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martes, 29 de septiembre de 2009

“Cuba Española” y Policía. (Segunda Parte y Final)


(Continuación)
COLABORACIÓN PARA WEB CUBA ESPAÑOLA, MIAMI US
Por Miguel Leal Cruz*Periodismo Histórico S.L. u Canarias-España.
Se ha de observar, asimismo, que como organización afín y en gran manera dependiente de este Instituto armado, por RROO de 25 de abril de 1877, se dispuso la creación de diversas Secciones de la llamada Guardia Civil Rural, que, en la década de los cincuenta del siglo, había estado integrada en el Cuerpo de Policía existente entonces en la Isla.
Los insurrectos cubanos proclaman una nueva república con el presidente Céspedes (1869), en clara desobediencia al gobierno de Madrid por considerar próximo el triunfo, y adoptan una constitución similar a la de los EE UU. En consecuencia su Gobierno fue reconocido por los de Chile, Bolivia, Méjico y Perú. Mas, las cosas se complican para los rebeldes por los triunfos del ejército español renovado con los nuevos contingentes enviados desde la Península; Céspedes dimite por desacuerdos con Agramonte, el otro jefe insurrecto, y bajo la presión de los españoles que logran la captura y muerte del dirigente cubano; la causa rebelde decae refugiándose en la manigua y zonas montañosas los restos del ejército «mambí».
El Pacto de Zanjón establecía, en orden a que los cubanos depusieran las armas, que se le concedería a Cuba las mismas prerrogativas orgánicas y administrativas de que gozaba Puerto Rico, en aquellos momentos, y el olvido del pasado, ofreciéndose garantías a los ex combatientes que quisieran salir del país. Los jefes más representativos de la revolución firmaron el Pacto el 10 de febrero de 1878. Antonio Maceo y otros patriotas se pronunciaron en contra y continuaron la Guerra por algunos meses antes de capitular definitivamente el 28 de mayo. Sin embargo, el pacto, mal acogido en España, constituyó sólo una tregua pues por integración de los revolucionarios vencidos se estableció en la isla el partido liberal. La guerra de la independencia no tardaría en reanudarse ya que en 1879 el general Calixto García se lanzó a la lucha en la llamada Guerra Chiquita que duró cerca de un año, al cabo del cual, los rebeldes, sin organización ni recurso, y ante la indiferencia del país, cansado de diez años de luchas, depusieron las armas.
Entre 1879 y 1895 hubo varias tentativas revolucionarias frustradas. En Nueva York, Filadelfia, Tampa, Cayo Hueso, Kingston y Santo Domingo los desterrados cubanos formaban sociedades y círculos patrióticos.
En 1892 el poeta José Martí de origen isleño.... fundó desde el exilio el Partido Revolucionario Cubano, cuyo objetivo era alcanzar la independencia absoluta de la isla. Con la colaboración de Máximo Gómez y Antonio Maceo, Martí organizó la revolución que se inició el 24 de febrero de 1895, pero murió antes de iniciarse la acordada invasión del occidente cubano, con objetivo en la capital.

Los naturales de Canarias que participaron en la guerra, según investigaciones efectuadas por el general cubano Carlos Rolov y confirmadas en algunas entrevistas de colaboración por el licenciado por la Universidad de La Habana don Alfredo Martín Fadragás en última visita a estas islas, fueron muchos. Parece alcanzan la proporción del 45% del total de fallecidos en el transcurso de ambas guerras, aspecto que igualmente confirma el periodista canario, natural de Los Llanos de Aridane, Isla de La Palma, que vivió los hechos, Luis Felipe Gómez Wangüemert, desde Pinar del Río colaborando con la causa española como voluntario, donde llegó a ostentar el grado de comandante en la defensa de Cuba a favor de España. Pero, tras la voladura del Maine y la ayuda de Norteamérica a los rebeldes cubanos, la Policía destinada en aquella isla, en poco tiempo (tras la firma del Tratado de Paris a mes y medio de la pérdida oficial de la soberanía española) cesaba en sus funciones oficiales. En consecuencia han de abandonar la Isla corporativamente ante una Comisión norteamericana de evacuación establecida en La Habana, que era la verdadera dueña de la situación posbélica en detrimento de los cubanos y en perjuicio de España.
Tal como apuntan Camino del Olmo y Cabo Meseguer, en la citada investigación, p. 87, que como tantos españoles, los Guardias de Orden Público y también los de la Benemérita pertenecían al paisaje y paisanaje de la isla. De la lectura de la prensa cubana de la época se deduce tal arraigo en todos los campos sociales, vivían en contacto directo con alegrías y problemas de la sociedad a la que servían. En el Diario de La Marina, La Lucha, El País, El Español y otros diarios habaneros era habitual la aparición de los servicios llevados a cabo por estos leales servidores del orden…
Como hispano-cubanos habían establecido raíces familiares personales en la Isla, y muchos de ellos abandonarían aquella tierra pero otros no. Cuba era ya el verdadero hogar de otros muchos españoles. Era necesario admitirlo, mientras no les esperaba nadie ni nada en la Patria vieja, si tenían un futuro en la nueva que se llamaba República de Cuba. La guerra fue sin duda muy cruel, ninguna guerra deja de serlo, pero no había desarrollado significativamente un sentimiento genérico y de enfrentamiento anti-español, que impidiera la convivencia y menos aún existiendo lazos de parentesco adquirido durante tantos siglos. La mayoría de los dirigentes cubanos en la emancipación eran de ascendencia española y fue también muy importante la presencia de españoles en las filas del ejército libertador cubano…entre ellos muchos “isleños”, como se ha dicho en otros apartados de la investigación. Pero un imperio en alza daría al traste con la voluntad española: Estados Unidos.
Un dato claro de injerencia norteamericana en Cuba; El yate del mayor enemigo de España en Cuba: William Randolph Hearst, periodista yanqui sin escrúpulos, estuvo anclado en lugar próximo al acorazado americano Maine cuatro días antes de la voladura; tomaba fotos de la bahía (otras fotos de la época así lo atestiguan). El magnate de la prensa, con varios corresponsales a su servicio en la Isla, había llegado de forma extraña y sorpresiva, hasta que fue expulsado por fuerzas del coronel español Paglieri, de la Guardia Civil.
La presencia de las Fuerzas de Orden Público durante estos acontecimientos constituye una prolongación de las existentes en la España peninsular. Aparece reflejada con profesionalidad y rigor en el libro de los autores Miguel a Camino del Olmo y Vicente Cabo Meseguer, editado por la Fundación Policía Española, Temas de cultura Policial, citado anteriormente, “La Policía española de Ultramar, Cuba y Puerto Rico”, Madrid, 2003.
*El autor ha sido policía profesional hasta su jubilación.

----- Original Message -----
From: Martín J. Marrero
To: MIGUEL LEAL CRUZ
Sent: Thursday, July 19, 2007 12:36 AM
Subject: Re: COLABORACIONES Y AUSENCIA
Apreciado Miguel:
Agradecidísimo tanto por tu habitual colaboración con nuestro periódico como por cumplimiento incluso en periodo vacacional.
Recibe un cordial abrazo y que disfrutes.
Martín J. Marrero El Mundo/La Gaceta de Canarias Director

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