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CAPÍTULO XXXVI
No estaría completo este Estudio si se omitiera considerar en él, aunque breve y sucintamente, lo que pasaba en Cuba mientras las cosas explicadas en los dos capítulos antecedentes tenían lugar en Washington.
Planteado en Cuba, como ya se ha dicho, el régimen autonómico que el Real Decreto de 25 de noviembre de 1897 había establecido, se vió la Isla por primera vez en su historia teniendo á su cabeza un Gobierno enteramente cubano. Desde el 1 de Enero de 1898 hubo un Gobernador General de la Isla, nombrado por España, que para ejercer su encargo tenía que prestar juramento, ante las Cámaras insulares, de que observaría fielmente la Constitución colonial, y un Ministerio responsable, compuesto de seis personajes, cinco de los cuales eran cubanos.
Hay en general poco provecho en discurrir lo que habría sido si tales y cuales cosas se hubieran hecho; pero como a la exactitud de la lógica se opone siempre la necesidad de los sucesos, o en otros términos el imperio ineludible de la ley providencial, que guía á los que quieren y arrastra á los que no quieren, no porque estemos sometidos los hombres á una fatalidad ciega que nos arrebate nuestro libre albedrío, sino porque aquello mismo que llamamos Lógica, y que para nosotros lo es realmente, se encuentra en oposición con otra Lógica más grande y más amplia, donde entran elementos distintos de los que nos sirvieron de fundamento, la prudencia aconseja que se mire siempre á lo pasado, con el saludable objeto de que nos sirva de enseñanza y modelo para lo futuro. Dentro de este espíritu se puede decir con confianza, que si España se hubiera decidido á ejecutar este acto de justicia, cuando Mr. Richard Olney, Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, se lo pidió desde abril de 1896, la predicción de aquel ilustre hombre de Estado, á saber: "que la rebelión (de Cuba) perdería en gran parte, si no del todo, el apoyo moral y la simpatía, de que ahora disfruta, del pueblo de los Estados Unidos," se habría realizado completamente. España habría conseguido un nuevo plazo tal vez muy largo, en beneficio de ella misma y de Cuba, para continuar dominando en la Isla. El Real Decreto de 25 de noviembre de 1897 estableciendo en Cuba el régimen autonómico llegó á la Habana por el vapor correo de la Península, el 15 de diciembre siguiente; pero el General Lee, Cónsul General de los Estados Unidos de América. en la Habana, había ya informado oficialmente á su Gobierno, con dos días de anterioridad, que su fracaso estaba ya consumado. En telegrama de 13 de diciembre de 1897, dijo el General Lee al Secretario de Estado, que en la lucha por la autonomía no había en favor de ella "más que cinco 6 seis altos empleados en Palacio y unas veinte o treinta personas en la ciudad," mientras que todo el resto de la población de la Isla estaba en contra, y que él "no veía como podría ponerse en práctica" la Constitución de que se hablaba. Esto lo repitió después, cuando, bajo juramento, fue examinado, el 12 de abril de 1898, ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, en cuyo acto habiendo sido preguntado,
",Son todos los cubanos favorables (friendly) á los insurrectos'," contesto: "No he visto nunca ninguno que no lo fuera." Con fuentes de información de este género no puede encontrarse extraño que la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos de América, al evacuar el informe de que en su propio lugar se ha hecho mérito, el 13 de abril de 1898, se expresara con respecto a la autonomía de Cuba, calificándola, de “especiosa é ilusoria".
En la fecha en que esto se decía todavía no se habían reunido las Cámaras insulares, que habían sido convocadas para principios de mayo siguiente, y que en efecto instalaron entonces y empezaron con perfecta regularidad á celebrar sus sesiones.
Que el régimen autonómico estuvo en perfecto vigor en Cúba hasta que en 1 de Enero de 1899 se izó sobre el Palacio del Gobernador General la bandera de los Estados Unidos de América, es un hecho histórico que nadie puede disputar un momento. Todos sus actos oficiales están impresos.
