Partido Español, los Voluntarios del Orden (mal llamados Voluntarios Españoles) y el partido de los negreros se negaron a que se adoptaran esos decretos. 64
Nota del Bloguista
En la Guerra de Independencia comenzada el 24 de febrero de 1895 en Baire y otros lugares de la isla de Cuba ( realmente el grito de Baire fue un grito no independentista sino autonomista, ya que al menos uno de los hermanos Lora era autonomista, pero rápidamente se convirtió en independentista) hubo aproximadamente 55 000 miembros del Ejército Libertador ( varios miles no eran cubanos pues habían españoles, chinos y de otras nacionalidades. José Miró Argenter, Jefe del Estado Mayor de Antonio Maceo era asturiano), pero aproximadamente eran 30 000 los guerrilleros cubanos que combatían contra el Ejército Libertador, sin contar varios miles de cubanos en el Cuerpo de Voluntarios del Orden, mal llamados Cuerpo de Voluntarios Españoles que también lucharon en contra de los independentistas. Los gritos de ¡Viva Cuba Libre! se mezclaban con los gritos de ¡Viva Cuba Española ! en los campos de batallas.
El incidente del pañuelo de Máximo Gómez y Arsenio Martínez Campos es el siguiente:
http://www.27febrero.com/maximogomez.htm
SU HONRADEZ:
El ilustre guerrero, durante la Guerra de los Diez Años, manejó los fondos a él confiados como General en Jefe de la Revolución y lo hizo con la más acrisolada pulcritud, pero la más elocuente expresión, el más alto exponente de su honradez, lo mostró cuando habiéndose negado a aceptar con orgu llo y justo decoro todo el oro que el Mayor General, Gober nador de Cuba, Arsenio Martínez Campos le ofreciera, al negarse aceptarlo, éste le dijo: Pero, cómo usted va a regresar a su país con esa ropa miserable?
Máximo Gómez, mirando a aquel hombre resplandeciente, adornado con el toisón de oro de Teniente General del ejér cito español, rehúsa nuevamente y le dice: General, no cam bio yo por dinero estos andrajos, que constituyen mi riqueza y son mi orgullo, soy un cado, pero sé respetar el puesto que ocupé en la Revolución".
Martínez Campos le estrecha la mano cordialmente y al despedirse le dice:
Ya que usted no quiere aceptar nada de nosotros, déjeme ésto, de lo poco que tiene, para conservarlo de recuerdo, y tomó un pañuelo que Máximo Gómez usó un momento,
El General Gómez le dijo:
Con gusto se lo doy, y, no obstante ser tan poco, es mu cho, porque no tengo otro...
Por las mejillas del General Casola, Ayudante del General Martínez Campos, corren las lágrimas..
Cuando se desencadenan los acontecimientos que origina ron el Convenio del Zanjón y la insubordinación de los villareños decide desconocerlo, "único lazo que los ataba a la disciplina y el común esfuerzo, entrega el mando a Carlos Roloff y la suma de $14,000.00 de la División, a Serafín Sánchez y abandona Las Villas.
En la Guerra de Independencia comenzada el 24 de febrero de 1895 en Baire y otros lugares de la isla de Cuba ( realmente el grito de Baire fue un grito no independentista sino autonomista, ya que al menos uno de los hermanos Lora era autonomista, pero rápidamente se convirtió en independentista) hubo aproximadamente 55 000 miembros del Ejército Libertador ( varios miles no eran cubanos pues habían españoles, chinos y de otras nacionalidades. José Miró Argenter, Jefe del Estado Mayor de Antonio Maceo era asturiano), pero aproximadamente eran 30 000 los guerrilleros cubanos que combatían contra el Ejército Libertador, sin contar varios miles de cubanos en el Cuerpo de Voluntarios del Orden, mal llamados Cuerpo de Voluntarios Españoles que también lucharon en contra de los independentistas. Los gritos de ¡Viva Cuba Libre! se mezclaban con los gritos de ¡Viva Cuba Española ! en los campos de batallas.
