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No es, ni por asomo, un asunto de racismo. Tódo el mundo tiene derecho a acceder al libre mercado. Lo que pasa es que el Libre Mercado está regulado y en Europa se supone que tienen preferencia los socios. Con Marruecos la cosa cambia, pues ponen en juego sus ricos caladeros de pesca. Caladeros que, por otra parte están situados en gran medida en la costa del Sáhara Occidental, en supuesto proceso de descolonización. En sintesís, si no se le dá ventaja a los marroquies sobre los españoles, que, dicho sea de paso, pintamos más bien poco en los foros internacionales, pues Europa se queda sin pesca. A lo mejor es que los Marroquies ya son Europeos y no nos hemos enterado. O es que simplemente somos los pupas de Europa y encima somos masocas y nos cuesta protestar. Pues que nos estén dando por culo a mi, francamente no me mola ni pizca.
Vamos. Es fácil de entender. España es un pais de garrulos que nos hemos creido los dueños del mundo.Nos hemos creido eso de que Spain is Diferent. Y la verdad es que debe de ser cierto. Somos diferente en que otros piensan con la cabeza y a nosotros sólo nos sirve para llevar la boina. Hace cincuenta años nuestra capacidad tecnológica era una puñetera mierda. Cómo suena. Al abuelo Franki no le interesaba joder los intereses económicos de sus amiguetes y ésto estaba lleno de latifundistas. Los marquesitos, condesitos y demas -itos tenian su título, porque esto seguía siendo el Reino de España aunque el cara garbanzo estuviera en el poder, y un huevo de Tierras. Conclusión. En España había unos cuantos ilustrados que no ejercian sus carreras porque no tenían necesidad de hacerlo ya que tenian grandes extensiones de tierras cultivadas por labriegos incultos que no tenían acceso a la educación. Ni ellos ni sus hijos. Era lógico o aprendías o comías y entre una y otra cosa la gente generalmente elegía la segunda. El día que no se trabajaba no se cobraba y la prestación por desempleo no existía. Así que... España era eminentemente agrícola. No le quedaba de otra. Si no cultivabamos nos moríamos de hambre porque simplemente nadie nos vendía nada. Y lo poco que nos llegaba de Argentina no nos llegaba para llenar el buche. Hasta aquí la comprensión del asunto es clara. Agrícola e inculta, hace cincuenta años. Todo claro.
Luego vino la apertura al Exterior. Alguien en los EEUU debió pensar que era mejor mantener a Franki con vida pues era un baluarte anticomunista y todo eso. Les servía más vivo que muerto. Millonada a España y bases militares extranjeras a cascoporro. Por supuestísimo España entró en la misma ONUque apenas unos años antes le negaba la entrada por ser un dictador muy malo y sumamente fachorro. Entramos por la puerta grande de manos del amigo yanqui. Eso que era una dictadura y entraba en confrontación directa con el ideal pseudodemocr´tico de las naciones que la integraban. Pero... ¿Qué mas daba? Franco era aliado, les dejaba poner sus bases aéreas cerquita del enemigo y, en caso de que hubiera follón en Rusia u Oriente Medio estaban a un tiro de piedra para seguir ejerciendo su autoimpuesto título de arbitros del mundo.
Así España descubrió el intercambio de divisas. Dólares más fresquísimos que los salmonetes de Cádiz que, amén de lo que algunos, cómo siempre pasa, se embolsaron en bolsillo propio, sirvió para modernizar infraestructuras, poner industrias en Pais Vasco y Cataluña para mantenerlos tranquilos y calladitos e incentivar un nuevo producto de nueva creación que parecía tener un filón inagotable. El Turismo. Un nuevo producto necesitado de mano de obra a punta de pala. Mano de obra que se fue componiendo por los hijos de los labriegos de los señoritos. Estos nuevos trabajadores decidieron dejar el sistema agrario feudal para engrosar el nuevo sistema economico surgido de los Tecnócratas del Pardo. España era un paraiso de sol y playa y eso lo sabían en Europa. El Frankismo sólo tuvo que explotarlo convenientemente. Abrir fronteras y relajar un poquitín para los extranjeros algunas leyes. Las de ordén público especialmente. Por lo del top-less y esas cosas.
