De periódico POLITICA, España 1898
Biblioteca Nacional de España.
Inocencia de los españoles.
—Para que se vea la insensatez ó la inocencia del Gobierno insular, que andaba en negociaciones comerciales con los yankees mientras éstos se preparaban á bloquear la isla de Cuba, ponemos á continuación el siguiente telegrama:
"Londres 23 (Vía cable Bilbao).
—Un despacho de Jacksonville, recibido esta madrugada, dice lo siguiente:
Circula el rumor de que los cruceros americanos que se hallaban anclados en este puerto, y que han zarpado por la noche, se dirigen á toda prisa á la Habana.
No fueron inmediatamente á la Habana los buqués yankees, pero se situaron en la isla de la Tortuga y en otros puntos próximos para infundir ánimos á los insurrectos; y á la Habana fue al poco tiempo el Maine.
El Santo del Rey.
—-La recepción en Palacio, por ser la fiesta onomástica del Rey, estuvo brillante y honridísima.
Asistieron todos los generales, jefe y oficiales del Ejército y de la Marina residentes en Madrid y francos de servicio.
El Gobierno, los presidentes de las Cámaras, el Cuerpo diplomático, Consejo de Estado, Tribunal Supremo, Ayuntamiento, Diputación, Audiencia,grandes de España, representantes de las Ordenes militares y otras muchas personas y Corporaciones.
La Reina, como de costumbre, solemnizó el Santo del Rey Alfonso con grandes limosnas, y un amplio indulto.
DÍA 24
—El «Maine» á la Habana.
—Se supo en los centros oficiales que el crucero Maine había recibido la orden de zarpar con destino al puerto de la Habana.
"Para desvirtuar el efecto que esta noticia pudiera causar, dijo un corresponsal, se dice que el departamento de Negocios extranjeros, que siendo muy amistosas las relaciones entre los Estados Unidos y España, no existe ya motivo para mantener alejados de los puertos de Cuba los buques de guerra norteamericanos.
Habilidad yankee.
—El Ministro de Marina, publicó una nota que confirmaba las declaraciones de los funcionarios de la secretaría de relaciones exteriores.
Decía textualmente la nota:
"Lejos de existir fundamento para los rumores que circularon ayer acerca de las dificultades surgidas en la Habana, las cuestiones están tan bien solventadas, que los buques de guerra norteamericanos pueden volver á visitar los puertos de Cuba.
Dentro de algunos días empezará el crucero Maine á hacer tales visitas
Londres 24.
—The Times publica un despacho de Nueva York diciendo que McKinley deplora la explosión egoísta de la Cámara de representantes, y que no tiene la intención de anunciar un cambio de política acerca de los asuntos de Cuba.
Así, con manifestaciones de esta especie, procuraban distraer á la honrada opinión española mientras se preparaban para la guerra.
El Gobierno español procuraba quitar importancia, público, á estos hechos, pero interiormente no se le ocultaba su gravedad. Hasta hubo una reclamación diplomática, á la cual contestaron los yankees satisfactoriamente, como amigos; pero el Gobierno lo sacrificaba todo á su deseo de evitar la guerra y, sobre todo, á no provocarla, á fin de tener más razón ante Europa.
La opinión pública no se engañaba.
DÍA 25.
—El «Maine» en la Habana.
—Decía el corresponsal de El Imparcial:
"Habana 25.—Gran sorpresa ha producido esta mañana en toda la población la noticia de que había entrado en la bahía y estaba fondeado el acorazado norteamericano Maine.
Este barco de guerra hizo á la plaza su saludo con los cañonazos de costumbre.
Las autoridades tenían noticia de su llegada.
Este suceso, que cómo ya he dicho, ha producido inmensa sorpresa, no ha causado hasta la hora en que telegrafió perturbación alguna en la tranquilidad pública.
A pesar de esto, se han tomado precauciones de orden del General González Parrado, segundo cabo, que ejerce hoy el mando supremo por ausencia del general Blanco.
Estas precauciones tienden á impedir cualquier demostración hostil á los marinos norteamericanos.
A última hora de la tarde desembarcó el comandante del acorazado norteamericano Maine.
Su primera visita fue para el general de marina. Después estuvo en casa del cónsul general Lee.
El Maine, que fue á la bahía de la Habana, era un acorazado de combate de segunda clase, con dos torres á barbeta. Fue botado al agua en 1890, desplazando 6.682 toneladas, con una fuerza de 9.000 caballos de vapor y una velocidad de 17 millas por hora. Montaba cuatro cañones de 10 pulgadas, seis de 6, ocho de tiro rápido y cuatro Gattin. Su tripulación, 610 hombres.