El incidente del pañuelo de Máximo Gómez y Arsenio Martínez Campos es el siguiente:
http://www.27febrero.com/maximogomez.htm
SU HONRADEZ:
El ilustre guerrero, durante la Guerra de los Diez Años, manejó los fondos a él confiados como General en Jefe de la Revolución y lo hizo con la más acrisolada pulcritud, pero la más elocuente expresión, el más alto exponente de su honradez, lo mostró cuando habiéndose negado a aceptar con orgu llo y justo decoro todo el oro que el Mayor General, Gober nador de Cuba, Arsenio Martínez Campos le ofreciera, al negarse aceptarlo, éste le dijo: Pero, cómo usted va a regresar a su país con esa ropa miserable?
Máximo Gómez, mirando a aquel hombre resplandeciente, adornado con el toisón de oro de Teniente General del ejér cito español, rehúsa nuevamente y le dice: General, no cam bio yo por dinero estos andrajos, que constituyen mi riqueza y son mi orgullo, soy un cado, pero sé respetar el puesto que ocupé en la Revolución".
Martínez Campos le estrecha la mano cordialmente y al despedirse le dice:
Ya que usted no quiere aceptar nada de nosotros, déjeme ésto, de lo poco que tiene, para conservarlo de recuerdo, y tomó un pañuelo que Máximo Gómez usó un momento,
El General Gómez le dijo:
Con gusto se lo doy, y, no obstante ser tan poco, es mu cho, porque no tengo otro...
Por las mejillas del General Casola, Ayudante del General Martínez Campos, corren las lágrimas..
Cuando se desencadenan los acontecimientos que origina ron el Convenio del Zanjón y la insubordinación de los villareños decide desconocerlo, "único lazo que los ataba a la disciplina y el común esfuerzo, entrega el mando a Carlos Roloff y la suma de $14,000.00 de la División, a Serafín Sánchez y abandona Las Villas.
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GUERRAS DE INDEPENDENCIA DE CUBA EN EL SIGLO XIX: GUERRA CIVIL + ( GUERRA COLONIA Vs METROPOLI )
( Muy breve fragmento de mi ensayo Ecos de Una Extraña Petición, Mención del Concurso Vitral 2000, concurso de la revista del mismo nombre de la Diócesis de Pinar del Río; el premio quedó desierto ...por las bases del concurso de haber recibido el premio se tenía que publicar )
Por Pedro Pablo Arencibia
GUERRA CIVIL EN CUBA + ( GUERRA COLONIA Vs METROPOLI )
En su ensayo antes citado, el español Prieto Benavent al exponer las causas que (según él) provocaron el estallido de la Guerra de los Diez Años, plantea la división existente en la sociedad que habitaba la isla.
¨El vacío de poder que dejó la Gloriosa abrió el camino en Cuba a una auténtica guerra civil, muy semejante a la que acababa de acontecer en EE.UU. entre el Norte abolicionista y el Sur antiabolicionista. El conflicto surgió entre los liberales cubanos, partidarios de la abolición, y los hacendados criollos y peninsulares, partidarios de mantener la esclavitud en Cuba.62¨
En la historiografía cubana, las guerras en el pasado siglo por la independencia de Cuba se han mostrado de manera casi absoluta en el plano colonia-metrópoli. La confrontación entre los propios cubanos ha sido minimizada. Los guerrilleros cubanos, combatientes cubanos a favor de España, y otros sectores integristas de la sociedad cubana, han sido escasamente estudiados desde el punto de vista de la correlación de fuerzas dentro de la sociedad cubana en esas guerras. Martí, según el historiador Rolando Rodríguez en la página 111 de su obra citada, calificó de fratricida esa contienda.
José Martí dio este criterio caracterizador de pueblo:
¨Un pueblo es composición de muchas voluntades, viles o puras, francas o torvas, impedidas por la timidez o precipitadas por la ignorancia. Hay que deponer mucho, que atar mucho, que sacrificar mucho, que apearse de la fantasía, que echar pie a tierra con la patria revuelta, alzando por el cuello a los pecadores .... hay que sacar de lo profundo las virtudes ..¨63.
