Seamos entonces cubanos mongoles. Por Sindulfo

Publicado por Cuba Mongolia. La Voz de Sindulfo

José Ramón,

Primero que todo, el pueblo de Cuba no está divido, sino fragmentado, disperso, falto de referencia, perdido, y peor, sin que aparezca la figura de un lider redenteor y mesiánico -tal y como nos gusta- que nos libre de la dictadura castrista. Divido esta el pueblo español, formado por comunidades autónomas, a veces no muy amigables las una con la otras, desde Badajoz hasta Pamplona; y por si fuera poco, ahí tienes a los chicos etarras, que les ponen una bomba hasta en el trasero al Rey si se lo proponen. Sobre la creación de nuestra nacionalidad, pues no es España la única responsable, y a pesar de haber heredado de ellos lo peor que nos vindica como cubanos: comelones de potajes, lerdos en ocasiones y algo brutos algunos debido a la impronta de los gallegos, y deseosos siempre de una siestecita luego de un almuerzo repleto de calorías y carbohidratos, nuestra nacionalidad es más diversa desde sus inicios; y aunque Hatuey no tenía idea de lo que era una bandera, después se convirtió en cerveza, muy nuestra.

Sobre pasaportes..., si el gobierno mongol anunciara ahora mismo que va a convertir en ciudadanos a aquellos que tuviesen un pariente llegado desde sus estepas -cosa que no dudo, pues a Cuba ha ido de todo y de todas partes según aseguran los más atrevidos-, entonces verías un desenfrenado amor por Gengis Kahn, los Unos, y los otros.

Por lo que concluyo, con todo respeto y tolerancia, sin ánimo de ofender, es de una actitud cretinoide el pretender anexarnos a un país que para nada es un ejemplo de integridad. Además, España, como potencia industrial y política, dista mucho de sus vecinos. Sería mejor ser cubano unicamente, pero viendo nuestra necesidad de ampararnos de otros, como infantes que únicamente sabemos vozciferar y sin que nos tomen en serio, de elegir a un territorio que nos acepte cual parásitos, creo que los anglos, en cualquiera de sus varias orillas, serían una mejor opción. Nunca el suelo que, en nombre de una supuesta integración cultural y social -que si era cierta y auténtica antes del 59-, tan cínicamente se presta al terrible juego de potabilizar una dictadura ante los ojos de occidente por el sólo hecho de ganar una carrera por el mercado que pudiese representar la Isla, y sobre todo por sus ganas de joder siempre a los americanos, ha de ser nuestra referencia y menos el lugar donde cobijarnos cual infelices que no están capacitados para, por sí solos, resolver sus problemas.

España, con todo respeto José Ramón, que se vaya a la mierda.