DÍA 5. otro barco yankee en Cuba.
—«Washington 5.—El ministerio de Relaciones extranjeras ha recibido noticias de la llegada á Matanzas del crucero Montgomery, y del excelente recibimiento que allí obtuvo.
Entre las autoridades españolas y el comandante del buque se cruzaron las visitas de costumbre, reinando absoluta tranquilidad en aquella población.
El crucero Broóklyn ha salido de Matanzas con dirección á la India occidental.»
Con este motivo se recordaba que, siendo presidente del Consejo el Sr. Cánovas, dijo el Gobierno de los Estados de la Unión que, si España enviaba su escuadra á Cuba, traduciría este hecho como un causa belica, y pasado solo algunos meses, el mismo Gobierno que tal tesis sostenía enviaba sus barcos á Cuba y á la Florida, diciendo que procedía de esta suerte para darnos una prueba de amistad, por lo cual se excitaba al Gobierno á enviar nuestros barcos á Cuba.
El Imparcial añadía: «De ahí que el Gobierno se ocupe actualmente en alistar la escuadra y los torpederos para disponer después lo conveniente.»
DÍA 6.—Bloqueo disfrasado.
—Sin dejar de llamarse amigos, los yankees tenían ya en en esta fecha en la« costas de Cuba ó en los Cayos de las Tortugas (á cuatro horas de navegación de la costa septentrional de la gran Antilla), los siguientes barcos de guerra:
ACORAZADOS
Maine, Massachusetts, Indiana, lowa y Texas.
CRUCEROS
Montgomery, [Detroit, Nashville, Brooklyn, New-York y Marblehead.
TORPEDEROS
Vesuvius, Forter, Dupont, Ericson y Terror. • Total, 16 barcos de guerra.
El primer resultado obtenido con este alarde de fuerza hecho como pretexto de amistad, hallo paralizar la corriente de presentaciones que se habían asociados entre los insurrectos, los cuales, viéndose ya tan fuertes y descaradamente apoyados por los yankees, cortaron toda corriente de paz y de sumisión.
DÍA 15.
—Voladura del «Maine».
—El acorazado norteamericano de este nombre, que fue con tan pérfidas intenciones á la Habana, voló en dicho puerto. Véase el telegrama oficial:
Habana 15.—General en jefe á Ministro Guerra:
Tengo el profundo sentimiento de participar á V. E. que acaba de volar el acorazado americano Maine, surto en esta bahía, por incidente indiscutiblemente casual, creyendo sea explosión de calderas dinamo.
En el momento del siniestro acudieron al sitio todo los elementos de esta capital para auxilio y salvamento; marina, bomberos, fuerza, todos los Generales, entre ellos mi Jefe de Estado Mayor; ha habido muertos y heridos, y comunicaré detalles conforme los vaya adquiriendo; he enviado con Ayudante á ofrecer todos los auxilios que pueda necesitar ál Cónsul norteamericano.—Blanco.
Detalles de la voladura.
—«Lo ocurrido, según todas las versiones más autorizadas hasta ahora, en que todavía reina alguna confusión sobre el verdadero origen del suceso (dijo el corresponsal de El Liberal), es que hizo explosión una de las calderas encendidas y destinada; al movimiento del dinamo de la luz eléctrica, comunicándose el incendio producido á la Santa Bárbara del barco, y verificándose la explosión de las municiones de guerra en ella acumuladas, y entre las cuales, según se dice, abundaba la dinamita, destinada á la carga de torpedos.
A la hora en que telegrafío,gran parte dé la popa está ardiendo, y el buque se sumerge poco á poco, haciendo temer su completa desaparición, no obstante los esfuerzos que se emplean para impedirlo.
Hasta este momento, han extraídos del agua siete de los tripulantes del crucero gravemente heridos; pero se sabe que á bordo, y por consecuencia de la explosión, hay que registrar gran número de desgracias personales.
Todos los botes que existían disponibles en el puerto, con gentes de mar, fuerza de voluntarios, tropa, bomberos y casi todas las autoridades, acudieron inmediatamente en auxilio del crucero Maine para hacer sobrehumanos esfuerzos por la salvación del buque y, sobre todo, de la oficialidad y marinería que lo tripulan.