Cuando el gobierno español de Don Juan Prim, el cual tenía amistad con Carlos Manuel de Céspedes desde los tiempos que ambos vivieron en la ciudad de Barcelona, envió en enero de 1869 como Capitán General de Cuba a Domingo Dulce, éste era portador de un decreto de convocatoria de elecciones para enviar representantes a las Cortes Constituyentes, así como de un decreto de amnistía y de libertad de prensa en Cuba. El nuevo gobernador se encontró que el
¨El vacío de poder que dejó la Gloriosa abrió el camino en Cuba a una auténtica guerra civil, muy semejante a la que acababa de acontecer en EE.UU. entre el Norte abolicionista y el Sur antiabolicionista. El conflicto surgió entre los liberales cubanos, partidarios de la abolición, y los hacendados criollos y peninsulares, partidarios de mantener la esclavitud en Cuba.62¨
En la historiografía cubana, las guerras en el pasado siglo por la independencia de Cuba se han mostrado de manera casi absoluta en el plano colonia-metrópoli. La confrontación entre los propios cubanos ha sido minimizada. Los guerrilleros cubanos, combatientes cubanos a favor de España, y otros sectores integristas de la sociedad cubana, han sido escasamente estudiados desde el punto de vista de la correlación de fuerzas dentro de la sociedad cubana en esas guerras. Martí, según el historiador Rolando Rodríguez en la página 111 de su obra citada, calificó de fratricida esa contienda.
José Martí dio este criterio caracterizador de pueblo:
¨Un pueblo es composición de muchas voluntades, viles o puras, francas o torvas, impedidas por la timidez o precipitadas por la ignorancia. Hay que deponer mucho, que atar mucho, que sacrificar mucho, que apearse de la fantasía, que echar pie a tierra con la patria revuelta, alzando por el cuello a los pecadores .... hay que sacar de lo profundo las virtudes ..¨63.
Cuando el gobierno español de Don Juan Prim, el cual tenía amistad con Carlos Manuel de Céspedes desde los tiempos que ambos vivieron en la ciudad de Barcelona, envió en enero de 1869 como Capitán General de Cuba a Domingo Dulce, éste era portador de un decreto de convocatoria de elecciones para enviar representantes a las Cortes Constituyentes, así como de un decreto de amnistía y de libertad de prensa en Cuba. El nuevo gobernador se encontró que el
Es necesario hacer la observación que esos decretos enviados por Prim, avalan la tesis de uno de los historiadores cubanos más destacados de nuestros días, que plantea que Céspedes y Prim sostuvieron relaciones conspirativas para cambiar el status político de Cuba; esta conspiración fue antes de llegar Prim al poder mediante el triunfo de la Gloriosa Revolución. Esta tesis tiene puntos de contacto con la aparecida muchas décadas antes en la revista “ Masas ” en las primeras décadas del siglo XX. En la obra citada de Rolando Rodríguez ,en sus páginas 77, 78 y 79, se puede profundizar sobre lo anterior.
José Martí en su discurso Con todos y para el bien de todos calificó a la Guerra de los Diez Años como la del arranque diferenciándola de la ya cercana, la de 1895, a la cual calificó de necesaria.
