Una colaboración de Bartolomé:
"¿Por qué Hispanoamérica es mucho más pobre que Estados Unidos? Hispanoamérica tenía universidades siglos antes que Estados Unidos y su riqueza era mayor que el naciente coloso anglosajón. ¿Qué falló para que Hispanoamérica se hundiera en la miseria? Una reflexión sobre este tema en GurusBlog:
http://www.gurusblog.com/archives/%C2%BFpor-que-latinoamerica-es-mas-pobre-que-los-eeuu/15/05/2009/
Hispanoamérica padece un grave problema de muy difícil solución: desconoce su propia historia y está condenada a repetirla. Vive en una contradicción de extrema gravedad: por un lado sienten "orgullo" de su cultura hispana y por otra maldicen a España. Señores, esto es un sinsentido. Bartolomé”
Probablemente, sin una amplia perspectiva histórica, la pregunta del título del post, puede parecer algo estúpida. Seguramente lo primero que nos viene a la mente ante esta pregunta es que los EEUU siempre han sido un país más rico que los países latinoamericanos y que como tal la pregunta no tiene mucho sentido ya que las condiciones de partida históricas eran muy diferentes y los EEUU siempre han podido ejercer su “influencia” en la región.
Sin embargo no nos tenemos que remontar mucho en la historia para darnos cuenta que las condiciones de partida de los EEUU versus los países de la región latinoamericana no eran muy diferentes. Por ejemplo, en 1750 más o menos todos los países de la región eran igual de pobres. Y sin embargo “solo” 250 años de historia han bastado para que las diferencias de riqueza en la región americana sean abismales. Y no sólo en la comparativa con los EEUU la evolución de los países de la zona latinoamericana resulta desalentadora. Comparada la evolución la creación de riqueza de algunos países latinomericanos con otros países del mundo en un marco histórico mucho más reducido (últimos 30 años) nos damos cuenta que la comparativa es muy desfavorable para los países de la zona Latam.
Así por ejemplo, el PIB per capita de Argentina o México a principios de los 80 era muy superior al de países asiáticos como Corea del Sur o Singapure, hoy en día la renta per capita de estos dos países asiáticos casi triplica al PIB per capita Mexicano o Argentino.
Siempre que viajo a la región y entablo debate sobre las causas del estancamiento económico en lationamerica, suele ser un clásico que mis interlocutores echen balones fuera y culpen de sus males a perversos factores externos (con EEUU, Europa o la conquista española como principales explicaciones de sus males, incluso algunos me recuerdan todo el oro que españa les esquilmó, como si Corea del Sur o Singapur fuesen países que hayan contado con injentes minas de oro para justificar su desarrollo).
En el blog de Economía del Instituto de Empresa, encuentro un post del profesor Rafael Pampillón que recoje un interesante discurso de Oscar Arias, Presidente de Costa Rica, que pasó también a reproducir, ya que ya empieza a ser hora que para poder a poner los cimientos del crecimiento y la creación de la riqueza, al menos los líderes de la región empiezan por diagnostícar bien las causas de sus males.
“ Tengo la impresión de que cada vez que los países caribeños y latinoamericanos se reúnen con el presidente de los Estados Unidos de América, casi siempre, es para culpar a Estados Unidos de nuestros males pasados, presentes y futuros. No creo que esto sea del todo justo. No podemos olvidar que América Latina tuvo universidades antes que Estados Unidos. No podemos olvidar que en este continente, como en el mundo entero, por lo menos hasta 1750 todos los americanos eran más o menos iguales: todos eran pobres.
Cuando aparece la Revolución Industrial en Inglaterra, otros países se montan en ese vagón: Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda… y así la Revolución Industrial pasó por América Latina como un cometa, y no nos dimos cuenta. Ciertamente perdimos la oportunidad. Hace 50 años, México era más rico que Portugal. En 1950, un país como Brasil tenía un ingreso per cápita más elevado que el de Corea del Sur. Hace 60 años,Honduras tenía más riqueza per cápita que Singapur, y hoy Singapur -en cuestión de 35 ó 40 años- es un país con $40.000 de ingreso anual por habitante. Bueno, algo hicimos mal los latinoamericanos.
¿Qué hicimos mal? No puedo enumerar todas las cosas que hemos hecho mal. Para comenzar, tenemos una escolaridad más baja que la mayoría de los países asiáticos. Ciertamente no es el caso de países como Estados Unidos y Canadá, con la mejor educación del mundo, similar a la de los europeos. De cada 10 estudiantes que ingresan a la secundaria en América Latina, en algunos países solo 1 termina esa secundaria. Hay países que tienen una mortalidad infantil de 50 niños por cada mil, cuando el promedio en los países asiáticos más avanzados es de 8, 9 ó 10.
América Latina tiene países donde la carga tributaria es del 12% del producto interno bruto, y no es responsabilidad de nadie, excepto la nuestra, que no le cobremos dinero a la gente más rica de nuestros países. Nadie tiene la culpa de eso, excepto nosotros mismos. En 1950, cada ciudadano norteamericano era cuatro veces más rico que un ciudadano latinoamericano. Hoy en día, un ciudadano norteamericano es 10, 15 ó 20 veces más rico que un latinoamericano. Eso no es culpa de Estados Unidos, es culpa nuestra.
¿Quién es el enemigo nuestro? El enemigo nuestro es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es producto, entre muchas cosas, por supuesto, de que no estamos educando a nuestros hijos y a nuestras hijas. Uno va a una universidad latinoamericana y todavía parece que estamos en los sesenta, setenta u ochenta. Parece que se nos olvidó que el 9 de noviembre de 1989 pasó algo muy importante, al caer el Muro de Berlín, y que el mundo cambió. Tenemos que aceptar que este es un mundo distinto, y en eso francamente pienso que todos los académicos, que toda la gente de pensamiento, que todos los economistas, que todos los historiadores, casi que coinciden en que el siglo XXI es el siglo de los asiáticos, no de los latinoamericanos. Y yo, lamentablemente, coincido con ellos. Porque mientras nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías, seguimos discutiendo sobre todos los “ismos” (¿cuál es el mejor? capitalismo, socialismo, comunismo, liberalismo, neoliberalismo, socialcristianismo…), los asiáticos encontraron un “ismo” muy realista para el siglo XXI y el final del siglo XX, que es el pragmatismo . Para solo citar un ejemplo, recordemos que cuando Deng Xiaoping visitó Singapur y Corea del Sur, después de haberse dado cuenta de que sus propios vecinos se estaban enriqueciendo de una manera muy acelerada, regresó a Pekín y dijo a los viejos camaradas maoístas que lo habían acompañado en la Larga Marcha: “Bueno, la verdad, queridos camaradas, es que mí no me importa si el gato es blanco o negro, lo único que me interesa es que cace ratones”. Y si hubiera estado vivo Mao, se hubiera muerto de nuevo cuando dijo que “la verdad es que enriquecerse es glorioso”.
Y mientras los chinos hacen esto, y desde el 79 a hoy crecen a un 12% medio anual y han sacado a 300 millones de habitantes de la pobreza, nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías que tuvimos que haber enterrado hace mucho tiempo atrás. La buena noticia es que esto lo logró Deng Xioping cuando tenía 74 años. Viendo alrededor, queridos Presidentes, no veo a nadie que esté cerca de los 74 años. Por eso sólo les pido que no esperemos a cumplirlos para hacer los cambios que tenemos que hacer.”
Seguro que culpar de tus problemas a los demas debe reconfortar bastante, pero no creo que ayude a solucionarlos.