Esta foto, apenas arrancados de la patria española, muestra una Habana que nada tenía que envidiar a cualquier otra ciudad española de la época.
Los patricios cubanos, que podían darse el lujo de visitar EEUU en el siglo XIX, se dejaban deslumbrar - como mismo ocurre hoy en día - por la modernidad y el desarrollo de la Unión Americana. Regresaban a Cuba con la idea equivocada de que los americanos progresaban porque tenían un estilo de gobierno que promovía el progreso. ERROR.
El pueblo americano progresaba por los hábitos de trabajo que tiene el anglosajón, que no tenemos los pueblos latinos. Mientras en España (Cuba), cerrabamos las puertas de los negocios para tomarnos dos o tres horas de almuezo y dormir la siesta, en EU se trabajaba sesión contínua, tomándose una escasa y apurada media hora para comer en el mismo trabajo. Hoy en día, incluso, mientras en España (Cuba) se descansa un mes al año, en Estados Unidos con una semana basta para recuperar fuerzas y seguir trabajando. A ese ritmo de laboriosidad, es lógico que los resultados sean mayores - no digo mejores - en la Unioón Americana, que en otro país con hábitos mas relajados de trabajo.
Otro factor, que no se si sea digno de admirar o nó, es el desapego de la raza anglosajona a las tradiciones. Las tradiciones muy a menudo retrasan o entorpecen el ''progreso,'' y ese obstáculo no se contempla en la idiosincarcia anglo. Un edificio, por antiguo o histórico que sea, por ejemplo, si está obstaculizando el desarrollo, se derrumba para construir uno nuevo y a otra cosa. El apego de los paises latinos a sus tradiciones no permite este tipo de ''progreso'' acelerado de los Estados Unidos. Por último, y esto seguramente es una gran virtud, el sentido de disciplina de las sociedades anglosajonas es otra ventaja enorme para que un pueblo progrese. No tengo que decir que de esa cualidad no disfrutamos los paises latinos, ni por asomo.
Resúmen, el gobierno, en la mayoría de los casos, poco o nada tiene que ver con el progreso de un pueblo. Es el pueblo en quien recae esa responsabilidad. Siendo tan dispares los cubanos y los gringos, el progreso que se advertía en Estados Unidos no llegó nunca a materializarse en Cuba, por más que así lo soñaran nuestros ilustres próceres. El que fuésemos gobernados por un marqués español o por un mandarín chino, apenas se tendría que tomar en cuenta.
Es cierto que La Habana se convirtió en ''vitrina oficial'' de la república y que el mundo admiraba la modernidad de la ciudad capital de Cuba, pero no es menos cierto que las otras muchas ciudades, quedaron estancadas en el siglo XIX hasta los mismos años 50s del siglo XX, y de eso poca gente habla.
De manera que el sueño de implantar un sistema - el gringo - que va en contra de la naturaleza latina - entiéndase española - fué un señor fracaso. La democracia norteamericana funciona divinamente para los norteamericanos y el secreto de su éxito en cuanto a desarrollo tiene poco que ver con política y mucho que ver con la forma en como el pueblo americano se conduce por la vida ... y punto!
NOTA: Es justo decir que aquella ''pobre'' provincia española que era Cuba en el siglo XIX sobresalía en casi todos los campos por encima de la mayoría de repúblicas independientes de la zona, con casi cien años de fundadas.