¨.. A la guerra del arranque, que cayó en el desorden , ha de suceder, por insistencia de los males públicos, la guerra de la necesidad, que vendría floja y sin probabilidad de vencer, si no le diese su pujanza aquel amor inteligente y fuerte del derecho por donde las almas más ansiosas de él recogen de la sepultura el pabellón
que dejaron caer, cansados del primer esfuerzo, los menos necesitados de justicia ...¨65
( Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, fue muerto por el cubano Brígido Verdecia, un combatiente que peleaba a favor del dominio de España sobre Cuba; a José Martí, el Apóstol de la Independencia Cubana, lo remató en el suelo Antonio Oliva, un guerrillero cubano que defendía a Cuba como colonia de España)
Para comprender mejor el calificativo caracterizador que le dio Martí a la Guerra Grande, es conveniente fijarse en los calificativos que le dio Martí a Céspedes en el panegírico que hizo de Carlos Manuel de Céspedes y de Ignacio Agramonte en un aniversario del inicio de la Guerra de los Diez Años. Por otra parte, en la carta, fechada en 1879, del general español Polavieja al general español Blanco se pueden encontrar algunos criterios de carácter político, social y económico que no coinciden con la crítica situación cubana que expuso Céspedes en su manifiesto independentista en 1868. Polavieja escribe:
¨Si hemos de tener en cuenta que la insurrección de Cuba en el año 1868 no fue producida por la miseria, por el exceso de contribuciones ni por la tiranía del gobierno, pues estalló en el año de más apogeo en la riqueza de esta isla, en país en que eran cortísimas las contribuciones que se pagaban, y en el que, por ende, se gozaba de una gran libertad práctica; si además no se olvida que la guerra fue promovida y sostenida por la mayoría de las clases opulentas y bien acomodadas, naturales del país, que arrastraron tras sí por su natural influencia a la proletaria y esclava, que le dieron soldados; si resulta forzosamente de lo expuesto que el alzamiento de Yara debió obedecer, y obedeció, únicamente y exclusivamente, á un prematuro sentimiento de independencia que, más vivaz en las gentes letradas por su educación en los Estados Unidos y en las lecturas de las campañas de independencia del continente americano, motivó que fueran las que lo tradujeran en hechos, lanzándose las primeras al movimiento insurreccional; si tampoco debe perderse de vista que sobre sentir, ante todo, el cubano, que las corrientes de ideas vienen a Cuba, no de la lejana España, sino del vecino continente.....¨66
La Guerra de los Diez Años, la cual se extendió básicamente desde el 10 de octubre de 1868 hasta la firma del Pacto del Zanjón el 10 de febrero de 1878, trajo como consecuencias para Cuba (además de la libertad de los negros y lo chinos) los mismos derechos políticos y administrativos que había obtenido la vecina isla de Puerto Rico de forma pacífica, así como el empobrecimiento económico de los criollos mediante las confiscaciones realizadas a las propiedades de aquellos que se habían enfrentado de alguna manera al poder colonial; propiedades que nunca les fueron devueltas. Esas propiedades se remataron a precios muy bajos y la adquirieron, por lo general, españoles y simpatizantes del poder español, así como otros extranjeros. Los criollos, dando una muestra de su capacidad empresarial y su tenacidad se recuperarían posteriormente, mostrando que no sólo la alegría, el ritmo y la aparente despreocupación son características de los naturales de este suelo. Muchos años después, esta situación se repetiría cuando al salir destruida la clase empresarial cubana de la Guerra de Independencia de 1895, y ser el país inundado de capitales extranjeros (mayoritariamente norteamericanos) en los inicios de la república de 1902, la clase empresarial cubana poseería al finalizar esa república, en 1958, más del 80% de los capitales del país. Deseo hacer la observación que durante el primer período de intervención norteamericano (1998-1902) estuvieron prohibidas las inversiones norteamericanas (salvo alguna que otra excepción) en Cuba, porque entre otras razones, los Estados Unidos no querían ser acusados por las potencias europeas de haber intervenido en la guerra con el objetivo de tener una posición privilegiada y monopólica en Cuba al finalizar la misma.
( Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, fue muerto por el cubano Brígido Verdecia, un combatiente que peleaba a favor del dominio de España sobre Cuba; a José Martí, el Apóstol de la Independencia Cubana, lo remató en el suelo Antonio Oliva, un guerrillero cubano que defendía a Cuba como colonia de España)
Para comprender mejor el calificativo caracterizador que le dio Martí a la Guerra Grande, es conveniente fijarse en los calificativos que le dio Martí a Céspedes en el panegírico que hizo de Carlos Manuel de Céspedes y de Ignacio Agramonte en un aniversario del inicio de la Guerra de los Diez Años. Por otra parte, en la carta, fechada en 1879, del general español Polavieja al general español Blanco se pueden encontrar algunos criterios de carácter político, social y económico que no coinciden con la crítica situación cubana que expuso Céspedes en su manifiesto independentista en 1868. Polavieja escribe:
