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martes, 15 de febrero de 2011

"Así volaron el Maine... ¡ y era de acero... !" (15 de febrero de 1898)


Ver la noticia completa en el Blog Hojas de prensa de la historia de Cuba, suplemento de Memorandum Vitae del amigo Javier de Castromori.


Hundimiento del Buque Maine un día como hoy, 15 de Febrero de 1898, Habana. Cuba Española



Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 97-98 nos describe los acontecimientos del 15 de Febrero de 1898 en la Historia de Cuba:

   “Alborotos producidos en La Habana el 12 de enero de 1898, de los que el cónsul Fitzburgh Lee dio noticia circunstanciada a Washington, fomentaron en la conciencia norteamericana la creencia de que la anarquía estaba pronta a dominar las plazas de la Isla ocupadas por los españoles. Esta presunción fue robustecida por las insinuaciones contenidas en el último parte de Lee de 13 de enero, y determino el envió a La Habana de un buque de la armada norteamericana. El 24 de enero William R. Day, subsecretario de Estado de la Unión, telegrafió a Lee que el Gobierno tenía el propósito de reanudar sus visitas navales amistosas a los puertos de Cuba y que, consiguientemente, el crucero acorazado Maine llegaría a La Habana dentro de uno o dos días.

   “A las once de la mañana del 25 de enero entró en el puerto de La Habana, procedente de las islas Tortugas, el crucero acorazado de guerra de los Estados Unidos Maine, buque de seis mil seiscientas ochenta y dos toneladas de desplazamiento, con una velocidad de diecinueve nudos por hora. Montaba cuatro cañones rayados de veintiocho centímetros, seis de quince, siete de tiro rápido de seis libras, ocho de tiro rápido de una libra y cuatro tubos lanzatorpedos. Formaban su tripulación dos jefes, seis oficiales y trescientos cincuenta individuos de línea. Era su comandante el capitán de navío Charles Dinight Sigsbee.

   “El Maine hizo el saludo a la plaza, contestado por la fortaleza de La Cabaña y el buque de la marina de guerra española crucero Alfonso XIII. Paso a bordo del Maine a saludar a su comandante el teniente de navío de la armada española Alberto Medrano. Sigsbee devolvió la visita, por la tarde, al capitán del puerto Luis Pastor Landero. Cambiados los saludos y visitas en el Maine, quedó amarrado a la boya número cuatro, donde había una profundidad de veintiocho pies, suficiente para el buque, que tenía un calado de veintitrés.
   “A las veintiuna horas y cuarenta y cinco minutos del 15 de febrero de 1898, surto aún en el puerto de La Habana, voló el crucero acorazado Maine. Las explosiones fueron dos, separadas por breve intervalo. La primera, cuya detonación semejó la de un cañonazo, levantó el buque de manera perceptible. La segunda fue más abierta, más prolongada y de mayor volumen y causó la voladura parcial de dos o más de los pañoles de proa. En el parte trasmitido incontinenti a Washington, el comandante Sigsbee consignó que había varios marinos heridos y muchos más muertos y ahogados, que los heridos y otros individuos de la tripulación salvados se hallaban a bordo de un buque de guerra español y de un vapor de la línea de Ward y que abrigaba la creencia de que supervivían todos los oficiales. En el recuento final de las víctimas, el número de éstas ascendió a doscientas sesenta y seis, entre ellas dos de los oficiales. Al tiempo de ocurrir la catástrofe, el Comandante escribía en su cámara y saltó a la cubierta al sentir la sacudida y oír el estruendo.

   “El entierro de las víctimas cuyos cadáveres pudieron ser habidos se llevó a cabo el 17 de febrero. El cortejo fúnebre, con los sarcófagos cubiertos de flores ofrendadas por la amistad y el dolor y con más de trescientos carruajes, desfiló por las calles de la ciudad hasta el cementerio de Cristóbal Colón. El pueblo de La Habana se mostró profundamente conmovido por la catástrofe del Maine.

Bibliografía:

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