Crée usted de que Cuba estaría mejor como:

jueves, 26 de noviembre de 2009

Después del pavo.

Bueno, como les dije, hoy me tocaba celebrar “Thanksgiving’s Day” o “Día de Dar Gracias”, con mi familia norteamericana. Como siempre fue algo muy sencillo, nos reunimos en el patio y allí comimos. Primero dimos Gracias a Dios por todo y después y de una forma muy sencilla, lo celebramos. Ellos son más sencillos que nosotros los cubanos, que siempre queremos tirarlo todo por alto. En las fiestas cubanas hay un derroche de comida y variedad que parece que el mundo se va a acabar. Esa señora que esta a mi lado, con delantal puesto, es la que yo considero mi MOM (madre) gringa desde hace muchos años. Para mi es un ejemplo. A su edad, ochenta y tantos, se la pasa viajando por el mundo, lo mismo a Australia, que por la Muralla China, por el Danubio, que se monta en un globo de colores. Es una persona muy sencilla y además cuando llega de viajes, escribe todo en un diario. A mi me considera su otro hijo, por lo que puedo decir que también tengo familia norteamericana. Dato curioso, ellos simpatizan conmigo en la idea de una Cuba Española, piensan que seria muy bueno para Cuba.

Déjenme decirles algo, yo no me he encontrado NUNCA, a un norteamericano hablando mal de España, ni alardeando de nada que ellos hayan hecho, pienso que se han dedicado mas a construir, que a estar mirando hacia atrás convirtiéndose en estatuas de sal. Pienso que el odio y el rencor hay que dejarlo a un lado. Yo estoy en contra de lo que hizo EU en Cuba a finales del siglo xix y principios del siglo xx. Estoy convencido que era mejor para Cuba haber continuado con la Comunidad Autónoma, pero tampoco voy a pasarme sacándoles en cara eso. Hablo del pasado para poder continuar lo que empezamos en 1898 y se quedo inconcluso, porque pienso que somos españoles y debemos seguir unidos, pero sin odio por EU, pues en un final, es el mejor aliado que tenemos frente al peligro de Alkaeda y la Revolución Bolivariana

El Estatuto del Miedo. Por Pedro Ramón Sánchez Peinado

Vamos rodando cada vez más en una vorágine de informaciones contradictorias en torno al Estatuto de Autonomía de Cataluña. Lo que es una simple norma de funcionamiento de una Comunidad Autónoma está degenerando en un debate perjudicial para el conjunto del País. Que los catalanes son muy suyos lo sabemos todos. Que el Tribunal Constitucional es el máximo órgano judicial del país y que por tanto debe de ser respetado y apoyado parecen no saberlo tantos.

El Estatuto de Cataluña, como el andaluz, el vasco o el melillense es sólo una norma general que atañe a un territorio. Cómo ese territorio está incluido en una Nación soberana cómo España, ese Estatuto está sometido, cómo todos los demás, a la Consntitución. Si hay determinados puntos que entran en confrontación directa con lo argumentado en la Carta Magna, la lógica manda que sean desterrados o modificados. Lo que vemos en España con este Estatuto es simplemente esperpéntico. Es una norma autonómica que pretende arrogarse el mismo nivel que la Constitución y eso, simplemente, da miedo.

Pero no da miedo por esta arrogancia. Da miedo porque Cataluña, mejor dicho, los nacionalistas catalanes dan su verdadera cara con éste asunto. Ésto es algo de lo que los Españoles debemos congratularnos. Cataluña es España. Eso es indudable. Los ciudadanos catalanes refrendaron en las últimas elecciones que los gobernaran partidos nacionales y eso a los nacionalistas no les gusta. Ve que pierden terreno y que su única baza, que por cierto no apoyaron en su día, el Estatuto, se va por la taza del wc. El Estatuto tiene miedo del Constitucional. Y sólo se tiene miedo del Constitucional por una razón. Por que lo que se dice o hace no es constitucional y por ende, entra en confrantación con el sistema legislativo español que emana, no lo ovidemos nunca, de la Carta Magna.

El consenso que hubo el día de las ponencias para redactar la Constitución se ha quedado muy atras. Aflora ahora la hipocresía de algunos ponentes que, no contentos con obtener unas cotas de libertad inimaginables hasta entonces en España, ahora se arrogan el derecho a poner en duda nuestra máxima Ley. Esa hipocresía es buena para todos. Nos muestra la ralea de quienes la impulsan. El Estatuto es una norma, pero no es la Norma. La Norma fue refrendada por las Cortes, previa votación del pueblo español en 1978. Esa Constitución que nos ha legado libertad, igualdad, progreso, bienestar social está siendo atacada por unos pocos que dicen hablar con la voz de muchos. Los medios catalanes se han posicionado a favor de un Estatuto que viola a nuestro País. ¿Qué esperan los medios nacionales para posicionarse a favor de nuestra Carta Magna?

