(1913-1921).
Hoy no voy a hablarles de los mambises muertos en combate, exonerados de toda falta en los tiempos posteriores a la independencia, porque sencillamente, no llegaron a ver esa etapa. No hablaré de Maceo, ni de Agramonte, ni de Céspedes, ni de Martí. Voy a hablar de los generales y doctores, ex-mambises todos, que ocuparon el poder en Cuba entre los años de 1902 y 1933.
Tenemos para empezar a D. Tomás Estrada Palma, amigo personal de José Martí, en quién el apóstol delegó la dirección del Partido Revolucionario Cubano (Nueva York). Pro-yanqui confeso, producto de ellos mismos, que lo pusieron en el poder por medio de unas elecciones presidenciales - las primeras en Cuba - plagadas de irregularidades. Don Tomás fue un simpatizante de la Enmienda Platt - como también lo fue el Generalísimo Máximo Gómez, para sorpresa nuestra - a la cual no solo apoyó, sino que hizo uso de ella en 1906, al encontrarse incapaz de controlar los problemas internos de Cuba. Su gran mérito - como si esto fuese de verdad un mérito y no una obligación - fue administrar los fondos públicos con honradez. Por esta ''hazaña'' y en vista de lo que robaron los sucesores de Don Tomás, a este se le coronó con los laureles de ''mejor presidente de Cuba.’’
El siguiente, el Gral. José Miguel Gómez. Ex-mambí, liberal, patriota de pura cepa. Presidente de la República de Cuba de 1909 a 1913. El pueblo lo tituló ''el tiburón, que se baña pero salpica,'' porque todo lo que robó lo supo compartir con sus colaboradores mas cercanos. Entre otra cosas, se hizo construir un palacete en el Paseo del Prado - pagado por el pueblo, por supuesto - de tales dimensiones y tanto lujo, que el gobierno norteamericano se lo compró para instalar en él la embajada estadounidense. Una vez que abandonó la presidencia embarcó en un viaje alrededor del mundo que duró dos años, también ''cortesía'' del erario del pueblo de Cuba.
Llega 1914 y otro general mambí ocupa la presidencia de Cuba: El Gral. Mario García Menocal. Héroe de la batalla de Las Tunas! Un falso aristócrata que se hizo con el apoyo de toda la clase burguesa de Cuba, muchos de ellos simpatizantes de España en las guerras separatistas. También ladrón, pero mucho mas déspota que José Miguel. Este se atrevió, a pesar de la impopularidad de que gozaba, lanzarse a la re-elección y, milagrosamente, ganó de nuevo la presidencia de Cuba. Cómo se logró este milagro? Pues, muy fácil: En Matanzas, por ejemplo, votaron mas electores que los que figuraban en el registro electoral y es que, amigos míos, en Matanzas votaron los muertos! Si señores. Al cabo de tres días de las elecciones, ya proclamado Menocal ''presidente electo'' por un segundo periódo, se encontraron amarrados a las palmas del Valle de Yumurí, sedientos y medios muertos de hambre, a los presidentes de las mesas electorales designados por la Junta Electoral. Sin estos incómodos testigos, fue fácil dar el famoso ''cambiazo'' de las verdaderas urnas por las falsas, y dejar que los ''finados'' votaran por Menocal. Triunfo total!
En 1921 gana el Dr. Alfredo Zayas, hermano amantísimo de Juan Bruno y mambí él mismo, aunque solo por algunas horas. La labor de este Dr. Zayas por la causa de la independencia todavía no está muy clara, pero si se sabe que recibía una cantidad mensual del estado por un libro de Historia de Cuba que nunca escribió y nadie sabe por qué. Además de corrupto y cínico hasta la médula, Zayas era un inmoral en su vida privada. Se casó con una prostituta que se llamaba María Saénz y que el pueblo bautizó con el nombre de ''María Centén,'' haciendo alusión a la ''tarifa'' que se cobraba en el burdel de donde había salido. Zayas se enriqueció tanto y tan descaradamente, que en el parque que se mandó construir había una estatua del presidente (de él mismo, señores) con una mano en el bolsillo y otra señalando el Palacio Presidencial. El pueblo cubano, en su choteo típico, decía que Zayas estaba diciendo: ''Lo que tengo aquí (en el bolsillo), lo saqué de allí (del Palacio).’’
1925 nos trae nada menos que el triunfo del Gral. General Gerardo Machado, también ex-mambí, patriota irreprochable, con una hoja militar impoluta. No hay necesidad de ahondar mucho en la historia de este siniestro personaje, que hundió a Cuba en un sangriento caos. Machado provocó con su despotismo, su crueldad, su falta total de escrúpulos, la nefasta revolución del 33, que sirvió de puente a Batista y de abono a lo que hay hoy en Cuba.
No sabemos, ni sabremos nunca, como hubiese sido el comportamiento de los mambises caídos, por causas obvias. Pero si sabemos que en los primeros 31 años de la República todo ex-mambí que ocupó la silla presidencial en Cuba, lo hizo para hacer, re-hacer o duplicar sus fortunas. Y a este ideal, a estos héroes, a esta historia fantástica de patriotismo, hemos estado y estamos ligados (atados) los cubanos.