Surge así la burguesía española del siglo XX. Una nueva clase media formada por hosteleros y sus trabajadores. Ajena del todo al Agro. Los señoritos ven cómo se les vacian los campos. Joder, si es que si no se me va a la costa se me va a la Seat de Martorell. Mano de obra barata que nos atrajo fábricas de multinacionales. Debimos pensar cómo los marroquies. Vamos a aprender cómo se hace ésto y ponemos nuestra fábrica propia. Que carajo. A mi que me ingresen la nómina cada mes y que salga el Sol por Antequera. Muy Español. Lo de escurrir el bulto. España se modernizaba en un espejismo de Turismo e industria extranjera. Todo iba sobre ruedas porque creiamos que era para siempre y todo se asentó aún más en los últimos años del Frankismo.
El pueblo español, muy en la onda de no calentarse demasiado la cabeza, descubrió un nuevo filón parejo al turismo y el espejismo del desarrollismo industrial. La Construcción. Por un lado se habían hecho montones de hoteles que al poco se quedaban cortos porque los extranjeros venian a montones. Eso iba viento en popa. Pero luego llegó la idea de algún bretón y algún germano de jubilarse en España. Coño, esto es nuevo. A construir apartamentos, chalet y bloques de pisos en la costa. El esquilmamiento de nuestras costas estaba servido. En los grandes cinturones industriales por contra se crearon miles de infraviviendas para los curritos de las fábricas. Los pueblecillos cercanos a las grandes capitales pasaron centuplicar en apenas unas décadas su población. El ladrillo era el nuevo oro marrón. La arcilla se cotizaba más que el oro en España y el Turismo fue quedando cómo una cosa más secundaria. Torremolinos y esas cosillas para los nostalgicos de las películas de Ozores. Ahora primaba crear urbanizaciones a punta pala. Lo más gracioso es que esto dio lugar a otro deporte patrio. La especulación inmobiliaria. Comprar para vender más caro. Así, la población crecía pero el numero de viviendas mucho más y los precios ya ni te digo.
Año 2007. España es un estado moderno. Octava potencia mundial. Con un PIB del carajo, un crecimiento superior a la media Europea y no secuantas cosas más. Todo muy bonito, muy del Estado del Bienestar propio delos paises Bálticos. Seamos claros, España se había convertido, desde que nuestros Abuelos cultivaran los campos de los señoritos a ahora, en un Gigante Económico. Un gigante con los pies de mierda. Es cómo un enorme castillo de naipes que crece y crece y crece. Sólo hace falta una carta mal puesta para que todo se vaya a tomar viento, nunca mejor dicho. Tenía que pasar, nadie esperaba que pasara, pero pasó. Un día alguien se negó a pagar el precio que le exigian por un piso por la simple razón de que el banco no soltaba la pasta. Jejeje. El dinero es muy miedoso y tras el Lunes Negro los bancos llamaron a Rebato. El BCE subio los tipos de interés y más de uno y más de mil se quedaron con cara de no saber que pasaba.
En poco más de dos años tooooooodo el crecimiento que habíamos conquistado en treinta años se fue desinflando en lo que no es una burbuja inmobiliaria, sino que sería más acertado llamar la burbuja española. A saber. España confió su crecimiento a tres parámetros insostenibles.
Turismo, barato en su día por el cambio de divisa. Peseta vs Marco Alemán, o Peseta vs Libra Esterlina. Cuando el Euro nos cogio por los huevos España perdió interes para los vecinos del Norte. Les salía más barato irse al Magreb o a Asia. Por otro lado para los bretones la libra se aproximaba en paridad al Euro y por tanto ya no era rentable dejarse los cuertos en Málaga, ya que salía lo mismo de caro que Bristol. Era mejor irse a paises emergentes y exóticos, Brasil, Colombia, Antillas, Sudeste Asiático o Polinesia. El morbo de conocer los nuevos paises integrados en Europa tambien hizo lo suyo. Hungría, Rumanía, Serbia, Chequia, Polonia, antes en la órbita de la URSS eran paises a un tiro de piedra integrados en la Unión. Resultado, la costa se fue llenando de turistas patrios que empezaron a copar lo que antes copaban los extranjeros pero sin tener su poder adquisitivo. El turismo se ha resentido y ha tenido que bajar precios, amén de tener que competir con otros destinos al alcance de la mano del español medio, gracias a las companía aéreas low-cost y la globalización. Hoy te cuesta lo mismo una semana todo incluido en Cancún (México) que en Canarias (No sé si España o Marruecos o durante ésta noche se ha hecho independiente).
