-sahariano, jamás se ha visto una solución tan "aparentemente viable" como ahora..., al parecer. Los grupos pro- saharaui, instalados en campamentos, paulatinamente, en el suelo sahariano próximo al Aaiún, no fueron impedidos o acosados, ni tampoco desmanteladas sus "jaimas", desde el principio como sería lo lógico. Sí se actúa, por la administración marroquí, hace pocos días, con el resultado conocido en "el desencuentro". Los mismos, no referían en ningún momento, parece, ni aludían a la autodeterminación, ni siquiera del referéndum (sí en las conversaciones recientes, por ambas partes, en Nueva York, con el aval de la ONU).
Sólo se demandaba, por dichos grupos, en estos momentos previos, según la prensa y otros medios de comunicación, mejor bienestar y mejores condiciones generales, administrativas y de integración...
El Régimen de Franco, en noviembre de 1975, consideró que la independencia del Sahara tendría lugar en breve plazo, según Solís Ruiz y otras autoridades del régimen.
Estados Unidos, que contribuyó a la Marcha Verde (se sabe que ondeaban banderas de esta nación) por intereses estratégicos, Francia por añoranza africanista y de relación comercial y política, al igual que España, que se pronuncia "con la boca pequeña", al igual que la UE. Ninguno de ellos apoya, claramente, el referéndum que se acordó en los tratados preliminares, y que ahora resulta menos viable que nunca por la dispersión de aquellos que fueron censados por España, aunque permanezcan tras más de tres décadas, en Tinduf (Argelia), y en propio territorio saharaui, e incluso en Marruecos, Canarias, o resto de España.
Y, por último, también, parece que influye la crítica situación mundial al borde una confrontación atómica, según dice y reitera Fidel Castro, al hacer inviable ahora cualquier arreglo, incluido otro Plan Baker (el tercero). Esto es lo que tenemos, surge el poderoso, tanto a nivel local o global, sobre el menos pudiente. No obstante, parece existir el buen deseo de una solución política y administrativa al deseo de todos... Hace poco en Nueva York, bajo auspicios de la ONU, y ahora, a través del ex ministro Moratinos, en Argel, en misión mediadora con el tercero en discordia; además obstáculo fundamental por razones ideológicas, estratégicas o políticas...
Esta es nuestra opinión, que pretende ser académica como se intenta siempre, y que admite otras posturas..., evidentemente. Si bien, para esta región tan próxima en lo geográfico, pero tan lejana, por ahora, en lo político, económico, e incluso religioso, se ha de acudir al origen que provoca el litigioso proceso, que se dilata en el tiempo.
La marroquinidad del Sáhara Occidental constituyó un fácil pretexto que utilizó Hassan II en los inicios de la década de los setenta pasados, y así avivar las conciencias musulmanas en torno a Alá y sus profetas, al modo tradicional. De este modo se potenciaba la propia monarquía marroquí, con gobierno sólido y oposición institucionalizada. A esto contribuyó la obvia connivencia de los países árabes, con la añadida protección de los Estados Unidos en pro de los citados intereses estratégicos en la zona, y, también aliados de España, como se conoce. Fallida estratégica ésta, hasta hoy.., como cualquiera puede constatar...
No obstante, para el asunto marroquí-sahariano, jamás se ha visto una solución tan "aparentemente viable" como ahora..., al parecer. Los grupos pro- saharaui, instalados en campamentos, paulatinamente, en el suelo sahariano próximo al Aaiún, no fueron impedidos o acosados, ni tampoco desmanteladas sus "jaimas", desde el principio como sería lo lógico. Sí se actúa, por la administración marroquí, hace pocos días, con el resultado conocido en "el desencuentro". Los mismos, no referían en ningún momento, parece, ni aludían a la autodeterminación, ni siquiera del referéndum (sí en las conversaciones recientes, por ambas partes, en Nueva York, con el aval de la ONU).
Sólo se demandaba, por dichos grupos, en estos momentos previos, según la prensa y otros medios de comunicación, mejor bienestar y mejores condiciones generales, administrativas y de integración...