Según la versión más acreditada y que se comunica en los centros oficiales, la explosión ha sido consecuencia de un descuido, poco explicable en un barco de las condiciones del siniestrado, donde todas las operaciones del carácter mecánico que se realizan en el material de guerra, se llevan á cabo con grandes precauciones que, por lo visto, se ha desatendido en este caso.
Según todos los indicios, la explosión se produjo por haberse efectuado la limpieza de los torpedos, y de haber dejado á éstos mal dispuestos y en condiciones de un fácil y horroroso accidente.
El Comandante del Maine no se hallaba á bordo del buque en el momento de ocurrir la catástrofe.
No hay palabras con que elogiar el arrojo y la actividad de nuestra marinería en los trabajos para el salvamento del buque.
Cuyo crucero de guerra, el Alfonso XII, que se halla fondeado al costado del Maine y muy próximo á este buque, ha prestado, también, eficaces auxilios á los tripulantes del crucero americano.
La explosión se oyó en toda la ciudad, y produjo en los primeros momentos gran alarma.
Una vez propalada la noticia por todas partes, desde los centros públicos á las casas particulares, casi todos los vecinos han acudido á la bahía para presenciar la catástrofe.
Más detalles.
—El corresponsal de El Imparcial, dijo:
«El General Solano fue al lugar del siniestro y habló con Mr. Sigbee, Capitán del Maine.
Este manifestó que puede precisar la causa de la explosión, habiéndolo telegrafiado así á su Gobierno.
Los médicos militares acuden á bordo del Alfonso XII para curar los heridos norteamericanos.
Desde el primer momento el General Blanco envió un Ayudante al Cónsul de los Estados Unidos, Mr. Lee, ofreciéndole toda clase de servicios.
El General Hernández Velasco presentóse en los cuarteles de bomberos, ordenando saliera todo el material.
La impresión causada en Madrid por la noticia de la voladura, fue inmensa.
Los espíritus despiertos, vieron enseguida (aunque todo el mundo se resistiera á creerlo), que los yankis hacían de esta catástrofe nuevo motivo de discordia, atribuyendola á los españoles.
Y así fué.
DÍA 16.
—La catástrofe siguientes del «Maine». -Ampliaciones.
—Se recibieron en Madrid las siguientes noticias de los corresponsales:
*Habana 16.- El crucero Maine ha continuado ardiendo durante toda la noche.
Al amanecer estaba sumergido, quedando únicamente fuera del agua un montón informe de hierro formado por calderas destrozadas y piezas de artillería deshechas.
La explosión ocurrió, indudablemente, en uno de los centrales, donde había 300 libras do algodón y pólvora.
El buque quedó como partido por la mitad.
Componíase la tripulación del buque americano de 397 individuos.
Se han salvado el Comandante, Mr. Sigbee, y toda la oficialidad, menos dos de sus individuos, cuyo paradero se ignora.
Entre los marineros que han desaparecido y los que por efecto de heridas ó quemaduras graves fallecerán seguramente, llegarán á 300 las víctimas de la catástrofe.
Van recogidos unos 80 heridos.
Si la prensa dedica frases de admiración á los cinco guardias marinas que, sacrificando sus vidas, incluidos espanoles, en que había 2.500 libras de algodón pólvora,
evitando así que se produjera una catástrofe semejante a la que ocurrió en Santander por la voladura del vapor Machichaco.
Los oficiales y tripulantes del Maine que se han salvado, elogian á la dotación Alfonso XII, que en medio de las explosiones de las granadas rodeó al crucero, logrando salvar á muchos heridos.
Ningún bote del Maine fué echado al agua*
Los oficiales norteamericanos que no fallecieron en el momento de la explosión, se han puesto en salvo marchando á bordo del vapor mercante de la matrícula de Nueva York City Washington, que está algo más lejos que el Alfonso XII del sitio de la ocurrencia.
Estos marinos norteamericanos han presenciado desde la cubierta de aquel vapor el trabajo heroico de nuestros compatriotas.
La catástrofe ha producido un verdadero duelo público.
Los conciertos y bailes anunciados para hoy y mañana han sido suspendidos.
Las banderas nacionales y extranjeras están izadas á media asta.
Los heridos que quedan para ser transportados, se embarcarán hoy.
En estos momentos se reúne el Consejo de Ministros para tratar del entierro de las víctimas.
El Comandante del Marqués de la Ensenada ha sida nombrado juez instructor encargado de esclarecer las causas que han determinado la voladura del Maine.
Han llegado los cañoneros americanos Mangrove 7 Férn, con objeto de prestar auxilios y recoger á los supervivientes de la catástrofe del Maine.
(Continuará)