¨Si hemos de tener en cuenta que la insurrección de Cuba en el año 1868 no fue producida por la miseria, por el exceso de contribuciones ni por la tiranía del gobierno, pues estalló en el año de más apogeo en la riqueza de esta isla, en país en que eran cortísimas las contribuciones que se pagaban, y en el que, por ende, se gozaba de una gran libertad práctica; si además no se olvida que la guerra fue promovida y sostenida por la mayoría de las clases opulentas y bien acomodadas, naturales del país, que arrastraron tras sí por su natural influencia a la proletaria y esclava, que le dieron soldados; si resulta forzosamente de lo expuesto que el alzamiento de Yara debió obedecer, y obedeció, únicamente y exclusivamente, á un prematuro sentimiento de independencia que, más vivaz en las gentes letradas por su educación en los Estados Unidos y en las lecturas de las campañas de independencia del continente americano, motivó que fueran las que lo tradujeran en hechos, lanzándose las primeras al movimiento insurreccional; si tampoco debe perderse de vista que sobre sentir, ante todo, el cubano, que las corrientes de ideas vienen a Cuba, no de la lejana España, sino del vecino continente.....¨66
La Guerra de los Diez Años, la cual se extendió básicamente desde el 10 de octubre de 1868 hasta la firma del Pacto del Zanjón el 10 de febrero de 1878, trajo como consecuencias para Cuba (además de la libertad de los negros y lo chinos) los mismos derechos políticos y administrativos que había obtenido la vecina isla de Puerto Rico de forma pacífica, así como el empobrecimiento económico de los criollos mediante las confiscaciones realizadas a las propiedades de aquellos que se habían enfrentado de alguna manera al poder colonial; propiedades que nunca les fueron devueltas. Esas propiedades se remataron a precios muy bajos y la adquirieron, por lo general, españoles y simpatizantes del poder español, así como otros extranjeros. Los criollos, dando una muestra de su capacidad empresarial y su tenacidad se recuperarían posteriormente, mostrando que no sólo la alegría, el ritmo y la aparente despreocupación son características de los naturales de este suelo. Muchos años después, esta situación se repetiría cuando al salir destruida la clase empresarial cubana de la Guerra de Independencia de 1895, y ser el país inundado de capitales extranjeros (mayoritariamente norteamericanos) en los inicios de la república de 1902, la clase empresarial cubana poseería al finalizar esa república, en 1958, más del 80% de los capitales del país. Deseo hacer la observación que durante el primer período de intervención norteamericano (1998-1902) estuvieron prohibidas las inversiones norteamericanas (salvo alguna que otra excepción) en Cuba, porque entre otras razones, los Estados Unidos no querían ser acusados por las potencias europeas de haber intervenido en la guerra con el objetivo de tener una posición privilegiada y monopólica en Cuba al finalizar la misma.
(Antonio Maceo junto a otros patriotas fuera de Cuba; Maceo es el del centro de la segunda fila)
Deseo expresar algo sobre un hecho acaecido al finalizar la Guerra de los Diez Años: La Protesta de Baraguá, protesta efectuada el 15 de marzo de 1878 por Antonio Maceo y otros patriotas cubanos ante el Capitán General español en el marco de una entrevista. La protesta fue un gesto viril digno de destacar, pero para valorarlo adecuadamente en su justa medida, debo plantear que Máximo Gómez inicialmente se opuso a firmar el Pacto del Zanjón y dictó drásticas órdenes para tratar de destruir ese intento pacificador español, pero finalmente, él mismo lo firmó. Hay una bella anécdota relativa a un pañuelo que le pidió, como recuerdo, Martínez Campos a Gómez en el momento de la firma; esto ocurrió antes de la Protesta de Baraguá. ¿ Sería más patriota Antonio Maceo que Gómez por llevar a cabo esa protesta? ¿Gómez fue más patriota que los que le precedieron en la firma?¿ Sería el Coronel Bonachea más patriota que Antonio Maceo, después que este último se acogió al mencionado pacto y obtuvo un salvoconducto para viajar a Jamaica, mientras que él, Bonachea, se mantuvo más tiempo en la lucha sin acogerse al pacto?. Hay que diferenciar entre la sensatez y la obcecación, entre el sentido común y la testarudez, entre la tregua necesaria y la inútil insistencia. Por otra parte, no hay nada criticable en cumplimentar la asistencia a un banquete dado por el honorable jefe enemigo en Manzanillo en su honor, si es sólo un alto para continuar la lucha hasta la independencia o la muerte. Ese gesto es tan enaltecedor como fueron las intenciones de la famosa protesta.
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