Textos de: Centro Cubano de España
CENTROS PATRIÓTICOS
Una consecuencia de la emigración en Cuba son los esfuerzos colectivos y asociativos para integrarse culturalmente en los países de acogida, y al mismo tiempo, no perder las señas de identidad propias. Se crearon centros con la labor de aglutinar los respectivos naturales de estas regiones, así como la influencia en la vida cultural, económica, e incluso política de los lugares en los que se asentaban. La creación de centros de enseñanza y la publicación y difusión de publicaciones especializadas. La prensa fue también un importante vehículo de comunicación y mantenimiento de la identidad, así como un intento de reflejar y desarrollar la actividad cultural, el folclore, los festejos, etc...
Al final de los años veinte, cuatro asociaciones españolas de La Habana -el Centro Gallego, el Centro Asturiano, la Asociación de Dependientes y la Asociación Canaria-, constituían las cuatro entidades más importantes del país. El grueso del sistema pedagógico de La Habana dependía de ellas.
Se crea la Fundación del Centro Gallego en 1879 a instancias de un artículo del director de “El Eco de Galicia”. El centro limitó su defensa del regionalismo a las actividades culturales y recreativas, dejando en manos de entidades más pequeñas los aspectos que se podían considerar más políticos del nacionalismo radical.
El Centro Asturiano de La Habana (1886) tiene su antecendente en la Sociedad Asturiana de Beneficencia, aunque varias de sus actividades fueron concertadas e incluso compartieron a veces los mismos dirigentes. El Centro Asturiano tuvo el aporte de decenas de miles de afiliados, con el que se construyó uno de los palacetes más suntuosos del centro de La Habana como sede social, además de instalar uno de los servicios de salud más completos y avanzados.
Los Centros Castellano (1909), Montañés (1910) y Andaluz (1919) tuvieron una amplia apertura a los españoles en general y a los nacidos cubanos. Una mayor actividad regionalista desarrollaron los canarios, los vascos y los navarros, menos numerosos en Cuba, pero de fuerte presencia en algunos sectores de la industria.
Existió en Cuba una red de Casinos españoles que combinaban las actividades sociales y culturales de la élite con los propósitos explícitamente políticos. El Casino de La Habana fue creado con el propósito de zanjar los conflictos con los nativos derivados de la Guerra de la Independencia, y sirvió de modelo para los instalados en Sagua La Grande (1871), Colón( 1881), Placetas (1885), Matanzas (1899), Puerto Padre (1902), Santa Clara ( 1910).
LA HUELLA DE ESPAÑA EN LAS CONSTRUCCIONES CIVILES HABANERAS
Los conquistadores habitaron durante mucho tiempo en bohíos, (como se conocía a las viviendas indígenas).
Del siglo XV no se conserva en La Habana un solo edificio de carácter civil. En la centuria siguiente comienza el “Pre Barroco”, que ha dejado algunos ejemplos. Dos de los más característicos por sus fachadas, son las casas del Teniente Rey y Aguilar, y Obrapía y Villegas. La primera casa de piedra data de antes del año 1550, (fue la de Alonso Castaño). La casa más lujosa en La Habana, a fines del siglo XVI, fue la del contador Francisco de Moncaya. La Lonja de Comercio ocupa hoy los solares de las denominadas antiguamente Casas de “Armonía”.
El siglo XVIII, es el siglo de oro de la arquitectura colonial en La Habana. Los españoles optaron por el estilo barroco. Fueron a Cuba fontaneros españoles, elegidos por el Capitán General, y construyeron numerosas fuentes públicas. Aparecieron también los portales con fines eminentemente decorativos.
Las huellas pre-barrocas de los españoles pueden encontrarse en los interiores de las residencias, como por ejemplo, las del Conde de la Reunión de Cuba, en la calle Empedrado, Marqués de San Felipe y Santiago, en la Plaza San Francisco, la de Oficio, esquina a Muralla, la de Mercaderes 3, frente al Marqués de Arcos, las de la Plaza de la Catedral, y sobre todo, la portada de la Casa de la Obrapía, la obra barroca más atrevida que dejó España.
A principios del siglo XIX, el barroco comenzó a olvidarse dando lugar a los estilos clásicos. Una de las primeras residencias habaneras fue la del segundo Conde de Fernandina, en la calle de Mercaderes, cuyo tímpano clásico en la puerta principal fue repetido en la fachada lateral de su Quinta del Cerro. Otras casas de estilo neoclásico son: la del Conde de Santoveña, en la Plaza de Armas, la de O'Farril, en La Habana y Chacón, el Palacio de Aldama, y Quintas del Cerro.
INSTITUCIONES FUNDADAS POR ESPAÑA EN CUBA
El Colegio de Belén, construido por el Obispo de Compostela a finales del siglo XVII, estableció la primera escuela gratuita de la Habana. Fue encomendado a los religiosos Belenitas, orden que ejerció la enseñanza gratuita y distribuyó diariamente alimentos a los pobres, además de dar hospedaje y convalecencia a los pobres.
Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana. Se estableció por el Convenio de San Juán de Letrán.
Real Sociedad Patriótica (La Habana). Llamada más tarde Sociedad Económica de Amigos del País. Contribuyó al fomento de la instrucción pública, de la prensa periódica y de las vías de comunicación y la que más promovió los adelantos en la agricultura, el comercio y la industria popular de Cuba. En la actualidad se encuentra instalada en un edificio situado en el paseo de Carlos III.
La Real Sociedad Patriótica influyó en la construcción de la Casa de la Beneficencia en 1792, a la que más tarde fue incorporada la Casa de la Maternidad, daba acogida a los niños abandonados. Ambas casas fueron regidas bajo una sola administración.
1 comentario:
Qué buena entrada ésta, recordando los edificios que fueron levantados y ocupados por los españoles hasta los años 60. El centro gallego de la capital es un edificio hermosísimo. Lo mismom que el hospital.
Estuve dos o tres veces en Cuba y es un país que me sorprendió gratísimamente al margen del régimen político. Los cubanos son entrañables, cariñosos... como de la familia. Y me sentí en Cuba como en España. Estupenda la idea de crear la comunidad de españoles para Cuba. Uno de mis tíos paternos emigró y vivió allí toda su vida. Y luego he ido a conocer aquellos lugares que me emocionaron.
Sentid seguidora entrañable.
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