No solo es deprimente, sino deplorable que los españoles de bien dejemos que nuestro país se convierta en un vodevil en que gentes hipócritas y sin derecho alguno sobre nuestras Leyes insulten y menoscaben el Estado de Derecho impulsando un odio irracional contra los letrados que deben de decidir, con una presión política y mediática insoportables sobre una norma que no sólo afectara a Cataluña sino a todo el país. Creo que debemos poner orden en este Reino de Taifas y enorgullecernos cómo españoles e impulsar cómo personas amparadas por la Constitución el dictamen del Tribunal que debe interpretarla y aprobarla.

Cooperacion del Blog C. S. Peinado

Cádiz y la Habana. Dos hermanas separadas por un mar de lágrimas. Por Pedro Ramón Sánchez Peinado

Hace muchísimos años estuve en Cádiz. Para un Salón de estudiantes. Para ver que hacía con mi vida. No debí hacerle mucho caso por que mi vida al final han sido muebles y artículos varios en blog, un libro a medio terminar y muchísimos amigos, gracias a Dios, que me leen.

El caso es que sí no le hice mucho caso fue porque el Salón en cuestión estaba en la Zona Franca y eso, hablando en plata, estaba donde el Señor perdió las sandalias. Vamos, que para una vez que viajaba a la Tacita de Plata, no iba a perder el tiempo en ver stands de Universidades. Y así me ha ido. Fuera de leches, creo que fue la mejor decisión de mi vida. Irme a ver Cádiz. A ver la capital de Tartessos. A conocer la ciudad que, por aquellos tiempos no lo sabía, tenía una hermana a la que echaba de menos con toda su alma de andaluza y española.

Cádiz. Una ciudad mágica y cercana a un tiempo. Una ciudad tan antigua cómo el hombre y tan novísima cómo cada cual la quiera comprender. Una ciudad que mira al mar con la esperanza de ver a su hermana perdida. Y lo hace triste aunque pretenda ocultarlo con su gracia carnavalesca. Lo hace decidida aunque quiera hacerse la sensible con su semana de Pasión. Lo hace desde la Caleta donde cada día ve ponerse el sol mientras su hermana, La Habana, lo ve nacer. Una historia de amor que nacío y creció y por supuesto nunca murió. Una historia llena de avatares que, sin embargo no puede empañar un pasado glorioso en el que Cádiz era la salida del Viejo Continente y La Habana la entrada al Nuevo Mundo.

Cuando La Habana nació Cádiz ya era vieja. Todas las civilizaciones del mundo clásico la habían conocido y deseado. La habían mimado y engrandecido con su cultura y Cádiz estaba enfervorecida por ser esa pequeña ciudad que fructificó de manera incompresible en una estrecha lengua dela noble España de Puertas de Tierra para adentro. Una pequeña ciudad en los confines del mundo que estuvo llamada a ser la mas Grande y se quedó con la modestia de ser la pequeña de España. Lo hizo con la única grandeza de saber que en el otro lado de ese enorme mar que plateado y salvaje la golpeaba desde poniente, su hermana la amaba y recordaba.

La Habana era una ciudad joven, juguetona, ávida de amor por su hermana pero a la que no conocía más que por el arribo de innumerables buques que bajo el pabellón de la madre España llegaban cargados de ilusiones, bienes y noticias sobre la vieja Europa a bordo de sus sentinas y pantoques. Soñaba, al igual que su hermana continental, con conocerla un día. Cádiz, a la luz de los farolillos que los gaditanos prendían de la torres y terrazas miraba, cómo mira ahora y mirará siempre a la Mar Océana. Mirando al amplio Atlántico ansiando la llegada de los Galeones que cargados de tesoros y soldados, de potentados y noticias de América tambien le atraian buenas o malas nuevas sobre su joven hermana en la bella isla de Cuba.