Industria Extranjera. O lo que es lo mismo. Pan para hoy y hambre para mañana. En este particular, la integración Europea nos hizo bastante daño. Al incorporar paises del Este mucho más pobres que nosotros no sólo nos iban a quitar los Fondos de Cohesión, que suponiendo que eramos octava potencia mundial ya no necesitabamos. Las grandes multinacionales vieron el filón de paises integrados en la Unión con salarios mucho más bajos y nulo proteccionismo Sindical. Lo que es lo mismo. Es más barato fabricar un coche en un pueblo al lado de Budapest que en Almussafes. Y además podemos usar el látigo y los grilletes, las cosas cómo son. No nos preocupamos lo suficiente por poner empresas propias y ahora nos las quitan. Resultado: Expedientes de Regulación de Empleo a mogollón. Da igual que el producto sea de calidad. Es caro y no se vende, con lo que la gente al paro y la fábrica a Rumanía. Consecuencia inmediata, la industrialización patria es inexistente a un nivel multinacional. Sólo tenemos empresas pequeñas y medianas que para más INRI son filiales o suministradores en muchos casos de las Grandes. El efecto dómino impera y el cierre de unas implica la quiebra de otras.
Construcción. pareja a las otras dos y en gran medida consecuencia de las mismas. Hacía mucho tiempo que la oferta había superado la demanda. Eso no importó a nadie. Ni a las administraciones que hacían verdaderas barbaridades con el suelo, ni a los empresarios que sólo entendían una palabra "Euro" ni a los trabajadores que callaban mientras siguieran ingresando, ya fuera en A o en B, mucho menos a los compradores que compraban por cien para vender a doscientos. Tenía que acabar todo cómo ha acabado. En sí el caso de la construcción se complicó con la entrada en el Euro. El dinero negro, tan abundante en España tenía que aflorar por algún caso y lo hizo en forma de ladrillos. Se institucionalizó la especulación y con ella la cutre corrupción que aupo a camareros cómo ediles y concejales en lo que fue la mayor hecatombe política de España, que es la que ahora padecemos. No es raro ver a un tipo de alcalde cuando toda su vida se ha dedicado a cavar zanjas en el campo. Tenian que pedir, aunque fuera, el graduado escolar para esas cosas. Desde el comienzo del milenio la clase política se degradó, se hizo corruptible, la construcción se desbocó, en parte por el dinero negro, en parte por las ingentes cantidades de dinero que los Bancos con unos tipos de interes por los suelos prestaban de manera inconsciente y que ha terminado por repercutir en la primera Crisis Económica del Tercer Milenio.
Así las cosas, el país agrícola que era España a principios de los sesenta se parece bastante al país agrícola que es ahora. Un país en que todo el mundo vuelve a mirar al campo, bien para conseguir sus sustento, bien cómo negocio, ruinoso, por otro lado. Antes el campesino español iba con una mula a arar y se contentaba con un trozo de pan y otro de queso. Ahora los gastos son muchísimos más, maquinaria, combustible, fitosanitarios y abonos. No nos contentamos con el chusco de pan. Queremos coche, casa, vacaciones, comer bien, beber primeras marcas y vestir a la moda. España no ha cambiado. Seguimos siendo el país que eramos. Sómos los españoles los que hemos querido cambiar sin saber cómo hacerlo. Invirtiendo nuestro futuro en una economía insostenible que ahora, y sin remedio nos está pasando la factura de los platos rotos. Y os aseguro que son muchos.
Por otro lado no todo es malo. Desde aquí lanzo un hálito de esperanza a mis compatriotas. España tiene una oportunidad de oro para hacer autocrítica. Es hora de arrimar el hombro y pensar que podemos si queremos. Debemos querer avanzar hacía otro modelo porductivo más competitivo en el que primen la formación, la tecnología y la calidad. Nada de modelos cutrechungos cómo hasta ahora. Debemos hacer imperar el I+D+i y campar por nuestros fueros. El Made in Spain tiene ahora una oportunidad de Oro de volver al mercado con la cabeza alta y el producto fresco. Debemos dejar de lado el trabajar lo menos posible para ganar lo más que se pueda. Tenemos unas Universidades estupendas, mejores profesores y gran cualificación en algunos campos que, con la debida inversión conseguiran que volvamos a ser la Octava o incluso más, Potencia Económica.
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Del Blog C.S.Peinado