Hola Paco; Siéntete aquí como en tu casa, bienvenido a la familia de Cuba Española, aquí todos somos españoles, del Atlántico, Caribe, Mediterráneo y Cantábrico. Nos separaron a la fuerza, pero en el corazón seguimos siendo un mismo país y algún día volveremos a serlo de nuevo. Un abrazo José Ramón
Estimado José Ramón, el siguiente texto va dedicado a ti a todos los que leen tu blog, es el último capitulo de mi novela histórica, ambientada a finales del convulso siglo XIX.
Marité
…Último Capitulo…
A Cuba, que sigue sufriendo…
Tengo un libro en mis manos, es un libro de considerable tamaño, lo releo cada vez que vengo por aquí, espero tenerlo pronto, en unos días cumpliré treinta y siete años. Es la biografía de José Martí, poeta.
¡Cuantas cosas he aprendido de Cuba leyendo a Martí!, cuanto le agradezco que haya nacido en La Habana, cuanto más lo leo, mas fuerte es la presencia de todo aquello que escribió, de sus ideas y de sus propósitos.
Martí decía, “El lenguaje es humo, cuando no sirve de vestido al sentimiento generoso o la idea eterna”, (creo que es esto mas o menos), ya que leo algunos párrafos, dejo el libro en la estantería y después de varias vueltas alrededor del centro comercial, vuelvo a cogerlo.
Pero a pesar de sus ideas, de sus propósitos y de sus esfuerzos baldíos, Cuba sigue sufriendo.
Ya lo decía el cantor, en una dulce habanera, “ ¡Pobrecito mi patrón, piensa … que el pobre soy yo!”
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Cuantos “patronos” y “caciques”, quedan oculto en la manigua, todos dueños de voluntades torcidas, cuanto doble lenguaje equivocado envolviendo la realidad, la inconfundible realidad que Cuba, sigue sufriendo.
Creo con firmeza en la disparidad de opiniones, en la convivencia de la discrepancia, en la sana costumbre del desacuerdo, pero caigo en el desaliento por la falta de libertades que desde siempre y digo “desde siempre”, ha impedido al pueblo cubano, vivir en un régimen de libertades sin tutelas.
Siento demasiado afecto por sus gentes, quizás por todo lo escrito y leído, entre relatos de guerras coloniales, de burdeles, casinos y revoluciones con sus nuevos apóstoles.
Pero hoy, en las últimas paginas de este libro, leo uno de los últimos versos escritos por aquel Martí Libertador, hijo de padre valenciano y madre canaria, de un “Español de Cuba”, sintiendo la Cuba trascendente y eterna a la que Martí pedía: amor, dolor, deber … y a lo que yo añado, esperanza.
A Cuba, para que mí llegada a La Habana de los muelles, a La Habana de la bahía, de Regla y de Guanabacoa, a La Habana del barrio chino… me espere pronto.
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(Quiero darle las gracias al amigo
Paco Cañada e invitarlos a que pasen por su blog y disfruten sus escritos.)