Cádiz es La Habana. La Habana es Cádiz. La más bella bahía la cobija arropandola desde la Isla del León hasta el Castillo de Santa Catalina cómo a Cuba la corteja el Malecón y el Castillo del Morro, cómo fiel réplica de ambos mundos en el recordar de un tiempo que acabó. España dejó Cuba con tristeza, cómo si al padre le quitan a su hijo pero Cádiz siguió ahí. Fiel, cómo siempre ha sido al recuerdo de la, no por reiterativa, Real y Fidelísima Cuba allende los mares. Cádiz estaba triste pero ahora, con tanta gente apoyándola en su sueño de volver a saber de su hermana se yergue sobre sus antiquísimos peñascos con la esperanza de compartir vida, enseñas y habaneras con su hermana menor, La Habana.

Cooperacion del Blog C S Peinado

Feliz Día de Acción de Gracias. Thanksgiving’s Day

Hoy es un día muy especial para este país (EU), es el “Día de Acción de Gracias” o “Thanskgiving’s Day”. Un día en el que los peregrinos llegados a esta gran nación, celebraron la abundancia de sus cosechas y quisieron compartirlas con los indios. Es muy bueno ser agradecido, especialmente a una tierra que nos acogió como si fuésemos sus hijos, y los cubanos como muchos inmigrantes, incluyendo aquellos que vinieron al principio, llegamos sin nada, solo con un sueño, y una esperanza de un mañana mejor. Lo hemos logrado, y aunque no podamos disfrutar del terruño que nos vio nacer, esta tierra nos ha abierto los brazos y nos ha ayudado a crecer y formarnos un futuro.

Yo le doy gracias a Dios por todo, cada día al despertarme. Como he dicho en otras ocasiones, no soy religioso, solo creo en un Dios que me inventado y me funciona. Soy uno de esos cubanos que no es hijo de Yemaya, ni de Chango, ni de la Caridad del Cobre, etc. Solo de María del Carmen Ramos Yánez, ya desaparecida y que fue un lujo tenerla como madre, también de mi padre Claro Eleovino Morales Huerta. A propósito, nunca he conocido a nadie con el nombre de mi padre, no se donde cono lo sacaron mis abuelos (tiene que ser asturiano o canario, pues ellos venían de esas regiones). En fin, que entre mis pensamientos de agradecimiento, esta el dar las gracias por haber escogido a dos seres humanos tan especiales para engendrarme.

El día de hoy o sea “Thanksgiving”, siempre lo paso con mi familia norteamericana. Sí, yo tengo una familia gringa, no hay lazos sanguíneos, pero desde hace muchos años que nos conocimos, hubo una química y surgió un cariño y unos lazos que no se pueden romper. Esta es una señora de ochenta y tantos años, cuyo único hijo es mi hermano y ella mi segunda mama. Tengo que decirle "Mom" (mama) y ella me trata como “son” (hijo). Consulta sus cosas, mas conmigo que con su único hijo y yo decido en cosas importantes. Ella ni siquiera vive en Miami (Oakland Park, FL.) como a una hora de Miami, y no habla español, pero no importa, es mi segunda madre. Se la pasa viajando y siempre me trae algún souvenir de recuerdo. Los días de Dar Gracias, y Navidad la tengo que celebrar allí, y es todo un ritual americano, pues entre los regalos, siempre cada uno tiene que llenar una media de mujer, de muchos pequeños regalos, cualquier cosa, y cada uno va sacando algo diferente de su media y es todo un acontecimiento. Esa costumbre es netamente americana pero ya yo me adapte. Yo también los he cubanizado, por ejemplo llevo un flan en Thanksgiving, además de vino y flores, y en Navidad (el 24 por la noche con mi familia y el 25 con ella, como es costumbre americana), yo les llevo buñuelos, turrones, mas vinos, etc. Mi amigo aunque casi no habla español, ama a Cuba y ha estado 5 veces. Mi familia cubana es también su familia. En fin, cuando alguien se expresa mal de los americanos y generaliza, a mi me duele, pues los conozco que son muy buenas personas y en este caso es mi familia.

Bueno en fin, ya he hablado demasiado, solo quería felicitarlos. A mi la verdad que el pavo no me gusta mucho y todas esa comida típica americana tampoco, pero con esa compañía y vinos, etc. lo pasamos muy bien y como mucho. Después a la hora de irme y como cualquier madre, ella me llena contenedores plásticos con comida que sobra para que me lleve a mi casa. Hay quienes se piensan que los americanos son muy fríos y distintos a nosotros y quizás tienen razón, pero cuando quieren son tremendas personas. Yo he implantado el sistema de muchos besos y abrazos, como somos los cubanos y ellos lo sienten y se ve que los necesitan, solo que no lo tienen por costumbre.

Felicidades!

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