Quiero darle las gracias a Josan Caballero por el Premio que nos ha otorgado y ademas invitarlos a que visiten su Blog.
El Premio Aportes Génesis 2009, lo constituye un bomsai antiquísimo, que tiene más de cincuenta años, y ha sido extremadamente cuidado, por un cubano del exilio, por lo que cuando conocí su historia, y vi la maravilla de aquella rebosante, pequeñísima, y a la vez, grandiosa planta, que tiene la mitad de sus raíces en un lado, y las otras se las cortan, además de parecer que los hijos logran encimarse junto al tallo-raíz, todo ello, me transmitió enseguida el sentido de los cubanos en la diáspora, de todos nosotros, que vamos echando raíces, en espacios y países prestados, e incluso, muchos, definitivamente, apegados al desarraigo, como se explica subliminalmente, en los nombres de algún que otro blog, muchos de los cuales me parecen estupendos.
Por eso, ustedes son los merecedores de ese premio a la constancia y al aporte fundacional, incorporando, a nuestro quehacer, la fructífera diáspora y los desarraigos provocados, los impuestos y los dispuestos, que son bien diferentes. Desde que ví el bomsai en realidad, me bastó…
Pensé que los poetas implícitos, que somos los blogueros, desde que lo vieran, iban a captar la magia, la fuerza, y la verdadera matriz significativa de la imagen, sin muchas palabras, sólo con Premio de Aportes GÉNESIS, y ese árbol madre, pequeñito, como si diera de amamantar a todos sus tallos, cual raíces, que dan y ofrecen el sentido de la jungla del exilio, el sincretismo étnico social que somos, el tronco multicultural de la inmigración, el árbol Babel...
Eso fue lo que me hizo crear el premio. Ojalá que ustedes lo sepan valorar, ya que esa planta viajó tanto, cambiando de sitio y dueño, pasando penurias y alegrías, en sus cincuenta años de existencia, que hasta mudó de espacios y tiempos, para ahora permanecer junto a su último dueño, que la cuida y muestra a todos, con esa fuerza y magia guerrera de nuestros ancestros. Es como si ese tronco de bomsai común y corriente, pero a la vez, excepcional y exclusivo, nos dijera a todos somos los hijos del exilio, de la diáspora fecunda, que nos ha hecho sobrevivir, renacer y multiplicarnos infinita y amorosamente.
Saludos, que lo disfrutes, Josán Caballero.
1 comentario:
Gracias, querido José Ramón, por recoger y colocar tu merecido premio. Ahí te dejo el significado del mismo, que en una conversación, con Aguaya Berlín le comenté lo que era, y también nacieron estas palabras de fundamento emblemático:
Premio de Aportes Génesis 2009
El Premio Aportes Génesis 2009, lo constituye un bomsai antiquísimo, que tiene más de cincuenta años, y ha sido extremadamente cuidado, por un cubano del exilio, por lo que cuando conocí su historia, y vi la maravilla de aquella rebosante, pequeñísima, y a la vez, grandiosa planta, que tiene la mitad de sus raíces en un lado, y las otras se las cortan, además de parecer que los hijos logran encimarse junto al tallo-raíz, todo ello, me transmitió enseguida el sentido de los cubanos en la diáspora, de todos nosotros, que vamos echando raíces, en espacios y países prestados, e incluso, muchos, definitivamente, apegados al desarraigo, como se explica subliminalmente, en los nombres de algún que otro blog, muchos de los cuales me parecen estupendos. Por eso, ustedes son los merecedores de ese premio a la constancia y al aporte fundacional, incorporando, a nuestro quehacer, la fructífera diáspora y los desarraigos provocados, los impuestos y los dispuestos, que son bien diferentes. Desde que ví el bomsai en realidad, me bastó…Pensé que los poetas implícitos, que somos los blogueros, desde que lo vieran, iban a captar la magia, la fuerza, y la verdadera matriz significativa de la imagen, sin muchas palabras, sólo con Premio de Aportes GÉNESIS, y ese árbol madre, pequeñito, como si diera de amamantar a todos sus tallos, cual raíces, que dan y ofrecen el sentido de la jungla del exilio, el sincretismo étnico social que somos, el tronco multicultural de la inmigración, el árbol Babel...Eso fue lo que me hizo crear el premio. Ojalá que ustedes lo sepan valorar, ya que esa planta viajó tanto, cambiando de sitio y dueño, pasando penurias y alegrías, en sus cincuenta años de existencia, que hasta mudó de espacios y tiempos, para ahora permanecer junto a su último dueño, que la cuida y muestra a todos, con esa fuerza y magia guerrera de nuestros ancestros. Es como si ese tronco de bomsai común y corriente, pero a la vez, excepcional y exclusivo, nos dijera a todos somos los hijos del exilio, de la diáspora fecunda, que nos ha hecho sobrevivir, renacer y multiplicarnos infinita y amorosamente.
Saludos, que lo disfrutes, Josán Caballero.
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