Y pobre del que no lo esté. Ese es un TRAIDOR! Ese es un VENDE PATRIA! Ese no quiere a Cuba!
Tenemos para empezar a D. Tomás Estrada Palma, amigo personal de José Martí, en quién el apóstol delegó la dirección del Partido Revolucionario Cubano (Nueva York). Pro-yanqui confeso, producto de ellos mismos, que lo pusieron en el poder por medio de unas elecciones presidenciales - las primeras en Cuba - plagadas de irregularidades. Don Tomás fue un simpatizante de la Enmienda Platt - como también lo fue el Generalísimo Máximo Gómez, para sorpresa nuestra - a la cual no solo apoyó, sino que hizo uso de ella en 1906, al encontrarse incapaz de controlar los problemas internos de Cuba. Su gran mérito - como si esto fuese de verdad un mérito y no una obligación - fue administrar los fondos públicos con honradez. Por esta ''hazaña'' y en vista de lo que robaron los sucesores de Don Tomás, a este se le coronó con los laureles de ''mejor presidente de Cuba.’’
El siguiente, el Gral. José Miguel Gómez. Ex-mambí, liberal, patriota de pura cepa. Presidente de la República de Cuba de 1909 a 1913. El pueblo lo tituló ''el tiburón, que se baña pero salpica,'' porque todo lo que robó lo supo compartir con sus colaboradores mas cercanos. Entre otra cosas, se hizo construir un palacete en el Paseo del Prado - pagado por el pueblo, por supuesto - de tales dimensiones y tanto lujo, que el gobierno norteamericano se lo compró para instalar en él la embajada estadounidense. Una vez que abandonó la presidencia embarcó en un viaje alrededor del mundo que duró dos años, también ''cortesía'' del erario del pueblo de Cuba.
Llega 1914 y otro general mambí ocupa la presidencia de Cuba: El Gral. Mario García Menocal. Héroe de la batalla de Las Tunas! Un falso aristócrata que se hizo con el apoyo de toda la clase burguesa de Cuba, muchos de ellos simpatizantes de España en las guerras separatistas. También ladrón, pero mucho mas déspota que José Miguel. Este se atrevió, a pesar de la impopularidad de que gozaba, lanzarse a la re-elección y, milagrosamente, ganó de nuevo la presidencia de Cuba. Cómo se logró este milagro? Pues, muy fácil: En Matanzas, por ejemplo, votaron mas electores que los que figuraban en el registro electoral y es que, amigos míos, en Matanzas votaron los muertos! Si señores. Al cabo de tres días de las elecciones, ya proclamado Menocal ''presidente electo'' por un segundo periódo, se encontraron amarrados a las palmas del Valle de Yumurí, sedientos y medios muertos de hambre, a los presidentes de las mesas electorales designados por la Junta Electoral. Sin estos incómodos testigos, fue fácil dar el famoso ''cambiazo'' de las verdaderas urnas por las falsas, y dejar que los ''finados'' votaran por Menocal. Triunfo total!
En 1921 gana el Dr. Alfredo Zayas, hermano amantísimo de Juan Bruno y mambí él mismo, aunque solo por algunas horas. La labor de este Dr. Zayas por la causa de la independencia todavía no está muy clara, pero si se sabe que recibía una cantidad mensual del estado por un libro de Historia de Cuba que nunca escribió y nadie sabe por qué. Además de corrupto y cínico hasta la médula, Zayas era un inmoral en su vida privada. Se casó con una prostituta que se llamaba María Saénz y que el pueblo bautizó con el nombre de ''María Centén,'' haciendo alusión a la ''tarifa'' que se cobraba en el burdel de donde había salido. Zayas se enriqueció tanto y tan descaradamente, que en el parque que se mandó construir había una estatua del presidente (de él mismo, señores) con una mano en el bolsillo y otra señalando el Palacio Presidencial. El pueblo cubano, en su choteo típico, decía que Zayas estaba diciendo: ''Lo que tengo aquí (en el bolsillo), lo saqué de allí (del Palacio).’’
1925 nos trae nada menos que el triunfo del Gral. General Gerardo Machado, también ex-mambí, patriota irreprochable, con una hoja militar impoluta. No hay necesidad de ahondar mucho en la historia de este siniestro personaje, que hundió a Cuba en un sangriento caos. Machado provocó con su despotismo, su crueldad, su falta total de escrúpulos, la nefasta revolución del 33, que sirvió de puente a Batista y de abono a lo que hay hoy en Cuba.
No sabemos, ni sabremos nunca, como hubiese sido el comportamiento de los mambises caídos, por causas obvias. Pero si sabemos que en los primeros 31 años de la República todo ex-mambí que ocupó la silla presidencial en Cuba, lo hizo para hacer, re-hacer o duplicar sus fortunas. Y a este ideal, a estos héroes, a esta historia fantástica de patriotismo, hemos estado y estamos ligados (atados) los cubanos.
Y pobre del que no lo esté. Ese es un TRAIDOR! Ese es un VENDE PATRIA! Ese no quiere a Cuba!