El Gobernador autonomista de la Habana á quien sustituyó en la fecha citada el General americano William Ludlow, fue el eminente cubano don Rafael Fernández de Castro. Cubanos y autonomistas eran todos los jueces de la Isla, y un número muy grande de los empleados en los demás ramos de la administración pública. Cubano y autonomista era el distinguido abogado, don 'Manuel Rafael Angulo, á quien el Gobierno autonomista de Cuba confió la misión de negociar con el Gobierno de los Estados Unidos de América un Tratado de comercio. Y cubanos y autonomistas fueron tambien los señores don Antonio Escobar y don Luis V. de Abad, antiguo Director el primero del Día de Madrid, y de La Discusión de la Habana, y autoridad muy distinguida el segundo en todo lo relativo á estadística Y materias económicas, y autor de varias obras de gran mérito, los que respectivamente fueron escogidos, el primero ,para auxiliar al señor Angulo en lo que se necesitare, y el segundo para servir como agregado técnico de la Ponencia de la Comisión cerca del Consejo de Secretarios de la Habana. Un hecho de importancia en relación con este último asunto es que cuando el Senado de los Estados Unidos de América, por resolución adoptada el 14 de febrero de 1898, preguntó si "algún Agente de un Gobierno en Cuba había sido acreditado cerca del de los Estados Unidos, ó cerca del Presidente, con autoridad para negociar con los Estados Unidos un tratado de reciprocidad, y si tal persona ha sido reconocida recibida como representante de tal Gobierno en Cuba", se contestó á ésto con un Informe de Mr. John A. Kasson, Comisionado Plenipotenciario especial, fecha marzo' 17 de 1898, en que no se da respuesta alguna ni afirmativa ni negativa al segundo punto de la resolución, pero se dice, respecto al primero, y con gran lujo de palabras, que el Ministro de España había informado al Departamento del nombramiento del señor don Manuel Rafael Angulo para servir como Delegado especial del Gobierno auxiliar de Cuba para la negociación de un tratado comercial.
El hecho es que el señor Angulo fue presentado oficialmente al Secretario de Estado el día 21 de marzo de 1898; que después de este acto visitó oficialmente á todos los miembros del Gabinete, que cambiaron con él ideas, especialmente el Secretario del Tesoro, sobre la amplitud de la Constitución autonómica de Cuba, y que el señor Angulo entró en correspondencia con el Departamento de Estado sobre el vital asunto que se había encargado á su patriotismo.
Al dar cuenta de la presentación oficial del señor Angulo, dijo el Evening Star de Washington (marzo 21 de 1898) que "con aquel acto las negociaciones para un tratado comercial quedaban abiertas". Y tan fue así que se cruzó una correspondencia al efecto entre el señor Angulo y el Departamento de Estado y viceversa. Hubiera sido tal vez mejor comunicar estos datos al Congreso de los Estados Unidos de América en respuesta á su pregunta.
La, Delegación se disolvió, cuando el Ministro de España en Washington pidió y recibió sus pasaportes.
La frase que el Ministro de España en Washington había empleado, cuando escribió al señor Canalejas la carta robada de que se trató en su oportunidad, de que "seria muy importante que se ocuparan (en Cuba), aunque no fuera mas que por efecto, de las relaciones comerciales" etc.. se estimó entonces como indicativa de que España no quería realmente ningún Tratado, sino que solo se proponía deslumbrar á los Estados Unidos. Esto fue explotado hábilmente por los enemigos de España, y fue productivo de gran daño.
Bibliografía:
ESTUDIO HISTÓRICO SOBRE EL ORIGEN, DESENVOLVIMIENTO Y MANIFESTACIONES PRÁCTICAS DE LA IDEA
DE LA ANEXIÓN DE LA ISLA DE CUBA Á LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA. POR JOSÉ IGNACIO RODRIGUEZ,
HABANA. IMPRENTA LA PROPAGANDA LITERARIA 1900.
Págs 381-386